EL MEJOR CINE DE 2021 – VOTACIONES INDIVIDUALES
Nuestras películas favoritas del 2021
Un año más desde la Revista Mutaciones, en nuestro intento de señalar y destacar las mejores obras del cine contemporáneo, del 2021, hemos contactado con 36 críticos y cinéfilos amigos y les hemos pedido que eligiesen diez películas o series que considerasen interesantes, atrevidas o importantes estrenadas en salas o en VOD a lo largo del año. Junto con el equipo de redacción, se han sumado 107 títulos de prácticamente todas las latitudes y referentes de la cinematografía mundial. Queremos expresar nuestro agradecimiento a los colaboradores, sin cuya ayuda no sería posible este artículo.
Asimismo, queremos aclarar dos controversias. Algunos participantes reflexionan sobre el objeto mismo de la lista e inciden en la paradoja de no poder incluir lo mejor del año al no cumplir los requisitos del estreno. Sin incidir en un debate sobre si el lanzamiento en plataformas como Filmin en el marco de un festival online puede significar una democratización de su visionado (y por tanto su estreno), el criterio elegido para excluir aquellas obras sin distribución se fundamenta en la capacidad del público general de acceder o no a las películas en el presente. El fin último es apuntar al lector aquellos títulos que merecen una primera o segunda oportunidad, y de nada serviría confeccionar una lista inaccesible sin un mínimo criterio homogeneizador.
El segundo punto susceptible de polémica es la cuantificación de los valores cinematográficos en una escala de valores. Probablemente, estas listas individuales reflejen la diversidad de miradas críticas contemporáneas y el estado del cine actual con mayor precisión que el cómputo total de las votaciones. Por ese motivo, no hemos querido colocar las obras por preferencias sino por orden alfabético, destacando las menciones por encima de las puntuaciones. Cada película nombrada ha contado con un voto para lo mejor del 2021.
Aquí quedan las listas individuales ordenadas alfabéticamente por el nombre de su autor.
Alberto Hernando
Benedetta, de Paul Verhoeven (Francia, Bélgica y Holanda)
Days, de Tsai Ming Liang (Taiwan y Francia)
El teléfono del viento, de Nobuhiro Suwa (Japón)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, de Emmanuel Mouret (Francia)
Libertad [Miniserie], de Enrique Urbizu (España)
Malmkrog, de Cristi Puiu (Rumanía, Serbia, Suiza. Suecia, Bosnia y Herzegovina-Macedonia)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
Quién lo impide, de Jonás Trueba (España)
Titane, de Julia Ducournau (Francia y Bélgica)
Me ha costado prescindir de un par de títulos: La mujer que escapó de Hong Sangsoo y Small Axe, la miniserie de Steve McQueen, que en cualquier otro momento habrían entrado en este listado; pero en general me ha sido más fácil realizar la selección que otros años. En parte, porque a fecha del 7 de diciembre en que esto escribo no he visto tantas películas como otras veces; en parte porque, aun gustándome, no me han chiflado los grandes estrenos de la temporada y de culto (Annette, Nomadland, La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun), Dune, Espíritu sagrado, Zeros and Ones…). En parte, también, porque ha sido un año extraño, de acontecimientos cinematográficos pendientes y películas invisibles.
Si tuviera que definir el 2021 no sería, por tanto, con 10 grandes títulos sino con varias decenas de pequeñas películas, irregulares e imperfectas, que no están en esta lista pero que han mantenido la magia en los cines. La Gomera de Corneliu Porumboiu, Spring Blossom de Suzanne Lindon (menudo debut), Uno de nosotros, el genial wéstern de Thomas Bezucha, Death of Nintendo de Raya Martin, Fortuna de Germinal Roaux (una película tierna y hermosa a reivindicar), La última primavera de Isabel Lamberti que lamentablemente se ha vuelto de enorme actualidad. Y otras más: Cry Macho, Summer of Soul, Fauna, La mujer del espía, El poder del perro, Madres paralelas, La ruleta de la fortuna y la fantasía… Quiero pensar que las pequeñas dimensiones y la sabiduría de Petite Maman las representa a todas.
El año que viene será mejor aún.
