EL AMOR ESTÁ EN EL AGUA
Cabalga tu ola
Masaaki Yuasa está acostumbrado a retratar conflictos íntimos a través de un dibujo dinámico e hiper expresivo. Historias narradas con una exageración plástica desbordante, en las que lo real y lo fantástico se fusionan creando sentimientos de un modo que solo la animación puede conseguir. Kemonozume (2006) y Night is Short, Walk on Girl (2017) son buenos ejemplos en los que la emoción cruda y lo lisérgico son indivisibles. En esta ocasión vuelve con un trabajo más tibio pero que mantiene todas las virtudes de su cine. Yuasa, que lleva un nivel de producción admirable (tiene tres series anunciadas este año) plantea el proyecto desde cierta distancia, pero con una profesionalidad impecable.
Por desgracia, lo primero que llama la atención es la discutible traducción del título, casi jocosa, que retrotrae a la época en la que esta práctica era una fechoría habitual. “El amor está en el agua” no solo es un sustituto arbitrario, sino que pierde el significado del original, que sintetizaba el conflicto y sí ha sido respetado en la traducción inglesa (Ride Your Wave). Aunque este drama eventual no afecta a la calidad de la película, sí puede afectar a cómo el público se acerca a ella. En cualquier caso, no deja de ser un problema menor, aunque siempre llamativo.
La historia narra la historia de amor entre la surfista Hinako y el bombero Minato y la muerte posterior del chico en un accidente. La superación de la pérdida será el eje de la joven Hinako, narrada a través de un prisma luminoso no exento de reflexión. El resultado es una película que se suma al corpus del anime intimista (y algo anquilosado) de la última década, pero encontrando una identidad que consigue hacerla valiosa en sí misma. Lo que la separa del convencionalismo lacrimógeno de otros animes similares es que no carga las tintas en el drama, es autoconsciente de su cursilería ocasional y utiliza el humor y la fantasía como salvavidas emocionales.
Aunque el diseño de producción es el habitual en este tipo de anime en particular, la animación eleva el plano visual a otra altura. Consigue transmitir emoción representando la realidad en lugar de reproduciéndola. Es decir, valiéndose de la plasticidad del movimiento y su impacto sensorial en lugar de fotocopiando la realidad directamente. Las ópticas desmesuradas, la mezcla de técnicas y una atención especial a los pequeños detalles crean energía y sensación de mundo vivo. En cierto modo, aunque su estilo es radicalmente distinto, Yuasa es uno de los herederos más sabios de Ghibli. No solo fue animador en Mis vecinos los Yamada (Isao Takahata, 1999), sino que ha dominado el principio básico del estudio: generar la emoción a través de la representación, no de la copia. Solo que, en su caso, a través de un filtro cartoon y una sensibilidad pop.
A pesar de ello, lo que pone a la película un escalón por debajo de lo notable es que la frontera entre profundidad y payasada desprejuiciada está más compartimentada. Lo íntimo y lo excéntrico conviven, pero rara vez se fusionan. Yuasa se muestra más contenido, con menos digresiones artísticas irrumpiendo por sorpresa, más anclado a la racionalidad y delimitando claramente los dos segmentos. Su estilo sigue ahí, menos revoltoso, pero en absoluto conformista. La realización es ágil y elegante, y su aproximación recuerda en cierto modo a la de Satoshi Kon en Tokyo Godfathers (2008); la de un director que basa su talento en un estilo único sometiéndose a un material más clásico con eficacia sobrada. Yuasa se mueve con agilidad entre la comedia romántica y el drama de la pérdida, combinando el disparate con la ternura. En cierto modo, la película puede verse como una versión adulta de su anterior trabajo, Lu Over the Wall (2017), desde una perspectiva menos fresca, pero más profunda y accesible. Un trabajo sólido con una personalidad deliciosa.
El amor está en el agua (Kimi to, Nami ni Noretara -Ride Your Wave- Japón, 2019)
Dirección: Masaaki Yuasa / Guion: Reiko Yoshida / Producción: Eun Young Choi y Yuka Okayasu (para East Japan Marketing & Communications Inc., Fuji Television Network, KDDI Corporation. En Toho) / Música: Michiru Ohshima / Montaje: Kiyoshi Hirose
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