FORMENTERA LADY
Un hippie solitario llamado Samuel
Se encontraba el actor Pau Durá a punto de ser padre cuando -acercándosele un cambio en su vida- pensó en la Formentera hippie de los 70 y él, enamorado de la isla, reflexionó sobre el conflicto que tendrían “aquellos chavales jóvenes en busca de libertad con una de las responsabilidades más grandes: la paternidad”. Han pasado ocho años desde entonces, tiempo en el que Durá -inexperto como cineasta- ha dirigido una serie de cortos y alguna tv-movie y ahora estrena Formentera Lady (2018), donde habla de las segundas oportunidades, de afrontar las responsabilidades y también busca retratar cierta nostalgia.
Formentera Lady, cuyo titulo pertenece a una canción de la banda de rock King Crimson y que forma parte de la banda sonora del filme, supone su primer largometraje como director. La película está protagonizada por José Sacristán, quien interpreta a Samuel, un viejo rockero que vive casi apartado de la sociedad en Formentera, recluido en una isla de la que no sale “porque el continente es hostil”. Abandonado hace años por su familia, debe hacerse cargo de su nieto cuando la crisis obliga a su hija marcharse al extranjero. Vive en una casa medio abandonada, sin agua caliente y sin luz, ajeno al ruido del exterior, con su rutina diaria: toca todas las noches el banjo en un local donde se refugian aquellos que sobrevivieron a la Formentera hippie de los 70. Puede surgir cierta comparativa con filmes como Lucky (John Carrol Lynch, 2017) donde se mostraba el día a día de un viejo vaquero que debe afrontar el paso del tiempo sumergido en una rutina ya asumida; el personaje de Sacristán también debe afrontar algo nuevo para él: ser responsable, hecho que le trastocará su relajado ambiente. En La buena vida (1996) David Trueba mostraba la relación entre un abuelo y un nieto que se quedan solos debido a la muerte de los padres y deben aprender a comunicarse entre ellos. Aquí ocurre lo mismo, el personaje de Sacristán ni sabe ser padre ni tampoco abuelo por lo que esa incapacidad de comunicación está presente e interpretada con bastante acierto por parte de los dos actores.
Un viejo rockero inmaduro e incapaz de hacerse cargo de nada -ni de él mismo- debe asumir una responsabilidad por primera vez en su vida. De ahí surge el tema principal de la historia que cuenta Durá: la importancia de las segundas oportunidades. La vida le está dando a Samuel la opción de no cometer con su nieto el mismo error que ya cometió con su hija y provocó que en la actualidad esté completamente solo. A esa responsabilidad se une la nostalgia de darse cuenta de que la vida ha cambiado y él sigue anclado en su Formentera del pasado. Para interpretar este papel acierta Durá en ofrecer el personaje a José Sacristán, que no aprendió a tocar el banjo pero que demuestra en cada plano, en sus miradas y en sus silencios, dotes suficientes para hacer creíble en todo momento lo que la película muestra.
Formentera Lady no es una historia compleja, sino que es algo tan simple como reflejar que hasta el tipo más inmaduro puede cambiar y comprender que en la vida es imposible no responsabilizarse de algo o de alguien. Una historia sencilla que se hace grande gracias a las interpretaciones, una película de actores donde Sacristán aporta un plus de credibilidad e importancia.
Formentera Lady (Pau Durá, 2018)
Dirección: Pau Durá / Guion: Pau Durá / Producción: Ramiro Acero y David Ciurana para FoscaFilms, Sunrise Picture, Good Machine Films y La Perifèrica Producciones / Música: King Crimson / Fotografía: Miguel Llorens / Montaje: Lucas Nolla / Diseño de producción: Joan Sabaté / Reparto: José Sacristán, Nora Navas, Sandro Ballesteros, Jordi Sánchez, Ferran Rañé
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