ENTREVISTA A AMAT ESCALANTE
«El sexo y la violencia guardan mucho misterio para mí«
Aprovechamos el estreno de La región salvaje (puedes leer aquí nuestra crítica) para charlar con su director, Amat Escalante. Nacido en Barcelona, de madre estadounidense y padre mejicano, Escalante ha vivido toda su vida en la región de Guanajuato con algunas etapas en Los Ángeles. Con solo cuatro películas, Sangre (2005), Los bastardos (2008), Heli (2013) y La región salvaje (2016), el también guionista y productor se ha ganado ya un hueco entre los grandes autores del cine internacional habiendo obtenido el galardón a Mejor Director tanto en el Festival de Cannes como en el de Venecia por sus dos últimos trabajos respectivamente. Su cine es un continuo planteamiento y reflexión acerca de dos de los grandes temas de la sociedad mejicana, el sexo y la violencia. Temas que le sirven para navegar, enfrentar o hacer confluir otros como la represión moral y el narcotráfico, los deseos contra la represión social, los límites morales o el autoengaño. Un cine de extremos, donde nos asomamos a los límites sin perder de vista el realismo y una poderosa lectura social.
La película está dedicada, entre otros, a Andrzej Zulawski, y cuando uno recuerda Posesión (1981) desde su famoso poster, no puede dejar de pensar en la similitud con La región salvaje. ¿En qué grado estuvo presente este recuerdo al cineasta polaco durante la creación de la película?
Se podría decir que llegó cuando Gibrán Portela (el co-guionista) y yo decidimos incluir un elemento que representara esta cuestión tan ambigua que veía difícil de enseñar. Pronto pensamos en Posesión, de Andrzej Zulawski. Recuerdo que mi padre me había contado de una película que le hizo no poder ver más cine durante un año por lo fuerte que había sido la experiencia. Se me quedó en la mente y cuando la vi me impactó mucho, seguramente de ahí viene algo de esa criatura y por eso creí apropiado hacer ese guiño, señalar y reconocer su influencia en la película.
De todas formas, hicimos dos versiones del guion sin ciencia ficción ni fantasía, pero cuando esto cambió buscamos referentes, no solo en el cine, sino también en la literatura, la pintura y la fotografía. El fotógrafo japonés Nobuyoshi Araki me ha influenciado desde mi primera película, sus fotografías de mujeres en la bañera con pulpos fueron una referencia cuando imaginábamos La región salvaje.
La forma exacta de la criatura llegó después. Cuando estábamos en fase de preproducción, en el guion era algo más abstracto. Los tentáculos vinieron luego, cuando vimos la necesidad de que esa criatura tuviera los elementos necesarios para envolver al personaje, para estimularlo de diferentes formas.

¿Cómo eran esas dos versiones del guion sin contenido fantástico? ¿Por qué sentiste que necesitabas añadirle esos elementos?
Se podría decir que era un melodrama social sobre un hombre que no puede aceptarse a sí mismo y, a consecuencia de eso, vive una mentira engañando a su esposa con un hombre. También había un elemento misterioso, una joven que entraba a la vida de estos personajes y creaba una cierta catarsis. Esto se mantuvo con el personaje de Verónica (Simone Bucio) en la última versión del guion. Pero yo sentía que faltaba algo. La forma en que me gusta trabajar es descubrir capas hasta llegar al corazón de la cuestión y, cuando pensé que había llegado a eso, La región salvaje sin fantasía no me inspiraba. Básicamente, no tuve la sensación de estar mostrando algo que me emocionara, hasta que tuvimos la idea de introducir un elemento de ciencia ficción. Eso me permitió representar de una forma directa y práctica lo que estos personajes tenían dentro, un rechazo a la vez que un anhelo de sus deseos. Cuando por fin pude representar eso físicamente ante ellos es cuando todo cobró sentido.
Eso es lo interesante para mí de la ciencia ficción (del terror incluso), que son representaciones de nuestra realidad imaginaria, de lo que tenemos dentro. Las películas de terror más exitosas consiguen esto. Incluso la que ahora está teniendo tanto éxito, It, una adaptación de Stephen King, trata, creo, justamente este tema.
