EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN
Españoles en Mauthausen
El Holocausto Nazi ha sido retratado en infinidad de títulos desde el controvertido Kapo (1960) de Gillo Pontecorvo hasta piezas más destacadas como La lista de Schindler (1993) de Steven Spielberg. En el caso de la nueva película de la directora catalana Mar Targarona, El fotógrafo de Mauthausen (2018), se muestra igualmente la tragedia que se desarrolló durante la Segunda Guerra Mundial pero desde la mirada de una persona, en concreto fotógrafo, que gracias a sus testimonios orales y visuales fue parte importante en los juicios de Núremberg para poder acusar a los nazis de todas las atrocidades que habían cometido en Mauthausen, uno de los campos de concentración más grandes que hubo en Europa, situado en Austria.
El fotógrafo de Mauthausen se centra en la figura de Francesc Boix, uno de los más de 9.000 soldados españoles que fueron enviados por parte de Franco a los campos de concentración nazis. Cuenta la propia directora que con esta película pretendía dejar constancia fílmica de que hubo miles de españoles que fueron destinados allí y de que es un hecho que se olvida y al que no se había hecho demasiada justicia en el cine hasta ahora.
Francesc Boix fue ayudante del laboratorio fotográfico de Mauthausen y es la fotografía, más concretamente unos negativos, uno de los elementos determinantes de todo el desarrollo del filme: gracias a dichos negativos, que escondieron parte de los soldados españoles, se pudieron mostrar los crímenes que se cometían dentro del campo de exterminio. La película, aparte de mostrar toda la crueldad que se vivía allí dentro, se puede enmarcar dentro del género de aventuras porque lo que evidencia Targarona es su propósito de mostrar cuál fue el proceso -algo ficcionado, eso sí- de guardar esos negativos como fuese. El fallo de la película radica en querer dar tanta prioridad a unos negativos que, aunque decisivos, hacen que el resto de cosas que sucedían allí dejen de tener importancia y, por consiguiente, que la película por momentos baje en ritmo y se convierta en algo que pierde verdadero interés.
Mario Casas interpreta al fotógrafo Boix en lo que, evidentemente, se trata de un reparto elegido para que el filme consiga más recaudación y más éxito comercial, y junto con Alain Hernández -que incluso su interpretación destaca más que la del propio Mario- son las únicas dos caras conocidas salvo la breve -pero necesaria- intervención de Macarena Gómez. Es necesario valorar la predisposición de Casas para interpretar a este personaje, adelgazó más de diez kilos y se evidencia cierto esfuerzo por hacer creíble su papel, no lo consigue demasiado pero tampoco le queda algo nefasto sino aceptable.
En general, el filme de Mar Targarona supone una propuesta más que correcta -por supuesto necesaria- que no tiende a sensacionalizar los hechos sino todo lo contrario: tiene una delicadeza en cada plano para mostrar de la forma más realista posible todo lo que acontecía allí y ese es uno de los aspectos a valorar de la película, la presentación de unos hechos que no deberían ser olvidados sino recordados por generaciones posteriores. En definitiva, no es una ninguna obra maestra pero es un buen camino para que se indague un poco más -en el cine- por todo lo que sufrieron los españoles enviados a los campos de concentración.
El fotógrafo de Mauthausen (España, 2018)
Dirección: Mar Targarona / Guion: Roger Danès, Alfred Pérez Fargas/ Producción: Televisión Española (TVE) / FilmTeam / Rodar y Rodar/ Música: Diego Navarro / Fotografía: Aitor Mantxola/ Montaje: José Luis Romeu / Reparto: Mario Casas, Alain Hernández, Macarena Gómez, Richard van Weyden
No es cine, es rollo para tontos, falta el respeto a los espectadores
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