Alejandro Pazó
Bo Burnham: Inside, de Bo Burnham (Estados Unidos)
Candyman, de Nia DaCosta (Estados Unidos)
El asesinato de dos amantes, de Robert Machoian (Estados Unidos)
El padre, de Florian Zeller (Reino Unido, Francia)
Fantasía, de Aitor Merino (España)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
Quién lo impide, de Jonás Trueba (España)
Spencer, de Pablo Larraín (Reino Unido)
The Night House, de David Bruckner (Estados Unidos)
Álvaro de Luna
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
Days, de Tsai Ming Liang (Taiwan y Francia)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
La Gomera, de Corneliu Porumboiu (Rumanía, Francia, Alemania)
La vida de los demás, de Mohammad Rasoulof (Irán)
Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, de Emmanuel Mouret (Francia)
Las mil y una, de Clarisa Navas (Argentina, Alemania)
Nuevo orden, de Michel Franco (México, Francia)
Surge, de Aneil Karia (Reino Unido)
Titane, de Julia Ducournau (Francia y Bélgica)
Como en los últimos meses del año quien esto firma se halla inmerso en la cobertura de los festivales cinematográficos de nuestro país, no le da la vida para visionar las películas que se estrenan en nuestra cartelera, que precisamente coincide con uno de sus mejores momentos de todo el año, conviviendo en salas muchos de los estrenos más importantes de la temporada. Por si fuera poco, sigo discutiendo, en pleno 2021, el criterio establecido por casi la totalidad de medios culturales consistente en contabilizar solo en los rankings de las mejores películas del año las obras estrenadas en cines españoles o plataformas que en nuestro país operan, cuestionando así la verdadera finalidad de estas listas. ¿Cómo es posible que puedan seleccionarse largometrajes como Malkmkrog (Cristi Puiu, 2020) o Quién lo impide (Jonás Trueba, 2021), que apenas se han exhibido en algo más de diez salas en todo el país, alcanzando con dificultad la decena de provincias (de cincuenta que España posee), y en contra no puedan incluirse, por ejemplo, los títulos del Festival de cine de Gijón que FILMIN ha tenido en su catálogo durante varios días sin límite de visionados y disponibles en la totalidad de la geografía española? Pero como este debate ya resulta algo latoso, aunque no resuelto, solo indicar sucintamente que de habérseme permitido la inclusión de las obras disfrutadas en los distintos certámenes de cine que he asistido únicamente quedaría la mitad de los filmes de la siguiente lista, que tiene a una vaca, la pena de muerte y una bebé cantarina como protagonistas.
Álvaro Pérez
Dune, de Denis Villeneuve (Estados Unidos)
El buen patrón, de Fernando León de Aranoa (España)
El último duelo, de Ridley Scott (Estados Unidos)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun), de Wes Anderson (Estados Unidos)
Lamb, de Valdimar Jóhannsson (Isandia)
Relic, de Natalie Erika James (Australia)
Titane, de Julia Ducournau (Francia y Bélgica)
Ultima noche en el Soho, de Edgar Wright (Reino Unido)
Una joven prometedora, de Emerald Fenell (Reino Unido)
Ander Macazaga
Days, de Tsai Ming Liang (Taiwan y Francia)
El teléfono del viento, de Nobuhiro Suwa (Japón)
Fue la mano de Dios, de Paolo Sorrentino (Italia)
La pintora y el ladrón, de Benjamin Ree (Noruega)
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryūsuke Hamaguchi (Japón)
Madres verdaderas, de Naomi Kawase (Japón)
Malmkrog, de Cristi Puiu (Rumanía, Serbia, Suiza. Suecia, Bosnia y Herzegovina-Macedonia)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
Summer of Soul, de Questlove (Estados Unidos)
Un segundo, de Zhang Yimou (China)
La selección de títulos de esta segunda temporada pandémica no es del todo real, puesto que son varios los factores que condicionan su existencia.
Mientras que el desdichado virus siga dando guerra, la industria cinematográfica, y los espectadores, seguiremos sumergidos en una caótica (y dramática) inestabilidad agonizante. Los estrenos se retrasan a medida que las variantes del Covid y las nuevas oleadas nos amenazan. Mientras, los distribuidores viven una situación de desesperación por intentar (re)colocar sus producciones en unos cines ya desbordados, colapsados y saturados; y las plataformas VOD, por mucho que farden de democratización del visionado, no ayudan el aligerar el colapso de títulos.
Si la situación en Madrid, Barcelona o en las grandes ciudades ya es crítica, imagináoslo en las demás. No hay tiempo físico para ver las películas, bien porque hay demasiadas, porque no llegan (Quién lo impide, de Jonás Trueba) o porque apenas aguantas unos días en la cartelera (Espíritu sagrado, de Chema García Ibarra). Y con un mísero paso en versión original…
Donostia, por ejemplo, que tanto presume de su festival, no está siendo capaz de atar en corto muchas de las más interesantes propuestas cinematográficas del año. Pero no quiero cargar contra los encargados de las salas de cine, que bastante tienen con lo suyo, sino señalar a las autoridades y su nefasta gestión -me refiero expresamente al País Vasco- que, rozando el ridículo y la incoherencia, han dejado en evidencia su disfuncionalidad política y sensibilidad cultural.
