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EL DESPERTAR DE LAS HORMIGAS

Empoderamiento femenino

En su cortometraje El orden de las cosas (2010), los hermanos Esteban Alenda jugaban con el paso del tiempo para mostrar una alegoría de los malos tratos. La búsqueda de un cinturón (símbolo de la opresión) vertebraba un relato que se dilataba a lo largo de tres etapas: juventud, madurez y vejez. En la vejez, el personaje masculino interpelaba al femenino: “Las cosas son así, así han sido siempre”. El orden de las cosas y El despertar de las hormigas, ópera prima de Antonella Sudasassi Furniss, están conectadas por dos circunstancias: primero porque José Esteban Alenda es productor ejecutivo de la película costarricense y segundo porque ambas muestran desde perspectivas diferentes la presión y opresión que condena a la mujer.

El despertar de las hormigas. Revista Mutaciones

Isa es una madre treintañera que tiene dos hijas con Alcides: Valery, de unos diez años, y Nicole, de unos siete. Aun así, tanto su entorno familiar como Alcides presionan a Isa para que se quede embarazada por tercera vez. El deseo de él es poder tener un niño, pero Isa duda de que su familia pueda hacerse cargo de un tercer hijo. Y es que Isa se encarga de la casa, prepara el desayuno, la comida y la cena, recoge a sus hijas al salir de la escuela y tiene un taller de costura con el que gana algo de dinero. La economía familiar les da para vivir con algunos apuros (una única bombilla sirve para el salón y el taller) y, sin embargo, Alcides vive despreocupado por los gastos futuros porque Isa, además, administra el dinero del hogar.

Pero a diferencia del cortometraje de los hermanos Esteban Alenda, Isa se rebela contra el mandato establecido y no elegido de las cosas. El mandato que la relega a una posición de vientre fértil, de ama de casa protectora del hogar, de sujeto pasivo que acepta los mandatos del marido. La variación de la posición cuando hace el amor, las ordenes a Alcides para que coloque la mesa para cenar o la decisión de desinhibirse en una noche de fiesta son pequeños pasos para que Isa se empodere.

Sudasassi Furniss demuestra la templanza necesaria para que la relación de Isa y Alcides no se incline hacia la violencia. Ambos no han decidido ni discutido cómo construir su relación, sino que han aceptado los roles de una sociedad en las que las mujeres se encargan del trabajo del hogar y los hombres del trabajo fuera de él. Sudasassi Furniss canaliza las dudas y las tensiones de su protagonista a través de dos metáforas. Por un lado, mediante el símil del diminuto mundo de las hormigas que invaden la casa de Isa (mundo cooperativo que se organiza para alimentar y proteger a la colonia). Y segundo, a través del tiempo que dedica Isa a su cabello (y al de su hijas) y que, como su rol dentro de la familia, tampoco ha decidido cómo le gustaría que fuera. La naturalidad en sus escenas muestra una cotidianeidad que parece a punto de estallar, pero que Sudasassi Furniss sabe contener para mostrar el lado más humano del que se enriquece su clímax final.

El despertar de las hormigas. Revista Mutaciones


El despertar de las hormigas (Costa Rica, 2019)

Dirección: Antonella Sudasassi Furniss / Guion: Antonella Sudasassi Furniss / Producción: José Esteban Alenda / Amaya Izquierdo / Música: Sergio de la Puente / Fotografía: Andrés Campos / Montaje: Raúl de Torres / Diseño de producción: Laura Castillo / Reparto: Daniella Valenciano, Leynar Gómez, Isabella Moscoso, Avril Alpízar, Adriana Álvarez, Carolina Fernández

 

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