DOCUMENTAMADRID 2018: LARGOMETRAJES FUGAS
Facetas de lo humano
Más allá del uno (Al di là dell’uno, Anna Marziano, Francia, Italia, Alemania, 2017)
La inauguración de la sección Fugas no ha podido ser tan acertada puesto que su interés y su atención a las nuevas apuestas estéticas se han visto representados por el libre canto formal y estético planteado por la italiana Anna Marziano en Al di là dell’uno. La película presenta distintos fragmentos de vidas anónimas, encuentros y desencuentros, recuerdos y conversaciones tomadas en varios países, con los que la directora emprende un viaje al vacío humano, a la soledad del individuo, a la intimidad. Y para ello, el dispositivo cinematográfico utilizado aboga por desligar las voces de dichas vidas anónimas de las imágenes mostradas: se intenta esconder el cuerpo, su procedencia directa, y así el discurso se convierte en la gran potencia de la película. Las reflexiones sobre cuestiones universales como la vida, la muerte, el amor, el deseo, incluso la violencia se mezcla con fotografías descompuestas, cortadas, imágenes casuales, textos sobreimpresos, etc.
Ander Macazaga
Interior (Camila Rodríguez, Colombia, Francia, 2017)
Si Anna Marziano crea Al di là dell’uno un collage libre de ataduras clásicas, nada tiene que ver la sencilla pero representativa propuesta de Interior, de Camila Rodríguez. El estreno en España del segundo largometraje de la directora colombiana retrata al ser humano en general, pero también la sociedad de su país a través de cuatro paredes en donde los personajes van y vienen, llegan y se van, mientras el espectador no se mueve de un mismo cuarto, puesto que el espacio se mantiene, se respeta. Todo ocurre dentro de la habitación de un hotel donde la directora anula la sensación claustrofóbica mediante el uso del sonido que utiliza para sugerir el exterior.
Ander Macazaga
Caniba (Véréna Paravel, Lucien Castaing-Taylor, Francia, 2017)
Muy probablemente, el proyecto más conflictivo de la sección haya sido Caniba, de Lucien Castaing-Taylor y Véréna Paravel. Entre el sensacionalismo puro y un verdadero acercamiento a filmar las confesiones de un asesino, la polémica e intensa película se presenta en el festival tras su paso por la Bienal de Venecia de la pasada edición en donde obtuvo el Premio del Jurado Special Orizzonti. Con su puesta en escena radical, desde el primer hasta el último plano, los directores buscan meterse en la cabeza del depravador, o quizá juzgarlo, encerrarlo, culparlo de sus actos obsesivos y enfermos. El juego con el desenfoque refleja la inestabilidad mental del protagonista que admite haber matado y comido a una chica sin ningún tipo de explicación, es más advierte que “el canibalismo es real”.
Ander Macazaga
Hacerse animal (Becoming Animal, Emma Davie, Peter Mettler, Suiza, Reino Unido, 2017)
Becoming Animal nace como un proyecto de incursión en la naturaleza en el que sus dos directores, Emma Davie y Peter Mettler, tratan de enmarcar las diferentes dimensiones de esta, a ellos mismos dentro del marco, y las interrelaciones que se generan entre humano y entorno natural. Hay una tercera voz, sin embargo, que se suma a este discurso, la cual no es sino la del autor del libro que da nombre a la película, el filósofo David Abram. La fuente convierte a la propuesta en algo especial, pues de su resolución se desprende la intención de transcribir cinematográficamente, con imagen y sonido, el contenido filosófico y espiritual de la misma. Esto reviste de una dificultad enorme, lo que de inicio sería de alabar tan solo por haberlo intentado. El resultado final es más difícil de calificar, pues si bien su visionado consigue ser una experiencia sensitiva real y valiosa, el abuso de una voz en off en ocasiones demasiado explicativa dinamita la intención inicial. Y es que la mayor parte del film acaba siendo una extensa fundamentación teórica, en forma casi de master class, para lo que vendrá después. A saber, un fragmento de experimentación visual y sonora muy afín a lo que la sección de fugas representa, y verdadera representación de la obra de David Abram.
Manuel Muñoz Viñegla
BUDDHA.mov (Kabir Mehta, India, 2017)
Algo más terrenal, pero no menos interesante, se nos presenta en la propuesta de BUDDHA.mov. Buddhadev Mangaldas es un famoso jugador de cricket hindú y foco principal de la obra en pantalla. A través de una serie de cámaras fijas veremos la vida del jugador: sus entrenamientos, su hogar, sus relaciones. Pero también veremos sus publicaciones en Facebook e Instagram, sus conversaciones de WhatsApp, su página en Wikipedia, y más, a través de cuadros que insistentemente recortarán la imagen fílmica añadiendo nuevas capas de complejidad a la vida de este hombre. La inclusión de estos elementos, especialmente las redes sociales, convierte el narcisismos endémico entre los deportistas de élite y demás ídolos de masas en un defecto común a toda la sociedad de hoy día, que no puede más que sonrojarse al ver a Buddhadev mostrar las mismas actitudes que ellos imitan.