Ángela Rodríguez
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
Days, de Tsai Ming Liang (Taiwan y Francia)
El poder del perro, de Jane Campion (Australia)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
Gunda, de Viktor Kossakovsky (Noruega)
La mujer que escapó, de Hong Sang-soo (Corea del sur)
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryūsuke Hamaguchi (Japón)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
Quién lo impide, de Jonás Trueba (España)
The Last Autumn, de Yrsa Roca Fannberg (Islandia)
Amaia Zufiaur
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
El caballero verde, de David Lowery (Estados Unidos)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
Lamb, de Valdimar Jóhannsson (Islandia)
Otra ronda, de Thomas Vinterberg (Dinamarca)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
The Velvet Underground, de Todd Haynes (Estados Unidos)
Ultima noche en el Soho, de Edgar Wright (Reino Unido)
Una joven prometedora, de Emerald Fenell (Reino Unido)
Wandavision (Miniserie) de Jac Schaeffer (Estados Unidos)
Borja Castillejo
Un monde flottant de Jean-Claude Rousseau (Francia) & Memoria de Apichatpong Weerasethakul (Colombia)
earthearthearth de Daïchi Saïto (Canadá), bai gosti / eros afogado em lágrimas de Vinícius Romero (Brasil) & oblivion (rework) de Audrey Robinovitz (Estados Unidos)
S4D3, 3SCOMBRO5 & PR1NC3S4 de Raúl Perrone (Argentina)
69 de Ignazio Fabio Mazzola (Italia) & To the Old World (Thank You for Use My Body) de Mark Leckey (Reino Unido)
Des enfants et des ruines de Alain Mazars (Francia)
Spinoza/Ongodist de Bruno Delgado Ramo (España) & Outside Noise de Ted Fendt (Alemania)
Train Again de Peter Tscherkassky (Austria) & Evangelion: 3.0+1.0 Thrice Upon a Time de Hideaki Anno (Japón)
A Night of Knowing Nothing de Payal Kapadia (India)
Fabian: Going to the Dogs de Dominik Graf (Alemania) & Worlds de Isaac Goes (Canadá)
Zeros and Ones de Abel Ferrara (Estados Unidos) & We’re All Going to the World’s Fair de Jane Schoenbrun (Estados Unidos)
Al igual que el año pasado, hago acopio de lo más interesante a modo de parejas/tríos de películas que comparten características, forma o esencia. Este año ha dado obras singulares, algunas de ellas sin parangón y otras que, si bien brillan por sí solas, quizá se entiendan mejor si se acompañan de otros visionados. Estos títulos son especiales, la mayoría proponen una nueva forma de entender el cine y el audiovisual en sí y, aunque no se ajusten a los parámetros de las demás listas, creo que podrán ser de ayuda para ampliar el espectro fílmico de este año tan sobrecargado.
(Por motivos evidentes y a petición del redactor estos títulos se apartan de los criterios de elaboración y no se considerarán en el cómputo del top final)
Borja González Lorente
Cristina Aparicio
Destello bravío, de Ainhoa Rodríguez (España)
Dune, de Denis Villeneuve (Estados Unidos)
El agente topo, de Maite Alberdi (Chile)
Fauna, de Nicolás Pereda (México)
La vida era eso, de David Martín de los Santos (España)
Line of Duty (T6), de Jed Mercurio (Reino Unido)
Nomadland, de Chloé Zhao (Estados Unidos)
Misa de medianoche [Miniserie], de Mike Flanagan (Estados Unidos)
Quién lo impide, de Jonás Trueba (España)
Una película de policías, de Alonso Ruizpalacios (México)
En términos de autoría, se quedan fuera de la lista algunos grandísimos hallazgos como el compositor-director y hombreparatodo Lin-Manuel Miranda y la prometedora Emerald Fennell. Pero también maravillosos reencuentros: el que se produjo en la gran pantalla con John Krasinski y en televisión con el matrimonio Michelle y Robert King, por un lado, y con Sam Levinson por otro.
