FOURTEEN
El arte de conversar
Al comienzo de Fourteen Mara (Tallie Medel), la protagonista, es simultáneamente ayudante de maestro y estudiante de máster, escritora en ciernes (¡Gracias a Dios por el verano!) y apoyo de referencia de su problemática mejor amiga de la infancia, Jo (Norma Kuhling). Hora y media de proyección después, Mara se ha convertido en maestra a tiempo completo y madre separada con una niña encantadora en edad escolar. Tiene una nueva mejor amiga y su relación con Jo ha cambiado drásticamente. ¿Entre medias? Distintas apariciones secundarias: novios, amigos, familiares, casas, trabajos y bares que se suceden. Y diez años. En ese tiempo han cambiado muchas cosas, pero todos los graves acontecimientos han sucedido en elipsis.
Mara y Jo se reencuentran, pero a una le acompaña un novio distinto. Jo está desesperada y Mara acude a ayudarla, pero ahora vive en otra casa. Jo acude a casa de Mara desquiciada, pero ahora es ella quien vive en otra dirección, y está embarazada. Etcétera. Cada vez más etcétera según los saltos temporales se van haciendo más largos y más frecuentes a medida que Mara y Jo crecen el tiempo se mide cada vez en unidades más largas y se distancian. De principio a fin solo permanecen Mara, Jo y las calles de Brooklyn.
En lugar de una narración clásica, con una acción tramada en sus causas y efectos que podemos seguir y comprender a lo largo de cinco actos, la dramaturgia de Dan Sallit funciona por la sucesión de escenas corrientes y de elipsis, a la manera de Éric Rohmer o de Maurice Pialat. No en balde Sallit es uno de los pocos autores americanos además de cinéfilo y critico que no entiende el cine independiente como la antesala del comercial sino como un modo de producción cargado de promesas y libertades. Aunque eso suponga hacer una película cada 7 años, que son los que separan Fourteen de The Unespeakable Act (2012). Ambas conectadas por el soberbio trabajo interpretativo de Tallie Medel, que convierte esta película en la continuación espiritual de la anterior.
¿A qué responde la dramaturgia de Fourteen si no es al tradicional relato de una acción Se trata de una película de conversaciones, donde todos los grandes acontecimientos que suceden entre, digamos, los 25 y 35 años: romances, mudanzas, trabajos, hitos profesionales, partos, separaciones… quedan fuera del relato, como lagunas narrativas que se reorganizan alrededor de los encuentros de Mara con Jo. Lo que en la vida diegética de Mara es solo una amistad sin duda importantísima pero no exhaustiva, que puntúa su lento pero continuo desarrollo sentimental, vertebra la película. Los encuentros entre ambas no son sólo importantes por sí mismos sino por cómo se expresan en ellos los cambios que la vida, en elipsis, está produciendo en cada una. Sallit ofrece así un inteligente juego con las lagunas narrativas que crean los saltos temporales y que sutil e indirectamente rellenan (o no) las conversaciones.
El diálogo es la piedra angular del cine de Dan Sallit. Sus películas no son dramas de acciones, sino de caracteres que se expresan en su modo de conversar. Mucho más importante que la serie de acontecimientos que hacen crecer a Mara y producen su progresivo distanciamiento con Jo, es la huella que estos han dejado en su carácter. En sus conversaciones podemos sentir una enorme y hermosa transformación según el personaje interpretado por Tallie Medel va adquiriendo confianza en sí mismo, en su cuerpo y en su sexualidad. También sentimos cómo cambia la dinámica de proyecciones, admiraciones y dependencias mutuas entre la atractiva e impulsiva Jo y la mucho más madura y cohibida Mara… Unos cambios que desestabilizarán su relación sin dejar de formar una triste, hermosa, emotiva y sincera historia de amistad.
Fourteen (EEUU, 2018)
Dirección: Dan Sallitt / Guion: Dan Sallitt / Producción: Caitlin Mae Burke (para Static Prods) / Fotografía: Christopher Messina / Montaje: Dan Sallitt / Diseño de producción: Grace Sloan / Reparto: Tallie Medel, Norma Kuhling, Lorelei Romani, C. Mason Wells, Dylan McCormick, Kolyn Brown, Evan Davis, Willy McGee.
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