FIREWORKS
Todo es un instante
El estudio Shaft, conocido anteriormente por las series televisivas Sakura Diaries (Kunitoshi Okajima y Tsuguo Ozara, 1997) y Bakemonogatari (Tatsuya Oishi y Akiyuki Shimbô, 2009), presenta su nuevo proyecto Fireworks, dirigido por Akiyuki Shinbo y Nobutuki Takeuchi y adaptación de un mediometraje de 1993 firmado por Shunji Iwai.
La película está contada desde la perspectiva de un joven llamado Norimichi Shimada. Con la llegada del verano en Japón, él y sus amigos planean ir a ver los fuegos artificiales, mientras tanto, especulan sobre si éstos estallan en forma de círculo o en plano. Estas conversaciones que pueden parecer banales en el inicio servirán de piezas clave para el entendimiento del argumento.
En numerosas ocasiones, Norimichi observa con mucha curiosidad a una de sus compañeras de clase, Nazuka Oikawa, que se encuentra cabizbaja la mayor parte del tiempo ya que debe mudarse a otro instituto porque su madre va a casarse por tercera vez. Cuando Norimichi y su mejor amigo se disponen a echar una competición en la piscina, Nazuka hace una apuesta con ellos; si ella gana, los chicos aceptarán cualquier cosa que les pida. Cuando finalmente Nazuka resulta ser la ganadora, le pide al mejor amigo de Norimichi que la acompañe a ver los fuegos esa misma noche, aunque en realidad su único objetivo es fugarse de casa para huir de todas las decisiones impuestas por su madre, un objetivo utópico que no logra conseguir.
A partir de ese momento, Norimichi se convierte en el chico que saltaba a través del tiempo, ya que se siente responsable de que Nazuka no cumpla su meta de escapar y deberá conseguir que este suceso no ocurra para lograr huir con ella. Consiguen retroceder en el tiempo por medio de un artefacto con forma esférica que les permite situarse en el momento que deseen, con la peculiaridad de estar en diferentes mundos temporales. Estos mundos aparecen como distintas dimensiones en las que los sucesos cambian debido a las decisiones establecidas por Nazuka. Es entonces cuando recordamos las dichosas y repetitivas conversaciones en las que los personajes debatían sobre la forma en la que estallaban los fuegos artificiales, ya que, entendemos que los personajes se sitúan en mundos temporales dispares porque el espectáculo pirotécnico es diferente en cada uno de ellos, dependiendo de los cambios que se hayan realizado en el pasado.
No es de extrañar que la película haya sido realizada por un estudio que ha producido series de soft-hentai, ya que se intuyen ciertas pinceladas de erotismo en el guion y en la forma de animar. Nazuka aparece como una dulce muñequita, indefensa y delicada y hace ruborizar a los chicos con los que lisonjea y se insinúa. Es, por ende, un error compararla con Your Name (Makoto Shinkai, 2016) únicamente porque compartan productor.
Los japoneses están obsesionados con la personificación y la abstracción del tiempo, y la concepción del pasado, presente y futuro, y como uno afecta al otro y viceversa. Aunque el planteamiento es original, no consigue traspasar, ni abrazar por medio del humor, la ternura y la sensibilidad de forma efectiva.
Fireworks (Uchiage Hanabi, Shita Kara Miru ka? Yoko Kara Miru ka?, Japón 2017)
Dirección: Akiyuki Shinbo y Nobuyuki Takeuchi / Guión: Hitoshi One, basado en la película homónima de Shunji Iwai / Producción: Genshi Kawamura para Shaft / Música: Satoru Kosaki / Fotografía: Takayuki Aizo y Rei Igami / Montaje: Rie Matsubara / Reparto: Suzu Hirose, Masaki Suda, Mamoru Miyano, Shintaro Asanuma, Toshiyuki Toyonaga, Yuki Kaji, Kana Hanazawa, Takako Matsu