David Pardillos
El año pasado arrancaba estas mismas líneas convencido de que las miniseries comenzaban a invadir mi mundo y de que quizá el futuro audiovisual estaba en la televisión. Puede que solo fue una coincidencia, una escasez de películas debido a la pandemia o ve tu a saber qué, pero el caso es que este año solo he podido encontrar una serie que me llenase tanto como para ponerla a la altura de mis filmes (casualmente toda una serie de autor(a), valiente mostrando lo vulnerable, feminista sin dogmatizar, millenial sin dar cringe y muy skater sin pasarse de cool) como es Betty de Crystal Moselle. Este ha sido un gran año para mí en lo personal y sobre todo en lo profesional, y me gusta pensar que en cada una de estas películas hay un pedacito de él: la escapada a un laboratorio a las afueras de Madrid para ver de extranjis Petite Maman y poder entrevistar a Céline Sciamma, caer rendido con Sorrentino soñando con Maradona (y yo con Jessica Chastain) antes de hacerlo enfermo en Donosti, la vuelta de aquel Festival (y del hospital) de San Sebastián para ser recibido en los calurosos brazos de Arrakis y la juventud madrileña de Jonás Trueba, una pequeña gran tarde de verano (casi sacada de otra película de Trueba, La virgen de agosto) junto a Guillaume Brac y sus románticos muchachos o una noche de Halloween viendo la última película de Edgar Wright en buena compañía, disfrazado de Patrick Bateman y chorreando sangre por todos lados. Todos esos momentos nunca se perderán como gotas en la lluvia, porque volverán a mí tan pronto como revisione o siquiera piense en cualquiera de estas maravillosas películas.
Daniela Urzola
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
Candyman, de Nia DaCosta (Estados Unidos)
Espíritu sagrado, de Chema García Ibarra (España)
Otra ronda, de Thomas Vinterberg (Dinamarca)
Quién lo impide, de Jonás Trueba (España)
Saint Maud, de Rose Glass (Reino Unido)
Shiva Baby, de Emma Seligman (Estados Unidos)
Succession [T3], de Jesse Armstrong (Estados Unidos)
The Night House, de David Bruckner (Estados Unidos)
Ultima noche en el Soho, de Edgar Wright (Reino Unido)
Y una mención especial a esas películas que habría deseado poner en mi top, pero que desafortunadamente no han tenido distribución (y que no sé si tendrán) más allá de festivales: Shithouse, de Cooper Raiff (Estados Unidos) y El síndrome de los quietos, de Elías León Siminiani (Colombia-España).
Elsa Tébar
Ernesto Delgado
Espíritu sagrado, de Chema García Ibarra (España)
Evangelion: 3.0+1.0 Thrice Upon a Time, de Hideaki Anno (Japón)
Godzilla Singular Point [T1], de Atsushi Takahashi (Japón)
La mujer del espía, de Kiyoshi Kurosawa (Japón)
Más allá de los dos minutos infinitos, de Junta Yamaguchi (Japón)
Maligno, de James Wan (Estados Unidos)
Possessor Uncut, de Brandon Cronenberg (Canadá)
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryūsuke Hamaguchi (Japón)
The empty man, de David Prior (Estados Unidos)
Titane, de Julia Ducournau (Francia y Bélgica)
Quizás peque de monotema, pero 2021 se me ha hecho un año un poco monstruoso, dentro y fuera del cine. Espero no estar repitiéndome con lo que ya he estado publicando a lo largo del año, pero para unas palabras que puedo escribir en primera persona sin que me mate la consciencia, quería aprovechar un poco la ocasión.