Manuel Muñoz Viñegla
Hombres que juegan (Playing Men, Matjaž Ivanišin, Croacia, Eslovenia, 2017)
Playing men en cierto sentido tiene que ver con el deporte, aunque su formato se muestra como bastante más convencional. Como su título indica, se trata de hombres jugando, y en este repaso a diferentes juegos y tradiciones eminentemente de hombres el director realiza un esbozo sobre la identidad masculina, su competitividad, su violencia, su hermandad. De la lucha grecolatina y la desnudez masculina, en una exploración del ideal clásico de hombre, acabará llegando al tenis como representación del “juego” moderno, y a Goren Ivaniševi? (tenista croata ganador de Winbledon en 2001) como aspiración masculina.
Manuel Muñoz Viñegla
La niebla verde (The Green Fog, Guy Maddin, Evan Johnson, Galen Johnson, Canadá, EEUU, 2017)
En una sección como Fugas, de carácter alternativo y tendente a hablar de los “grandes temas” que asedian a la naturaleza, a la humanidad, o a una subparte de estas, se presenta The Green Fog como una propuesta doblemente extravagante. En primer lugar por el concepto, que es el de un remake del clásico de Hitchcock Vértigo (EEUU, 1958) valiéndose de imágenes procedentes de otras películas rodadas en San Francisco. Y en segundo lugar, por su tono hilarante y lúdico. En este contexto, Guy Maddin nos muestra que también hay espacio para la diversión más inocente. Sin embargo, pese a que su valor lúdico es más que suficiente para hacer las delicias de cualquier cinéfilo, sería un error recordar esta obra tan solo por las risas. También es relevante como estudio de la propia Vértigo, por cómo experimenta con otras formas de expresar sus mismas sensaciones a través de un cuidado montaje que deja fuera cualquier diálogo explícito. Como añadido, la banda sonora compuesta por Kronos Quartet aporta la nota de perfección que la obra necesitaba.
Manuel Muñoz Viñegla
Buena suerte (Good Luck, Ben Russell, Francia, Alemania, 2017)
La Mención Especial del Jurado fue para Good Luck. La última película de Ben Russel representa una curiosa estructura de espejo. Dos localizaciones, una mina subterránea de cobre en Serbia y una mina de oro al aire libre en Surinam. La oscuridad y la luz reinan respectivamente en estas dos mitades en apariencia distintas, pero que resultan ser un reflejo perfecto de la otra. Porque pese a que el contexto geográfico cambie, y las condiciones específicas del trabajo minero también, de lo que se trata es de retratar personas, trabajadores (mayoritariamente varones), sujetos a unas condiciones de vida precarias con el único deseo de que sus hijos logren escapar a su destino. A este respecto se intercalan pequeños fragmentos en blanco y negro, primeros planos de los propios mineros, que aportan personalidad a este retrato. La presencia de rayas, empalmes visibles, y demás defectos físicos en la película solo presentes en estos fragmentos resultan un interesante recurso expresivo del estado de decadencia del sector minero, y de las comunidades que se ven obligadas a vivir de él.
Manuel Muñoz Viñegla
La cueva del mundo (Fán Dòng, Zhou Tao, China, 2017)
Finalmente, el ganador de la sección fue la críptica obra del artista chino Zhou Tao, Fán Dòng. Hay algo hipnótico en la obra que es difícil de explicar. Zhou Tao nos muestra un post-mundo, un mundo aquejado de una decadencia lejana, pero que a la vez luce extrañamente familiar. Si en el resto de la selección de largometrajes de Fugas podemos ver un interés mayoritario por el ser humano como centro de la imagen, Fán Dòng luce más como un trabajo paisajístico, más en la línea de Become Animal. Sin embargo en este caso se trata de un entorno arisco, áspero, de aspecto estéril. El ser humano deambula por el paisaje en los márgenes del plano, y habita extrañas formas metálicas que se alzan recortando un mortecino atardecer que nunca acaba. Hasta que acaba, se encienden las luces, el trance se rompe, y es difícil calificar lo que acabas de presenciar. ¿Dónde se encuentra esa etnia llamada hakka sobre la que en un principio trata Fán Dòng? Hoy día, que las barreras entre documental y ficción se encuentran tan desdibujadas que apenas se diferencian, pareciera que como mínimo aquella realidad representada debiera ser, al menos, legible. Reflexionando sobre este punto, lo más seguro es que el reconocimiento sea merecido, pues si la sección Fugas trata de rebasar los límites de la expresión documental, nadie lo hizo como el artista chino. Pese a no mostrar su tema central de ninguna forma explícita, si encontramos sensaciones, de pesar, de tránsito, de paso, siempre en movimiento. Quizás sea eso lo que nos acerque a la naturaleza de la experiencia de los hakka, y no hay necesidad de la utilización de recursos más explícitos.
Manuel Muñoz Viñegla
- Mejor Largometraje: Fán Dòng, de Zhou Tao
- Mención Especial de Jurado: Good Luck, Ben Russell
Pingback: Las mejores películas de la década. Votaciones - Revista Mutaciones