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DESPUÉS DEL AMOR

Llorar la muerte de un desconocido

En Después del amor, la que supone su ópera prima como director y guionista, Aleem Khan presenta una historia en torno a la pérdida y al dolor subsecuente. Ambos temas abordados previamente en su cortometraje Three Brothers (2014), los reenfoca aquí desde el punto de vista de Mary (Joanna Scanlan), una mujer convertida al Islam al casarse que, tras la súbita muerte de su marido, descubre que este ha estado llevando una doble vida. Este nuevo contexto le permite a Khan explorar cuestiones sobre la identidad, la búsqueda de una verdad siempre incompleta y la maternidad. Todos ellos son asuntos que dotan de profundidad al relato y ayudan a dimensionar a unos personajes cuyas actitudes no se ponen en ningún momento en tela de juicio, pues tan solo son víctimas del legado parcial de un hombre que no está y no volverá.

Despues del amor - Revista mutaciones

Ya desde la primera escena de Después del amor se siembra esa ausencia presente de la figura masculina que acabará sobrevolando toda la película. En un plano general casi estático vemos como marido y mujer entran en su casa para acomodarse. La presentación de él es extremadamente sugerente, construída desde un distanciamiento con el espectador. De perfil y oscurecido por la falta de luz, nunca se llega a descubrir claramente su rostro ni su aspecto y pronto el personaje pasa a un segundo plano, limitado por el marco de la puerta abierta que conecta con el comedor. Él permanece ahí, la cámara lo contempla en la distancia, y tan solo escuchamos su voz y la música que en un momento dado decide poner. Mientras, Mary se mantiene en un primer plano preparando unos cafés y tan solo cuando ella se dirige al comedor es cuando la cámara mueve su posición. Ahí se inicia un lento travelling  de acercamiento que no llega a atravesar la puerta, pues Mary no tarda en descubrir a su cónyuge muerto. Rápidamente se hace el completo silencio: un silencio que, como la propia película, refleja el desconcierto, remarca ese vacío que deja la muerte de un ser querido, acentúa la insignificancia de las palabras frente a la tragedia y erradica la presencia física del marido -ya no se escucha ni su música-. Y, por si no hubiera quedado claro, la siguiente escena repite el mismo patrón: travelling de acercamiento, impersonalización de la figura masculina y silencio. Sin embargo, aquí este se acaba fusionando con los sonidos de uno de los elementos simbólicos de la película: el mar.

Despues del amor (2)- Revista mutaciones

Ese paisaje se construye como un sustentador de la presencia de Ahmed en el trasfondo del film. En Después del amor el mar se convierte en una entidad de unión entre las costas de las dos mujeres -la esposa y la amante-, un objeto de contemplación por parte de Mary y un lugar por el que ella se deja abrazar apáticamente mientras la mecen las olas e intenta entender el porqué de esa doble vida. Al cruzarlo por el estrecho de Calais, Mary desembarca en la otra realidad de su marido y decide comenzar a trabajar temporalmente como asistenta del hogar en la casa de la amante, Geneviève (Nathalie Richard). Con el aparente objetivo inicial de responder a la pregunta de “¿quién era mi marido en realidad?”, la protagonista acaba hallando el espacio para avanzar en su proceso de duelo. Durante este, se aferra al recuerdo de su difunto como le es posible: oliendo sus camisas lavadas, viéndolo en una grabación con su otra familia o, el más recurrente, escuchando su mensaje grabado en el buzón de voz. Esa voz en off realza la pérdida gradual y se prolonga como el último hálito de vida de Ahmed, tras el cual ella comprende que debe reconciliarse con los secretos de su amado y mirar al futuro.

Hasta ese momento, el espectador es testigo de cómo el mundo de Mary se desmorona -un acantilado rocoso se viene abajo-, se agrieta -el techo se resquebraja y libera su polvareda sobre ella- y muda -la otra vida del marido también desaparece y su otro hogar cambia-. Tras todo esto, uno se cuestiona qué puede quedar después de un amor fundado en mentiras, engaños y preguntas ahora sin respuesta; qué se puede esperar, pese a todo eso, si aún se sigue amando a la persona que ha partido. Sugiere Aleem Khan que, quizás, para saber qué esperar después del amor solo cabe reponerse, alzarse sobre ese desprendimiento sufrido y, así, poder mirar más allá, dejando que el dolor de la tragedia se vaya alejando lentamente mar adentro.


Después del amor (Aleem Khan, 2020)

Dirección: Aleem Khan/ Guion: Aleem Khan / Producción: Reino Unido; The Bureau, BBC Films, British Film Institute (BFI) Fotografía: Alexander Dynan / Montaje: Gareth C. Scales / Música: Chris Roe / Reparto: Joanna Scanlan, Nathalie Richard, Talid Ariss, Nasser Memarzia

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