Fernando Sánchez López
El caballero verde, de David Lowery (Estados Unidos)
El poder del perro, de Jane Campion (Australia)
El último duelo, de Ridley Scott (Estados Unidos)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun), de Wes Anderson (Estados Unidos)
Las leyes de la frontera, de Daniel Monzón (España)
Minari. Historia de mi familia, de Lee Isaac Chung (Estados Unidos)
Spencer, de Pablo Larraín (Reino Unido)
Succession [T3], de Jesse Armstrong (Estados Unidos)
Ultima noche en el Soho, de Edgar Wright (Reino Unido)
Iván Ginés
Javier G. Godoy
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
Despierta la furia, de Guy Ritchie (Reino Unido)
Dune, de Denis Villeneuve (Estados Unidos)
El poder del perro, de Jane Campion (Australia)
La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun), de Wes Anderson (Estados Unidos)
Quién lo impide, de Jonás Trueba (España)
Quo Vadis, Aida?, de Jasmila Zbanic (Bosnia y Herzegovina)
Small Axe [Serie], de Steve McQueen (Reino Unido)
Spencer, de Pablo Larraín (Reino Unido)
Una película de policías, de Alonso Ruizpalacios (México)
Javier Hurtado
Javier Rueda
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
La Gomera, de Corneliu Porumboiu (Rumanía, Francia, Alemania)
La mujer que escapó, de Hong Sang-soo (Corea del Sur)
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryūsuke Hamaguchi (Japón)
Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, de Emmanuel Mouret (Francia)
Small Axe: Lovers rock [Serie], de Steve McQueen (Reino Unido)
Madres paralelas, de Pedro Almodóvar (España)
Malmkrog, de Cristi Puiu (Rumanía, Serbia, Suiza, Suecia, Bosnia y Herzegovina-Macedonia)
Master of None [T3], de Aziz Ansari y Alan Yang (Estados Unidos)
Menciones: El poder del perro de Jane Campion, El discípulo de Chaitanya Tamhane, La mujer del espía de Kiyoshi Kurosawa, Espíritu Sagrado de Chema García Ibarra, Azor de Andreas Fontana, ¿Qué vemos cuando miramos al cielo? de Alexandre Koberidze, Preparativos para estar juntos un periodo de tiempo desconocido de Lili Horvát y La sangre helada de Andrew Haigh.
Javier Valera
Fue la mano de Dios, de Paolo Sorrentino (Italia)
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryūsuke Hamaguchi (Japón)
Libertad, de Clara Roquet (España)
Luca, de Enrico Casarosa (EEUU)
Madres paralelas, de Pedro Almodóvar (España)
Maligno, de James Wan (Estados Unidos)
Nomadland, de Chloé Zhao (Estados Unidos)
Quién lo impide, de Jonás Trueba (España)
Quo Vadis, Aida?, de Jasmila Zbanic (Bosnia y Herzegovina)
Una joven prometedora, de Emerald Fenell (Reino Unido)
Joaquín Fabregat
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
Days, de Tsai Ming Liang (Taiwan y Francia)
El teléfono del viento, de Nobuhiro Suwa (Japón)
La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun), de Wes Anderson (Estados Unidos)
La mujer que escapó, de Hong Sang-soo (Corea del Sur)
La hija, de Manuel Martín Cuenca (España)
Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, de Emmanuel Mouret (Francia)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
Spencer, de Pablo Larraín (Reino Unido)
Un efecto óptico, de Juan Cavestany (España)
Juanma Barbero Fornet
Espíritu sagrado, de Chema García Ibarra (España)
Evangelion: 3.0+1.0 Thrice Upon a Time, de Hideaki Anno (Japón)
Maligno, de James Wan (Estados Unidos)
Malmkrog, de Cristi Puiu (Rumanía, Serbia, Suiza, Suecia, Bosnia y Herzegovina-Macedonia)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryūsuke Hamaguchi (Japón)
Sonny Boy, de Shingo Natsume (Japón)
Titane, de Julia Ducournau (Francia y Bélgica)
Venom: Habrá matanza, de Andy Serkis (Estados Unidos)
Zeros and Ones, de Abel Ferrara (Estados Unidos, Italia)
Os estaréis preguntando qué tipo de sustancias psicotrópicas he consumido para hacer la alineación de este año. Ninguna, todavía. 2021 ha sido un año extraño y solitario, y como jovencito extraño y solitario que soy, pues bueno, os hacéis una idea. Como crítico de cine, eso sí, soy bastante de medio pelo:
cada vez veo menos cine francés (sacrebleu, pensaréis).
Estas películas resultan valiosas para mí. Algunas son buenas, otras no tanto, pero importantes han sido las diez, por razones diferentes. Cada una irradia una pulsión que interpela tanto al muchachito cinéfilo amante de las mamarrachadas escapistas como al adultísimo crítico de cine que utiliza calificativos como “abyecto” o “pastiche” y hace como que entiende el cine de lo trascendental. A veces dudo entre la seriedad profesional o simplemente quedarme en mi parcelita, con mi contradictorio criterio revolcándose en pequeños momentos lúdicos o de bienvenida calidez humana. Como la del final de Zeros and Ones, los gusanitos de Petite Maman, la versión de Zombie de Los Sobraos en Espíritu sagrado o la conversación final entre Shinji Ikari y su padre en Evangelion 3.0+1.0, después de veinticinco años y tres o cuatro apocalipsis de por medio.
Pese a la extrañeza y soledad de los últimos tiempos, el cine vive, y a veces vive incluso más que el propio espectador. Y ahora, si me disculpáis, voy a por esas sustancias psicotrópicas de las que hablaba al principio.
