A PROPÓSITO DE CUENTA CONMIGO
Origen y legado de las adaptaciones de King
Durante la década de los ochenta, se consolidaron las bases del nuevo formato del cine comercial estadounidense, las cuales germinaron con los éxitos sin precedentes del Tiburón de Steven Spielberg (1975) y de La guerra de las galaxias de George Lucas (1977). Estos dos cineastas apadrinaron toda una generación de películas de corte escapista que, en el seno de la era Reagan, narraban las aventuras de los niños de la América suburbana y exploraban interesantes conceptos de ciencia ficción, para lo cual se apoyaban en los avances de los efectos especiales de Industrial Light & Magic. Es el caso de films que hoy se recuerdan con nostalgia, como por ejemplo E. T. (1982), Gremlins (1984), Los Goonies (1985), Regreso al futuro (1985) y Aventuras en la gran ciudad (1987). En este caldo de cultivo destacó, asimismo, la versión alternativa del paso de la infancia a la adolescencia que retrataron la películas de John Hughes, con El club de los cinco (1985) a la cabeza.
Los ochenta también fueron la década en la que se explotaron las adaptaciones de las novelas de Stephen King. El recién coronado rey del terror disfrutaba del éxito de Carrie, tanto de la novela como de la adaptación de Brian De Palma de 1976, y presenció cómo El resplandor (1980) de Kubrick marcó el rumbo al comienzo de la década. La siguieron las versiones fílmicas de Cujo (1983), La zona muerta (1983) o Creepshow (1982), entre otras, y es en este contexto en el que se enmarca el trabajo de Rob Reiner, el director de Cuenta conmigo (1986). Reiner debutó en 1984 con la película de culto This is Spinal Tap y, tras colaborar con John Cusack en su segundo trabajo, eligió adaptar una novela breve de King para su tercera incursión fílmica. Se trata de The Body, que forma parte de los volúmenes Las cuatro estaciones, en los que también figuran las novelas que inspiraron Cadena perpetua (1994) y Verano de corrupción (1997).
Un grupo de cuatro amigos del pueblo de Castle Rock tiene un plan muy especial para las vacaciones: buscar el cadáver de Ray Brower, un joven que se perdió en el bosque. Esta aventura ofrece una vía de escape para las vidas de Gordie, Chris, Vern y Teddy, a quienes cambiará para siempre.
Cuenta conmigo se ambienta a finales de los años cincuenta y funciona como espejo del mundo suburbano de los ochenta. La película cambia el pueblo de Maine de la novela por uno del Oeste y nos traslada al verano en que un grupo de amigos pierde la inocencia, tanto por el salto del colegio al instituto como por los acontecimientos que presencian. El escapismo queda al margen y lo sustituyen el espíritu de aventuras y la cruda realidad que golpea a los cuatro protagonistas: Gordie carga con el fantasma de su hermano, que era el chico perfecto; Chris, con su familia de delincuentes; Teddy, con los abusos de su padre; y Vern, con la timidez y el sobrepeso. El viaje en busca del niño desaparecido es también uno de introspección, ya que salen a la luz sus dudas, miedos y preocupaciones a medida que se despiden de la amistad pura e interesada que están a punto de perder.
En Cuenta conmigo, la fuente de terror no es ningún elemento sobrenatural, sino los obstáculos cotidianos y la sombra de la edad adulta y la madurez. De este modo, el éxito de la película abrió camino a las adaptaciones de las obras más «realistas» de King, caso de la mentada Cadena perpetua, La milla verde (1999) y Corazones en Atlántida (2001). La carrera de Reiner nos dejó más clásicos generacionales, por ejemplo La princesa prometida (1987), y volvió a aproximarse con éxito a la obra de King en Misery (1990). Por su parte, la huella de Cuenta conmigo se ha hecho notar en la cultura popular, siendo prueba de ello los homenajes que le dedicaron Los Simpson (1989- ), Super 8 (2011) y la serie de televisión Stranger Things (2016- ) que, curiosamente, trata de las aventuras de un grupo de niños de hace treinta años en la década de los ochenta.
Mike Sanz
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