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EL HIJO

Cría cuervos…

el hijo 3 - mutaciones

Los guionistas de El hijo, Brian y Mark Gunn (hermano y primo respectivamente de James Gunn, productor de la cinta), no se han molestado en absoluto en ocultar el principal referente de su libreto. Es más, la campaña publicitaria se ha encargado de utilizarlo a su favor. Estamos hablando de Superman, por supuesto. El hijo comienza de la misma manera que la película de Richard Donner de 1978, que a su vez adaptaba los orígenes del personaje que nació en Action Comics en 1938: Una pareja de granjeros ve cómo un bebé cae literalmente del cielo en una nave alienígena, y deciden criarle como si fuese su hijo. A medida que el niño/ser de otro planeta va creciendo, va desarrollando poderes sobrehumanos. Hasta ahí, ninguna novedad. Incluso la propia DC ha jugado con estos orígenes en los cómics dando lugar a tramas alternativas como Superman: hijo rojo, creada por Mark Millar en 2003, donde Superman era criado en la Unión Soviética y se convertía en un bastión del comunismo. Pero mientras Kal-El/Clark Kent (el original) utilizaba sus poderes para el bien y se convertía en un superhéroe, nuestro protagonista Brandon Breyer se convierte en una máquina incontrolable del caos y la muerte. En un súper villano. Mientras el “hombre de acero” era el último descendiente de una especie extraterrestre avanzada y civilizada, a los padres biológicos de Brandon se les compara con un parásito. Alguien que introduce a su cría en un huésped que le de cobijo y alimento hasta que éste termine por devorarle por completo. Y, en esa comparativa, el huésped somos la humanidad.

Una vez establecida esta vuelta de tuerca a lo cánones de las historias de superhéroes, cambiamos de género y nos introducimos de lleno en el slasher sobrenatural. Al fin y al cabo, los superhéroes y los psycho killers tienen mucho en común: Historias de origen que suelen contener algún drama maternofilial, comportamientos que anulan las leyes de la física (como ese asesino que, a paso lento y sin acelerar, acaba siempre pillando a sus víctimas), y una marca personal con máscaras, logos y accesorios reconocibles. Incluso el nombre de Brandon Breyer parece un homenaje a cómo Stan Lee repetía la misma inicial en el nombre y el apellido de sus creaciones (Peter Parker, Bruce Banner, Stephen Strange…) y al mismo tiempo a uno de los iconos más reconocidos del slasher como es Michael Myers, de la saga Halloween.

el hijo 2 - mutaciones

Como película de terror, El hijo intenta sobrepasar su claro bajo presupuesto (la nave alienígena con lucecitas parece una mezcla entre árbol de navidad y letrero de puticlub) construyendo sus escenas sin alardes, utilizando lo que saben que funciona en taquilla. A la manera de los filmes prefabricados de la productora Blumhouse, se van repitiendo monótonamente las mismas situaciones una y otra vez, con Brandon apareciendo y desapareciendo sin sentido solo para que se pueda mantener un mínimo de tensión y darnos algún susto de vez en cuando. David Yarovesky, director puesto a dedo por Gunn (del que ha sido “séquito” durante años), no demuestra especial talento y todo parece indicar que lo único que se sale de la norma, el gore artesanal y extremo, es más responsabilidad de su mentor que suya. No hay más que comparar el trabajo realizado en La plaga (James Gunn, 2006) con las escenas sangrientas de El hijo. No hay nada que sugiera una metáfora del paso de la infancia a la adolescencia, del despertar sexual, de protesta contra el bullying o contra el maltrato (Es más, los padres de Brandon son un ejemplo educacional y afectivo, la película casi termina sugiriendo que lo que le hacía falta al chaval era una colleja a tiempo). Por lo tanto, nos encontramos ante un producto más que una obra, una idea poco original convertida en largometraje y destinada a hacer taquilla y a pasar al olvido.

Y digo poco original porque, obviando al Superman: Hijo rojo y demás spin offs comiqueros, se está pasando por alto que El hijo lo que realmente adapta es un relato de hace 2.000 años. Una historia sobre otro ser sobrenatural caído del cielo, que es educado por una pareja de granjeros y que posteriormente se convierte en un superhéroe que ayuda a la gente y lucha contra el mal. Seguro que os suena. Se llamaba Jesús, aunque su alias era Cristo, y nunca moría del todo, como en los cómics. Y si buceamos entre las historias paralelas, fuera del canon oficial (eso que llaman “los evangelios apócrifos”), nos encontramos con estas líneas que, más que la infancia de Jesús, parecen una versión alternativa de El hijo:

 – El evangelio de la infancia según Tomás IV, 1 – V, 1:
Otra vez, Jesús atravesaba la aldea, y un niño que corría chocó con su espalda. Y Jesús, irritado, exclamó: ‘No continuarás tu camino’. Y, acto seguido, el niño cayó muerto. Y los padres del niño muerto fueron a encontrar a José, y se le quejaron, diciendo: ‘Con semejante hijo no puedes habitar con nosotros en la aldea, donde debes enseñarle a bendecir, y no a maldecir, porque mata a nuestros hijos’. Y José tomó a su hijo aparte, y lo reprendió, diciendo: ‘¿Por qué obras así? Estas gentes sufren, y nos odian, y nos persiguen’. Y Jesús respondió: ‘Sé que las palabras que pronuncias no son tuyas. Sin embargo, me callaré a causa de ti. Pero ellos sufrirán su castigo’. Y, sin demora, los que lo acusaban quedaron ciegos.

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El hijo (Brightburn, EEUU, 2019)

Dirección: David Yarovesky / Guion: Brian Gunn y Mark Gunn / Producción: James Gunn, Kenneth Huang (H Collective) / Fotografía: Michael Dallatorre / Montaje: Andrew S. Eisen, Peter Gvozdas / Diseño de producción: Patrick M. Sullivan Jr. / Música: Tim Williams / Reparto: Jackson A. Dunn, Elizabeth Banks, David Denman, Meredith Hagner, Matt Jones, Jennifer Holland, Steve Agee, Becky Wahlstrom, Stephen Blackehart, Michael Rooker.

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