Juanma Gómez
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
El buen patrón, de Fernando León de Aranoa (España)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun), de Wes Anderson (Estados Unidos)
La mujer que escapó, de Hong Sang-soo (Corea del Sur)
Nomadland, de Chloé Zhao (Estados Unidos)
Otra ronda, de Thomas Vinterberg (Dinamarca)
Titane, de Julia Ducournau (Francia y Bélgica)
Ultima noche en el Soho, de Edgar Wright (Reino Unido)
Una joven prometedora, de Emerald Fenell (Reino Unido)
Júlia Gaitano
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
El caballero verde, de David Lowery (Estados Unidos)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
Maligno, de James Wan (Estados Unidos)
Mandíbulas, de Quentin Dupieux (Francia)
Nomadland, de Chloé Zhao (Estados Unidos)
Otra ronda, de Thomas Vinterberg (Dinamarca)
Spencer, de Pablo Larraín (Reino Unido)
Titane, de Julia Ducournau (Francia y Bélgica)
Tres pisos, de Nanni Moretti (Italia)
Llevan años anunciando la muerte del cine. El cine se muere, el cine se muere, pero la verdad es que parece que de momento, no. Llegó la pandemia, todo paró… y el cine ahí seguía. Se reabrieron las salas, se reanudó la cartelera de estrenos… y aún había cine que ver. Tras el segundo año inmersos en las más adversas circunstancias, demos las gracias de que este sea una forma de arte tan testaruda, y siga resistiéndose a esa muerte sobreanunciada. Pero cómo hablar de supervivencia, como si de un esfuerzo a duras penas se tratara, ante títulos como El caballero verde (reinterpretación del mito artúrico en clave grandilocuentemente minimalista) o Spencer (increíble tour de force interpretativo de Kristen Stewart en las manos de un Larraín en su máxima expresión). Ante pelis que beben de toda una tradición anterior pero proponen nuevos paradigmas e imágenes frescas, como Titane, Annette o Maligno, cada una más sorprendente y disparatada (en el mejor de los sentidos) que la anterior. Sea como sea, si esta es la forma de morir que tiene el cine, le deseo que siga muriendo muchos años más.
Mario Iglesias
Néstor Juez
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
El poder del perro, de Jane Campion (Australia)
El teléfono del viento, de Nobuhiro Suwa (Japón)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
Gunda, de Viktor Kossakovsky (Noruega y Estados Unidos)
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryūsuke Hamaguchi (Japón)
Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, de Emmanuel Mouret (Francia)
Malmkrog, de Cristi Puiu (Rumanía, Serbia, Suiza, Suecia, Bosnia y Herzegovina-Macedonia)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
Small Axe: Lovers rock [Serie], de Steve McQueen (Reino Unido)
Oscar M. Freire
El poder del perro, de Jane Campion (Australia)
El teléfono del viento, de Nobuhiro Suwa (Japón)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
Fue la mano de Dios, de Paolo Sorrentino (Italia)
La mujer del espía, de Kiyoshi Kurosawa (Japón)
Pablo Fernández
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
Days, de Tsai Ming Liang (Taiwan y Francia)
El teléfono del viento, de Nobuhiro Suwa (Japón)
Espíritu sagrado, de Chema García Ibarra (España)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
La mujer que escapó, de Hong Sang-soo (Corea del Sur)
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryūsuke Hamaguchi (Japón)
Quién lo impide, de Jonás Trueba (España)
The Night House, de David Bruckner (Estados Unidos)
La décima película (o la segunda, o la primera) es Un polvo desafortunado o porno loco (Radu Jude, Rumanía), pero al haber pasado solo por festivales la incluyo aquí.
