DEL REVÉS 2
El lugar de las emociones en la sociedad contemporánea
La nueva entrega de Del Revés, Del Revés 2 (Kelsey Mann, 2024) plantea varios temas interesantes. Pixar expande su universo de la mente y repite el éxito de la primera propuesta. Esta vez, la trama se centra en el paso de Riley a la adolescencia, enfrentándose a nuevas sensaciones y emociones que no había experimentado hasta ahora. Todo es nuevo por dentro y por fuera, pues a Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco, este cambio también les pilla desprevenidos. Aunque el arco narrativo es similar a la primera película y se pierde el factor sorpresa de la creación del mundo mental, el espacio se sigue expandiendo y siguen introduciendo nuevos conceptos. Más allá de las nuevas emociones que aparecen en esta entrega (Ansiedad, Vergüenza, Envidia, Pereza y Melancolía), se abordan temas como la formación de la identidad y cómo los recuerdos y su percepción generan las verdades que rigen nuestras vidas, después difíciles de deconstruir. Para ello, crean nuevos espacios en el universo infinito de la mente de Riley, como el ‘Lago de las creencias’, la ‘Corriente de conciencia’ o ‘La bóveda’ una prisión que guarda los secretos más oscuros y dónde mandan a las emociones reprimidas, temas en sí mismos más complejos de lo que parece en una primera instancia.
Visualmente, la película innova al experimentar y mezclar tres estilos diferentes de animación. Todas dialogan juntas y tienen lugar en el mismo espacio, demostrando una vez más el carácter camaleónico, infinito y libre de la mente, pues ahí dentro no hay límites. Otro de los aciertos es la interacción entre las emociones, que será una de las fuentes principales de los gags cómicos, cómo la fascinación de Miedo por Ansiedad, la complicidad entre Vergüenza y Tristeza, o la primera mirada de admiración de Envidia hacia Asco. Estas emociones, más allá de la narrativa, están relacionadas entre sí y derivan o son desencadenantes unas de otras, porque, ¿acaso la ansiedad no viene precedida por el miedo al futuro?. La aparición del primer sarcasmo, o Sarcabismo, de la vida de Riley también es reveladora, y otro de los elementos que muestran la complejidad del guion, ya que señala el vacío interno que se genera al mentir sobre uno mismo. En ese abismo, Alegría es la que se encuentra más cerca de la caída, seguida muy de cerca por Ira, ya que son, en la película y fuera de ella, las emociones más afectadas (una por exceso y otra por defecto) cuando esto sucede. Con el paso hacia la madurez de Riley, es inevitable que entre en juego el factor social, al ver cómo las emociones interfieren en las situaciones cotidianas y con los demás, y por lo tanto, la niña experimenta por primera vez los límites de estas.
Por ello, uno de los elementos más valiosos de esta propuesta es ver lo que ocurre más allá de la propia película. Es interesante ver y escuchar las reacciones que provocan las representaciones de estas emociones, lo cual abre el debate sobre cómo nos relacionamos con ellas. No solo lo negativo puede volverse positivo (la comprensión de la tristeza y la ansiedad) o cómo Asco genera admiración, Ira diversión o Tristeza ternura. Sino que una de las cosas más curiosas son las reacciones que provoca Alegría, en teoría la mejor emoción de todas y la que todos queremos sentir de manera predominante. Sin embargo, su representación ha generado sentimientos contradictorios, pues a mucha gente le provoca rechazo por su excesiva necesidad de control. ¿Es esto una reacción al positivismo ‘tóxico’? ¿O es un rechazo a experimentar un sentimiento tan libre e incontrolado como es la alegría? Aquí es donde se produce esa alquimia entre cine y realidad, y la película invita, más allá de sí misma, a generar un diálogo social y real sobre las emociones. ¿Estamos realmente encontrando límites conscientes (o inconscientes) de lo que significa la alegría en nuestras vidas?, ¿estamos, como sociedad, racionalizando y analizando tanto que no damos pie al sentir? Por estas cuestiones, esta propuesta abre un camino a pensarnos como sociedad y no solo como individuos sintientes. Al incluir a Ansiedad como uno de los personajes principales de la cinta, además del juego narrativo que ofrece, invita a observar cuál es el espacio que ocupa esta emoción en la sociedad occidental actual.
Siguiendo este hilo y volviendo a las diferentes reacciones que genera Alegría, si las películas de Del Revés continuasen, sería interesante ver el momento en el que habría que enfrentarse a ese ejercicio incómodo que es pasar de comprender e integrar las emociones negativas a tener que hacerlo con las positivas, y hacerlo sin culpa. Un indicio de esto se demuestra a través de la representación de las mentes de los padres, en quienes las emociones dominantes son Ira y Tristeza. Esto no sólo escenifica una de las reflexiones más importantes de la película a nivel narrativo, sino que también abre un espacio de autoanálisis para, de nuevo, preguntarnos por qué, al crecer y enfrentarnos a las dificultades, la Alegría no sigue guiando el Cuartel General, y cuál es realmente el miedo que genera esta emoción creativa, expansiva, despreocupada, inocente y libre.
Zygmunt Bauman desarrolló el concepto de la “sociedad líquida”, que describe una forma moderna de sociedad caracterizada por la constante y rápida transformación y la falta de estructuras permanentes. Este concepto se refiere a la fluidez y volatilidad de las relaciones sociales, identidades y normas de la sociedad contemporánea. A pesar de las ventajas de este modelo social, también es precisamente esta condición la que genera una serie de desafíos y tensiones que dan paso a la ansiedad, la inseguridad o la falta de cohesión social. Todo esto da pie al debate sobre cómo las emociones y la forma de relacionarnos con ellas pasan de ser un tema individual a un constructo social y, en este sentido, aunque pueda parecer exagerado, Del revés 2 puede que sea una película más política de lo que aparenta.
Del revés 2 (Inside Out 2, EE.UU, 2024)
Dirección: Kelsey Mann / Guion: Meg LeFauve, Dave Holstein, Kelsey Mann /Producción: Pixar Animation Studios, Walt Disney Pictures / Música: Andrea Datzman / Fotografía: Adam Habib, Jonathan Pytko / Montaje: Maurissa Horwitz / Dirección artística: Rona Liu, Laura Meyer, Keyko Murayama, Joshua West, Bill Zahn / Reparto: Amy Poelher, Maya Hawke, Kensington Tallman, Liza Lapira, Tony Hale, Lewis Black, Phyllis Smith, Ayo Edebiri, Adèle Exarchopoulos, Paul Walter Hauser, June Squibb