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ELLAS HABLAN

Más allá de dejar hablar

Huir o permanecer y luchar, esa parece la cuestión. Basada en la novela homónima de Miriam Toews, Sarah Polley dirige Ellas hablan (2022): una historia de imaginación femenina que parte de los sucesos reales de abusos y agresiones contra las mujeres de una comunidad religiosa de Bolivia en 2009. Los hombres, maridos, hermanos y amigos entraban a sus casas, las drogaban y violaban. Pero es aquí donde la realidad llega a su fin, permitiendo imaginar cómo continúa la vida después de estos acontecimientos. A partir de una puesta en escena teatral, reducida a unas cuantas horas y a un espacio concreto, el granero devuelve a las mujeres su agencia y, sobre todo, su palabra. En ese acto de restitución se permite a las mujeres que protagonizan la película, quienes forman un elenco casi de intenciones corales, sentir la ira, la duda y el deseo de una vida mejor.

Photo credit: Michael Gibson © 2022 Orion Releasing LLC. All Rights Reserved.

Towes tomaba en su novela el punto de vista masculino, el de August, alejándose de las mujeres. Polley descentraliza el relato de August dibujándolo como el único hombre “bueno”, aquel que tiene la misión loable de educar a los otros. El resto de los hombres carecen de rostro: son entidades que existen, peligros inminentes, pero sin rasgos definidos, lo que los propone como fantasmas al acecho. Al relegar a August a los márgenes de esta historia, se permite que las voces de ellas resuenen con más fuerza, que sus discusiones, y no cómo son percibidas por el intruso masculino del relato, sean el centro del debate. Aun así, la película es incapaz de profundizar en sus personajes femeninos. Cada uno de ellos se presenta como una idea a defender: la rabia, la razón, la madurez o el realismo. Dejan de ser mujeres para convertirse en la representación de posiciones morales al seguir un esquema demasiado calculado que se va repitiendo a lo largo del relato. Primero enuncia su postura ética, luego se hace al espectador cómplice de la agresión que ha sufrido, para terminar poniendo en cuestión aquellos valores originales. En el intento de que se pueda empatizar con sus personajes, la película acaba cayendo en el error de convertirlos en un nicho.

Ellas hablan 2. Revista Mutaciones
Photo credit: Michael Gibson © 2022 Orion Releasing LLC. All Rights Reserved.

No obstante, Sarah Polley profundiza en ese punto de vista de la imaginación femenina a través de la imagen fílmica, oponiendo la visión de las mujeres a la de la opresión. Se contrapone constantemente el exterior, el campo, y el interior, el granero. En el primero los niños juegan y ríen libremente, ajenos a la violencia que sus madres han sufrido, mientras que el segundo espacio se muestra sombrío, iluminado sólo por las lámparas de aceite o la luz de la puesta de sol que entra levemente. Al encerrar a sus personajes en el granero, desde la claustrofobia y oscuridad se enfatiza la idea que sostiene la película: la necesidad de libertad de acción de las mujeres. Se hace presente en el constante movimiento de cámara que sigue a los niños mientras juegan, las referencias a los mapas, a descubrir lugares o el galopar de los caballos. La otra gran oposición es el punto de vista femenino, aquel que se presenta en el relato a través de una voz en off, versus la visión de la divinidad, del patriarcado, representado en unos planos cenitales que señalan los momentos de consciencia de las mujeres sobre las violencias que han sufrido. Escoger el cenital es adoptar una mirada superior y omnipresente, una mirada patriarcal que las concibe plenamente como otro. Un plano que no permite ver sus rostros, solo unos cuerpos doloridos, da lugar a una mirada que las examina y deshumaniza. Es en estos momentos de lucidez visual, dejando de lado metáforas demasiado evidentes sobre la libertad de las mujeres, donde la película se permite brillar y proponer su crítica a las estructuras de violencia patriarcal apoyadas en la fe y la religión.


Ellas hablan (Women Talking, EE.UU., 2022)

Dirección y guion: Sarah Polley / Producción: Orion Pictures, Hear/Say Productions, Plan B Entertainment / Fotografía: Luc Montpellier / Montaje: Christopher Donaldson, Roslyn Kalloo/ Interpretación: Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Judith Ivey, Ben Whishaw, Frances McDormand

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