Pablo Reyes Velasco
Benedetta, de Paul Verhoeven (Francia, Bélgica y Holanda)
Bo Burnham: Inside, de Bo Burnham (Estados Unidos)
Dune, de Denis Villeneuve (Estados Unidos)
La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun), de Wes Anderson (Estados Unidos)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
Quo Vadis, Aida?, de Jasmila Zbanic (Bosnia y Herzegovina)
Spencer, de Pablo Larraín (Reino Unido)
The Beatles: Get Back, de Peter Jackson (Reino Unido y Nueva Zelanda)
Titane, de Julia Ducournau (Francia y Bélgica)
Uno de nosotros, de Thomas Bezucha (Estados Unidos)
Patricia Marín
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
El buen patrón, de Fernando León de Aranoa (España)
El caballero verde, de David Lowery (Estados Unidos)
El último duelo, de Ridley Scott (Estados Unidos)
Nadie, de Ilya Naishuller (Estados Unidos)
Palm Springs, de Max Barbakow (Estados Unidos)
Spencer, de Pablo Larraín (Reino Unido)
tick… tick… Boom!, de Lin-Manuel Miranda (Estados Unidos)
Ultima noche en el Soho, de Edgar Wright (Reino Unido)
Una joven prometedora, de Emerald Fenell (Reino Unido)
A principios del año no pensé ni por un segundo que sería un buen año, pero… ¿empezamos? No pensé que Carax o Lowery me atraparían de esa manera, consiguieron que me quedase embobada frente a la pantalla y es algo que, pese a lo que pueda llegar a pensar de la película en general, valoro muchísimo. Fueron dos viajes de los que guardo millones de fotografías que miro de vez en cuando con nostalgia. Tampoco pensé que Fennel, Naishuller, Scott o León de Aranoa pudieran darme ganas de seguir peleando mis batallas. Todas son películas que te hacen sentir impotente pero que a su vez te llenan de coraje. Y bueno, ya estaba enamorada de Andy Samberg y no me costó dejarme llevar a Palm Spring, con la que disfruté como una cría. Era imposible no mencionar a Larraín, que tras el retrato tan impresionante que hizo de Jackie, vuelve a darnos una lección de cine poniendo las cosas en su lugar, dando a Diana y a nosotros mismos un respiro ante las aglomeraciones.
Además, lo mío con los musicales es un caso aparte. Ya mencioné Annette, pero tick… tick… Boom!, muy diferente en su forma, ya tiene un hueco en mi lista de reproducción de por vida (¡haters de Lin-Manuel Miranda a mí!). Por último, como amante de la animación me gustaría decir que ha sido un buen año, he visto cosas divertidas, entrañables e inspiradoras, pero ninguna como Wolfwalkers, de Tomm Moore y Rosse Stewart (Irlanda) estrenada en diciembre del año pasado. No podía irme de aquí sin hacerle un hueco.
Pepe Sapena
¡Al abordaje!, de Guillaume Brac (Francia)
La mujer que escapó, de Hong Sang-soo (Corea del Sur)
Rafael Sánchez
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
Arcane: League of Legends [T1], de Riot Games (Estados Unidos)
Benedetta, de Paul Verhoeven (Francia, Bélgica y Holanda)
El poder del perro, de Jane Campion (Australia)
Evangelion: 3.0+1.0 Thrice Upon a Time, de Hideaki Anno (Japón)
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryūsuke Hamaguchi (Japón)
Libertad, de Clara Roquet (España)
Los Mitchell contra las máquinas, de Michael Rianda y Jeff Rowe (Estados Unidos)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
The Beatles: Get Back, de Peter Jackson (Reino Unido y Nueva Zelanda)
Sergio de Benito
¡Al abordaje!, de Guillaume Brac (Francia)
Borrar el historial, de Benoît Delépine y Gustave Kervern (Francia)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun), de Wes Anderson (Estados Unidos)
La mujer que escapó, de Hong Sang-soo (Corea del Sur)
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryūsuke Hamaguchi (Japón)
Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, de Emmanuel Mouret (Francia)
Madres paralelas, de Pedro Almodóvar (España)
Malmkrog, de Cristi Puiu (Rumanía, Serbia, Suiza, Suecia, Bosnia y Herzegovina-Macedonia)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
Como casi todos los listados ceñidos a los circuitos comerciales, la presente relación se muestra afectada por las ausencias de cineastas destacadísimos en la notable cosecha de 2021, ya sean de estreno inminente (Alexandre Koberidze, Mia Hansen-Løve) o improbable (Ted Fendt, Kiro Russo). En cualquier caso, el año de la vuelta paulatina a la normalidad en la exhibición ha traído consigo paradójicamente una de las mejores carteleras anuales en bastante tiempo, lo que ha permitido confeccionar no sin renuncias una muestra de diez grandes películas disfrutadas en una sala de cine, hecho muy reconfortante dadas las circunstancias del sector. Hace pocos meses, durante esa lenta y confusa transición hacia el voraz estado habitual de las cosas, coincidieron en algunas carteleras títulos de Kelly Reichardt, Hong Sang-soo o Nobuhiro Suwa, fértil panorama de novedades condimentado por el exitoso regreso a los cines de Wong Kar-wai o David Lynch. Cabía entonces desear que la apuesta de los exhibidores por esta clase de propuestas pudiera consolidarse como algo más que una mera coyuntura estratégica para ganar tiempo y arañar espectadores antes del regreso arrasador de las majors y las infernales luchas semanales por encontrar un hueco entre gigantes, pero el paso de los meses ha constatado que este deseo tenía mucho de quimera.
