EL SENTIDO DE UN FINAL
Leer la memoria
En ocasiones, el tiempo viene a buscarte, a buscarnos. La vida se vive en presente, pero hay momentos en que las circunstancias abren un nostálgico portal al pasado, y, de repente, se resquebrajan las certezas con que construimos nuestra identidad. En esta película, tal como hiciera en sus otros dos largometrajes (The Lunchbox, 2013 y Nosotros en la noche, 2017), Ritesh Batra vuelve a cavilar acerca de los entresijos de las relaciones personales a través de unos seres a los que el tiempo ya les ha pintado canas y surcado las arrugas. El sentido de un final es la adaptación de la elegante novela homónima escrita por Julian Barnes. En un momento determinante del libro, el protagonista reflexiona de la siguiente manera: “¿Cuántas veces contamos la historia de nuestra vida? ¿Cuántas veces la adaptamos, la embellecemos, introducimos astutos cortes? Y cuanto más se alarga la vida, menos personas nos rodean para rebatir nuestro relato, para recordarnos que nuestra vida no es nuestra, sino sólo la historia que hemos contado de ella. Contado a otros, pero sobre todo a nosotros mismos”. Esta reflexión contiene en sí la idea fuerte de la trama: la transformación de la memoria en base a la construcción del relato de nuestra vida.
Tony Webster (Jim Broabdent) es un hombre de existencia tranquila y rutinaria al que le cambia la vida una verdad enterrada. Un día recibe una carta que resucita viejas amistades, viejos amores, y viejas historias que el fantasma del pasado había convertido en vagas anécdotas. La madre de una antigua novia, Verónica (Charlotte Rampling), le ha dejado en su testamento el diario de un amigo del instituto. Para su sorpresa, Verónica se niega a entregarle el preciado documento, motivo que desencadena el misterio y la búsqueda interior del protagonista. La misiva funciona como el tiralíneas que pone en circulación el corazón y el engranaje de esta historia. De manera fluida, Ritesh Batra muestra la reconstrucción interna del personaje en la conjugación de su juventud (el pasado) y su senectud (el presente) mediante flashbacks. Este mecanismo formal empleado por el director indio consigue, primero, poner en imágenes el elástico caudal de la memoria, y segundo, exponer los acontecimientos que la mentira o el autoengaño habían relegado al ostracismo con el firme propósito de seguir adelante y superar el trauma vivido.
Ritesh Batra es fiel a la evocación nostálgica del tiempo planteada por Julian Barnes, no obstante, el tono de la película guarda una amabilidad en las formas que no existe en el texto escrito. La película consigue atrapar y se disfruta gracias a unas interpretaciones humanas hechas de gestos, de miradas, de detalles. Hay una interesante lectura del proceso latente de la madurez, de las maneas de crecer y de la honestidad con que se puede afrontar la vida. El mensaje es sincero. Recordar es una forma de volver a vivir acontecimientos pasados. Hay quienes se instalan en el recuerdo porque encuentran, allí, el refugio ideal, y hay otros que, como el protagonista de El sentido de un final, se han pasado la vida escapando de sí mismos. En la encrucijada entre el tiempo que vivimos y el pasado que viene a por nosotros se encuentra la pulsión de futuro, y es por ello que Tony Webster tiene que perseguir a Verónica, por buscarle un sentido a la memoria.
El sentido de un final (Reino Unido, 2017)
Dirección: Ritesh Batra / Guión: Nick Payne / Producción: Glen Basner, Ben Browning, Christine Langan, Norman Merri, Milan Popelka, Ed Rubin, Aaron Ryder, David M. Thompson, Ed Wethered / Diseño de producción: Jacqueline Abrahams/ Música: Max Richter / Montaje: John F. Lyons / Fotografía: Christopher Ross/ Reparto: Jim Broabdent, Charlotte Rampling, Harriet Walter, Michelle Dockery, Emily Mortimer, Billy Howle, Joe Alwyn, Freya Mavor, Matthew Goode, Edward Holcroft, James Wilby
Excelente resumen de obra y peli.
Gracias