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DIEGO MARADONA

La vida es una tómbola

Si yo fuera Maradona…”, entonaba el cantante hispano-francés Manu Chao, en una de sus canciones más populares a nivel mundial, La vida es una tómbola. Pieza compuesta para la banda sonora del documental Maradona by Kusturica (Emir Kusturica), acerca de la vida del futbolista, presentado fuera de concurso en la 61 edición del Festival de Cannes en el año 2008. El tema resume, con gran sentido humanístico, lo efímera que puede ser la fama, y, sobre todo, que no hay manera de entender lo que significa ser Maradona, si no es estando en los zapatos del astro argentino. Once años más tarde y bajo esta misma premisa, Asif Kapadia elabora su más reciente documental, Diego Maradona, en el cual confronta la figura de Maradona con Diego, el alter ego del mito, reflexionando acerca de quiénes son los auténticos responsables de empujar a las estrellas cuando se encuentran al borde del abismo.

De esta forma, Kapadia sigue con el mismo hilo temático -auge, apogeo y caída de una estrella- ya vislumbrado en sus anteriores y galardonados documentales –Senna (2010), centrado en el campeón de fórmula 1, Aytor Senna, o Amy (2015), acerca de la cantante y compositora británica, Amy Winehouse. El director se apoya nuevamente en material de archivo, montado de manera cronológica y con voz en off tomada de entrevistas realizadas a periodistas, amigos y familia de Diego, e incluso cortos pero íntimos segmentos narrados por él mismo. Casi toda la totalidad del metraje se concentra en su etapa de gloria -del 5 de julio de 1984 a 1991- que corresponde con su fichaje por el Nápoli tras su frustrado paso por Barcelona, hasta su fatídica salida por la puerta de atrás.

La cronología del relato funciona a la perfección para proyectar cómo “Diego está siendo devorado por Maradona” (Claudia Villafañe, ex mujer), y estructurar un potente arco narrativo donde la imagen del futbolista se va descomponiendo con el paso del tiempo, hasta finalizar con un primerísimo plano del transformado rostro del protagonista. Kapadia contrapone al prodigioso futbolista que llevó al conjunto nerazzurro a conseguir sus dos primeros Scudettos, e incluso alcanzando la gloria europea con una Copa de la UEFA -todo por obra y gracia del ‘10’-, con la imagen del irreconocible y corpulento personaje que para entonces era explotada con mofa y cizaña por los telediarios de todo el mundo. Aun así, el film es, en gran medida, un retrato épico de la grandeza de Diego sobre el césped -su picardía, sus regates, sus títulos y sus goles-, estableciendo una relación entre éste y el fútbol como vía de escape de la estrella, con la cancha como purgatorio personal (“Cuando estoy en la cancha, se va la vida, los problemas, se va todo”).

El material no pretende desvelar nuevas anécdotas para una historia bien conocida, aunque sí encuentra milimétricos hallazgos que subrayan las contradicciones que rodean la vida del protagonista, y resaltan las analogías entre su vida profesional en el campo, y la privada, en los garitos de la ciudad. “Me interesa más la gloria que la plata” afirmaba Maradona en una entrevista pospartido, luciendo un portentoso abrigo de piel de visón. Kapadia muestra al chico humilde de mirada nerviosa, criado en el barrio de Villa Florito, que unos años más tarde se convertiría en el adicto de lánguido rostro, abatido por los efectos de la cocaína. El documental no escatima en asperezas, aunque el director proyecta total respeto en el trato de las imágenes del protagonista, sin dejarse llevar por situaciones sensacionalistas.

El film recalca la relación del ícono con la gente de Nápoles desde su llegada, una ciudad entonces maltratada por el resto de Italia, y hundida en los conflictos socio-políticos que arrastraba debido a la estrecha relación que esta tenía con la Camorra. Cuestión de gran significancia para la convivencia de Maradona, quien pronto enraizaría relaciones con Carmine Giuliano, amigo, proveedor de cocaína, y uno de los grandes implicados en la hecatombe emocional del argentino. Uno entre los muchos que lo convirtieron en Dios y símbolo de los napolitanos, para más tarde echarlo a los leones cuando no pudo sostenerse más la fachada con la que se le protegía. Todo esto como resultado de la ruptura provocada por la eliminación de la selección italiana en manos de la Argentina de Diego en las semifinales del Mundial de fútbol de 1990, en el mismísimo estadio San Paolo del Nápoli.

Todo el argumento es potenciado por la intensidad de la narración que prolifera gracias a la plasticidad de un material con estética de cinéma vérité, provocando cierta sensación de equidistancia con los hechos, al mismo estilo de un reality show americano. A pesar de la dureza de la historia, Kapadia se mantiene del lado de Diego, denotando gran admiración y respeto hacia un personaje que no parece haber tenido nunca control de su destino, pero si capacidad de redimirse. “La vida es una tómbola”, pero incluso para Maradona parecen haber pequeños finales felices.


Diego Maradona (Asif Kapadia, 2019)

Dirección: Asif Kapadia / Producción:  James Gay-Rees (On the Corner Films, Lorton Entertainment, Film4 Productions) / Guion: Asif Kapadia  / Música: Antonio Pinto / Montaje: Chris King / Reparto: Diego Armando Maradona.

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