Los cuatro personajes de la película parecen incapaces de entablar una relación sexual y afectiva satisfactoria dentro de una vida corriente. Es algo que parece ocurrirles a todos tus personajes desde Sangre. Sin embargo, en La región salvaje esto se desbloquea, pero a través de un extraterrestre. ¿Porque está necesidad de incluir elementos fantásticos para desbloquear lo que parece imposible en lo cotidiano?
Supongo que es una visión negativa: la salvación a veces no está necesariamente en nosotros, a veces va a ser externa. La razón por la que quise usar esta criatura es porque realmente representaba algo que para mí era difícil descubrir, visualmente al menos, en los personajes. A través de la fantasía y la ciencia ficción logré representar visualmente y de una forma muy práctica lo que estos personajes tenían dentro.
Desde un punto de vista externo, parece que los autores del cine mexicano más internacionales, desde usted y Carlos Reygadas a Iñárritu, Cuarón y, especialmente, Del Toro, que acaba de ganar en Venecia con su película La forma del agua, han abrazado el género en su cine, algo que siempre ha parecido reñido con el llamado “cine de autor” de los grandes festivales como Cannes.
Yo creo que lo que tenemos en común es que nos encanta el cine más que nada, somos amantes del cine. Y el cine es muy amplio, el que más nos ha inspirado muchas veces es de género. Para mí ha sido muy importante, por ejemplo, el cine de Sergio Leone, Dario Argento o Stanley Kubrick.
En el caso de Guillermo, me siento muy cercano a él ahora más que nunca porque su cine me ha inspirado desde un principio, con Cronos (1993) por ejemplo. Su fuerza y su visión de la vida han sido muy especiales para mí ahora que con La región salvaje yo, como él, me intereso en un monstruo y la representación que este significa de nuestros sentimientos y sobre nuestra sociedad. Además, él siempre ha apoyado la película en sus estrenos de forma muy entusiasta y le estoy muy agradecido por ello, desde Venecia. Incluso en su estreno en Francia me dedicó estas palabras: «Amat Escalante es un explorador, un artista interesado en los límites de la violencia. De sus consecuencias espirituales y de la transmutación que tiene en nuestro mundo físico. Un maestro». Creo que la ha apoyado justo porque es cercana a su visión del cine de género. Yo estoy experimentando, tomando un riesgo de forma, de cómo debo contar algo, pero mis intereses vienen de la vida real. He aprendido que eso no limita el cómo muestras ese interés, algo que Guillermo hace muy bien. Él es un autor pero hace ciencia ficción y trata, básicamente, con monstruos.
El talento de todos estos cineastas mexicanos ha sido muy inspirador y es parte de por qué en México se está produciendo más de lo normal. Cuando empecé se hacían veinte, veintitrés, películas al año y ahora, en el último año, se hicieron ciento sesenta. Además de al triunfo de los cineastas, este salto se debe también al instituto mexicano de cinematografía y su director, Jorge Sánchez. Lo malo es que tantas películas hacen muy difícil el estreno nacional. Hace ya más de un año que La región salvaje ganó el León de Plata en Venecia, se ha estrenado en muchos países, ahora en España, pero no se ha estrenado en México.
La película está rodada en Guanajuato y tanto el bosque como la cabaña donde se encuentra el extraterrestre tienen una importancia capital en el relato. Destaca especialmente el plano aéreo del coche donde Alejandra (Ruth Ramos) lleva a su marido Ángel (Jesús Meza) para luego arrastrarlo hasta la cabaña, también el riachuelo que arrastra los cuerpos o los prados donde las protagonistas miran las nubes. ¿Desde dónde surge esta búsqueda de localizaciones y está importante utilización del paisaje, tan diferente de la aridez, por ejemplo, de Heli?
En Guanajuato existen todos estos elementos y yo crecí allí, por lo que los conozco muy bien. Aunque parezcan tan diferentes, también filme Heli allí, a solo quince minutos de donde rodé La región salvaje, aunque en otra estación del año. Yo me inspiro en lo que conozco: las idiosincrasias de la gente, el lugar, la cultura, la sociedad, las contradicciones que existen allí. Quise retratar la ciudad, las calles angostas, como se sienten en su oscuridad los personajes, etc. Esta película no podría haber tomado lugar en Ciudad de México tan fácilmente, tampoco en Madrid o Barcelona, necesitaba el sentimiento de una sociedad un poco más pequeña y más cerrada, tanto mentalmente como en cuestión práctica.
