EDITORIAL #15
¿Por qué no?
Llegado agosto, y con él los calores veraniegos y la huida de la monotonía laboral, es común que se active en los medios dedicados a la información y la crítica cultural un cierto deseo de jugar. Como muy bien comenta Alberto Hernando con respecto a Un verano con Monika, agosto es un mes que se presta al cambio, a cierta relajación e incluso liberación. A la hora de plantear nuestro especial de agosto, en Revista Mutaciones nos preguntamos: ¿por qué no hablar de cine malo? Se puede entender como una provocación o como una excusa para soltarnos la melena y volvernos destructivos. Tiene algo de provocación, sin duda, pero nuestra intención está muy lejos del afán destructivo. Somos conscientes de hasta qué punto es complicado levantar un proyecto audiovisual y respetamos ese esfuerzo, conscientes además de que toda película puede tener algún elemento de interés. Sin embargo, consideramos que sería un acto de hipocresía no reconocer que una parte de la producción cinematográfica está compuesta por obras fallidas o directamente desastrosas. De la misma forma, creemos que invisibilizar esas películas o tratarlas con condescendencia es una actitud que favorece una visión parcial y, finalmente, pobre del mundo audiovisual.
Por eso, el especial de este mes consta de varias patas con las que buscamos plantear diferentes aproximaciones al tema. Para empezar, un texto inaugural firmado por Pablo López en que se defiende la necesidad de ver cine malo y se trata de definir, dentro de lo posible, qué es eso. Después, varias personalidades de la crítica y la industria españolas, escogidas con verdadero afán de pluralidad y heterogeneidad, nos hablarán de cual es la peor película que han visto y por qué han escogido ese título. Esperamos que esto sirva a cada uno para plantear qué consideramos “malo”, porque las razones son sorprendentemente variadas. El grueso del especial se compone de una serie de artículos que acometen, con una perspectiva crítica y analítica, el abordaje de películas tradicionalmente consideradas como desastrosas o malas. En algunos casos, con la esperanza de poder comprender por qué ha sido así, en otros, con voluntad de reivindicación. Aquí hay espacio tanto para la célebre The Room (Tommy Wiseau, 2003) como para Plan 9 from Outer Space (Edward D. Wood Jr., 1959) o Street Fighter: la última batalla (Steven E. de Souza, 1994).Y. Por último, Fran Chico analizará la corriente actual de producciones que imitan el cine más cutre desde la seguridad de una producción estandarizada e inmersa en la industria.
Obviamente, el cine nunca se va de vacaciones, por lo que los estrenos continuarán llegando a nuestras pantallas y a esta página. Los Increíbles 2, de Brad Bird, o El rehén, de Brad Anderson, son algunos de los títulos que analizaremos a lo largo del mes. Igualmente, Fuera de Campo continuará con la necesaria labor de recordarnos que el cine no es solo la actualidad y que el audiovisual se puede enfocar de muchas formas distintas: Ingmar Bergman, los musicales o la realidad virtual en el cine darán buena muestra de ello.
Esperamos que todo esto sirva para sacar a nuestros lectores del estupor veraniego y ofrezca una estimulante lectura en esos momentos de sano aburrimiento, en la playa o en la montaña. O, mejor aún, que dicha lectura se convierta en motivación para ver una o muchas películas.