FIRST LOVE
Un bellísimo monstruo fílmico
La última película de Takashi Miike, First Love (2019), se ramifica para tocar todos los polos que han constituido la cinematografía del infatigable director japonés. Desde el punto de vista narrativo, del género o recursivo, First Love se muestra como un laborioso collage de compleja composición y de exquisito visionado. Una obra singular y original que se aleja de lo convencional que llega a las salas de cine, y que agrega un eslabón más a la diversa y polifacética obra de Miike.
Leo es un joven boxeador que un día recibe la noticia de que tiene un tumor cerebral incurable. A la salida del hospital, caminando sin rumbo y apesadumbrado, Leo ayuda a Mónica, hija de un deudor de los yakuza que ha sido capturada y obligada a prostituirse para saldar la deuda de su padre. La huida de Mónica bajo la protección de Leo desemboca en una frenética y disparatada búsqueda de la chica por parte de sus captores, de un policía corrupto y de la mafia china.
De este hilo conductor se desprenden numerosas subtramas: la ayuda que le brinda Leo a la joven capturada despierta la ternura y el amor en el boxeador; el cautiverio de Mónica le provoca un estado paranoico en el que visualiza a su padre cubierto por una sábana; un miembro de los yakuzas, compinchado con un policía corruto, quiere traicionar al clan para hacerse con un alijo de droga; la mafia china quiere vengarse de los yakuzas para hacerse con el control del narcotráfico; la banda yakuza sospecha de la traición de uno de sus miembros y quiere desenmascararlo para vengarse, etc. El elevado número de personajes que atraviesan la película produce un desconcierto inicial que solo se salda mediante un inteligente montaje que equilibra todas las subtramas. Su presentación desconexa se va entretejiendo a la par que agita el ritmo con el que se alcanza el clímax final mediante un tiroteo nocturno en unos almacenes.
First Love es, además, un ejercicio virtuoso que conjuga numerosos géneros. En el drama inicial de Leo tiene cabida el humor negro, la intriga en la búsqueda de Mónica provoca el romance entre el boxeador y la capturada, o el cine de acción con disparos y persecuciones en coche desemboca en muertes terroríficas y crueles. No es que Miike se recubra de numerosos géneros para enriquecer la obra, es que la propia película utiliza los recursos de cada uno de los géneros con desmedida pasión, pero con pericia. Aunque, por otro lado, nada sorprendente si revisamos la obra del cineasta japonés. En las paranoias de Mónica podemos encontrar reminiscencias a Audition (1999), en los macabros asesinatos, a Ichi the Killer (2001). Los tiroteos y persecuciones son recurrentes en las numerosas películas de yakuzas filmadas por Miike como Dead or Alive (1999), o el humor negro generado por lo dramático y lo cómico de la vida de Leo recuerda a las extravagantes decisiones que toma la familia Katakuri en La felicidad de los Katakuri (2001).
Por último, las cuantiosas subtramas con las peculiaridades de cada género producen diferentes problemas cinematográficos que Miike resuelve mediante la utilización de los más diversos recursos. ¿Cómo filmar el salto desde el dramatismo de un joven al que le queda poco tiempo de vida al romanticismo del encuentro de dos desamparados? ¿Cómo conjugar la crueldad de las muertes con una historia de amor? El virtuosismo del director japonés queda patente en las soluciones cinematográficas aportadas: el uso de una música heterogénea, el cambio de los ángulos de filmación, la longitud de las escenas o la iluminación arman un bellísimo monstruo fílmico al que terminan de pulir los efectos especiales. Sin duda, la audacia de Miike alcanza el máximo cuando al querer filmar un imposible salto automovilístico por la ventana de un parking, atravesando una redada policial, el director recurre a la animación para solventarlo. Otro género más que convierte a First Love en un extravagante y desquiciado ejercicio.
First Love es toda una amalgama de sensaciones, un cine armado con pulsión desesperada. Miike sería incapaz de realizar una obra convencional, adaptada para cierto espectador, o rodar un blockbuster para satisfacer al público general. Su cine frenético y enérgico (ha llegado a producir más de seis película en un año y ha superado la centena de largometrajes) genera obras inclasificables que convierten a sus seguidores en acérrimos defensores de su arte.
First Love (Hatsukoi, Japón, 2019)
Dirección: Takashi Miike / Guion: Masa Nakamura / Reparto: Masataka Kubota, Shôta Sometani, Nao Omori, Jun Murakami, Becky, Bengal, Jun Murakami / Producción: Muneyuki Kii, Misako Saka, Jeremy Thomas / Fotografía: Nobuyasu Kita / Música: Kôji Endô