Tengo la teoría de que donde sea que estés puedes sacar un sinfín de historias o de situaciones. Eso es lo hermosos de crear ficciones, ya sean realistas o fantasiosas, alrededor de lo que uno tiene. Tomo los elementos que me inspiraron desde un inicio y los meto en la película. Me inspiró ese bosque porque he ido ahí toda mi vida. Son cosas que conozco y eso me facilita también la escritura del guion.
Hasta ahora, desde el hombre torturado de Heli y la mujer de Los bastardos a los dos menores de Amarrados y Esclava, el sujeto sexual se encuentra, de un modo u otro, apresado por quienes lo utilizan para su satisfacción. Aquí, de nuevo pasa lo mismo con el extraterrestre, encerrado en la cabaña para dar placer a los visitantes.
Son temas difíciles de autoanalizar. Supongo que son partes de sociedad, de la humanidad, que me causan interés y curiosidad. En este caso ese trato que existe entre nosotros con la sexualidad y su uso. También me cuestiono cuánto de ese amor de alguien enamorado pertenece a la persona amada. Esas cuestiones surgen en mis películas pero de forma inconsciente. Cuando vives en una sociedad de fuertes contrastes como es Latinoamérica (cada vez más el mundo entero), esas interacciones, y hablo más allá del coito en sí, de la sexualidad presente en todas nuestras interacciones, es algo que te causa mucho interés, siempre me ha pasado. Me parece que siempre hay alguien que explota al otro, pero no de forma necesariamente negativa. Es como un balance natural que existe en la vida. Cuando se usa mal, entonces es una explotación más obvia y no moral, como las explotaciones sexuales involuntarias de personas, como las que citas en mis películas. Cuando yo lo uso en una película representa, no solo eso que estamos viendo, sino un aire que creo que existe en el mundo, en la sociedad.
Aunque de forma diferente a lo anterior de su filmografía, donde a menudo se trataba de una violación, aquí el sexo tampoco se libra del peligro y la violencia.
No los planteo juntos conscientemente pero los dos elementos guardan mucho misterio para mí. La sexualidad y la violencia son como la oscuridad, no en el mal sentido, sino porque son un lugar misterioso, irracional a veces. Eso los liga, les pone en una posición similar. Además, de forma dramática, cinemática, me resultan muy atractivos. Por encima de eso, es cuestión del espectador ligar sus sentimientos hacia esas dos cosas. La criatura y su peligro vienen directamente relacionados con la vida real. Todo lo que vaya a dar un placer tan extremo, ya sea el amor o una droga, realmente te va a hacer mal tarde o temprano. En este sentido, para mí la criatura está muy cerca a la realidad de forma metafórica.
Conforme va cobrando fuerza la presencia del extraterrestre en la vida de Alejandra, la del apartado fantástico en el real, uno llega a creer que, como con Verónica (Simone Bucio), esta atracción va a devorar y poseer la vida de Alejandra hasta desligarla de la realidad. Sin embargo, la escena final rompe todo ese esquema. ¿Alejandra resiste por sus hijos?
En la película también vemos el ejemplo en varios personajes de cuando uno se queda cuando ya no debería quedarse. Es una metáfora de la vida real, de una relación real, cuando vemos que ya no debemos estar ahí pero nos parece muy difícil, como una muerte, irnos. Sin embargo, eso es lo que se tiene que hacer para no morir.
Mi opinión es que ella empieza una nueva etapa de su vida, libre, pero también trato de decir que uno nunca está libre del todo. Si tienes gente que depende de ti, como Alejandra con sus hijos y tú, a su vez, dependes de alguien (la criatura), no hay libertad. Más bien es aceptar el amor que uno va a dar y que va a recibir en la vida. Eso es lo más equivalente a la libertad que existe y creo que eso es lo más cercano al final de la película.
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