DESPIERTA LA FURIA
Despierta la furia, duerme Guy Ritchie
En Despierta la furia, Jason Statham encarna a H, un hombre que busca vengarse de los asesinos de su hijo. Para ello consigue un trabajo en la empresa de seguridad donde piensa que se esconden los culpables. Sobre este sencillo argumento de venganza se vertebra la película que sirve al actor británico para reunirse con Guy Ritchie, director que le hizo popular, y que vuelve a las pantallas tras un desigual 2019 donde estrenó Aladdin y The Gentlemen. La segunda es, independientemente de su calidad, producto de la marca Ritchie, mientras que la primera, película de encargo, no contiene prácticamente ningún rasgo de su estilo. En este sentido, ¿a cuál de las dos se parece más Despierta la furia? Tristemente, a la primera. Pues, aunque lo intenta con más ahínco esta vez, no consigue encontrar el punto entre lo propio de su manera de filmar y las vicisitudes inherentes al encargo. El problema no reside en que el director busque otras vías de expresión (algo común y necesario para los artistas) sino en que sus procedimientos habituales están diluidos y sin fuerza.
Ese gusto de Ritchie por conectar varias historias en un apoteósico final se percibe a través de unos redundantes flashbacks que muestran todos los puntos de vista de la historia, repitiendo varios momentos una y otra vez a lo largo del metraje con la intención de conectar emocionalmente personajes y espectador sin que sea necesario recordar de forma continua el conflicto que articula la película. O el característico uso de la SnorriCam, que mientras que en Lock & Stock, su primera película, sirve de centro de una secuencia que hace cambiar el sentido del filme, aquí es algo anecdótico (por el lugar que ocupa) y un exabrupto innecesario en la, a priori, sobriedad de la propuesta.
Dicha sobriedad es quizás, en cuanto a acción se refiere, el punto más destacable de todos. Ritchie confirma que sabe sacarle partido al carisma de Statham y hacer efectivas estas escenas ya que controla la tensión interna de cada una de ellas. No obstante, son pepitas de oro en un río anodino. Si el espectador ha de transitar por conversaciones entre personajes cuyo único interés es el de hacer avanzar la historia y diálogos con un humor de vestuario cuando llega la acción no se implica por lo emotivo sino por el espectáculo. El hecho de que H sea una persona (alerta spoiler) proveniente de ámbitos mafiosos podría haber dado como resultado una reflexión en torno a la legitimidad del uso de la violencia. Y, una vez más, por la superficialidad con la que está tratado el protagonista, es un mero recurso de guion.
La primera secuencia de Despierta la furia resume dicha tensión entre lo autoral y lo estrictamente comercial. Está compuesta de dos planos: uno corto de situación que, rodado con grúa, muestra un polígono de la ciudad y un angosto plano secuencia donde se expone el conflicto inicial. Necesidad de contentar vs. necesidad de expresar.
Despierta la Furia (Wrath of Man, Estados Unidos, 2021)
Dirección: Guy Ritchie/ Guion: Nicolas Boukhrief, Éric Besnard/ Fotografía: Alan Stewart / Reparto: Jason Statham, Holt McCallany, Josh Hartnett, Scott Eastwood