Silvia Estévez
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
Bo Burnham: Inside, de Bo Burnham (Estados Unidos)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
Lamb, de Valdimar Jóhannsson (Isandia)
Los Mitchell contra las máquinas, de Michael Rianda y Jeff Rowe (Estados Unidos)
Minari. Historia de mi familia, de Lee Isaac Chung (Estados Unidos)
Succession [T3], de Jesse Armstrong (Estados Unidos)
Titane, de Julia Ducournau (Francia y Bélgica)
Ultima noche en el Soho, de Edgar Wright (Reino Unido)
Una joven prometedora, de Emerald Fenell (Reino Unido)
El año pospandemia ha afectado a mi Top. Si lo pensamos detenidamente, en el Top nos encontramos con historias de heroínas como las chicas de Una joven prometedora y Última noche en el Soho. Hay hueco también para historias familiares de diversa índole, encontramos familias que se desenvuelven en territorios hostiles como First Cow, Minari. Historia de mi familia o Los Mitchell contra las máquinas. También niños aterrorizados por su propia familia como les pasa a los hermanos Roy en la serie de HBO Succession. Y familias con niños aterradores -literalmente- es el caso de Titane, Annette y Lamb. Si a cualquiera de estos niños (los aterrorizados especialmente) les das un piano y un especial en Netflix tienes Bo Burham: Inside.
Sea como fuere el año llega a su fin, por eso me gustaría hacer una mención especial a la divertida Palm Springs (Max Barbakow) ya que la sensación del bucle temporal es algo que nos acechaba por las esquinas durante este 2021.
Fuera del Top quedan dos propuestas interesantes de Disney como es la serie de Wandavision (Jack Schaeffer) que en sus capítulos iniciales supuso una bocanada de aire fresco en el universo Marvel y Jungle Cruise (Jaume Collet-Serra) donde pudimos disfrutar de un blockbuster de aventuras con una historia original. Y entre tanto remake, se agradece.
Víctor Fernández
¡Al abordaje!, de Guillaume Brac (Francia)
Annette, de Leos Carax (Francia, Alemania, Bélgica)
Charulata. La esposa solitaria, de Satyajit Ray (India)
Days, de Tsai Ming Liang (Taiwan y Francia)
First Cow, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
Fue la mano de Dios, de Paolo Sorrentino (Italia)
La mujer del espía, de Kiyoshi Kurosawa (Japón)
La mujer que escapó, de Hong Sang-soo (Corea del Sur)
Petite Maman, de Céline Sciamma (Francia)
Quién lo impide, de Jonás Trueba (España)
Yago Paris
El escuadrón suicida, de James Gunn (Estados Unidos)
Un efecto óptico, de Juan Cavestany (España)
En un año donde se han confirmado las sospechas de la decadencia del cine de superhéroes, resulta satisfactorio encontrar una de ellas como sorprendente mejor película del año, a ojos de quien esto firma. Mientras Warner-DC no termina de concretar qué tipo de cine quiere hacer, Disney-Marvel parece tenerlo todo demasiado claro: tras el cierre de su fase 3 como cénit de su conservadurismo creativo, la fase 4 nos ha entregado un conjunto de obras menores, cinematográficamente televisivas, hasta el punto de que actualmente sus mejores producciones (desde luego, las que más se atreven a jugar mínimamente con formas y formatos) se encuentran en la pequeña pantalla. Zack Snyder y su mastodóntica y desaforada obra rompe con esta tendencia, y ofrece un filme fuera de su época, entregado al poder de fascinación de la imagen, rotundo en su radical concepción de lo superheroico en movimiento. Las ironías del destino han querido que las plataformas, cada vez más presente en los modelos de producción y consumo de nuestro presente, sean protagonistas por partida doble. De la misma manera que HBO Max ha dado cabida a un proyecto como el de Snyder, que no hubiera tenido lugar si su destino hubiera sido el de la gran pantalla, Netflix le ha ofrecido un spacio similar al mismo autor, donde ha estrenado Ejército de los muertos, con diferencia su peor película, cuya mediocridad cuesta creer. Esta convulsión, extrañeza e inconcreción se puede entender como el reflejo de un año donde, ante todo, hemos carecido de certezas.
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