THE SOUVENIR. PARTE II
El luto de la ópera prima
Nota del redactor: Poco puedo aportar al análisis de la obra Joanna Hogg que no haya sido ya cubierto por mi compañero Borja Castillejo en su muy lúcido acercamiento a la filmografía de la directora británica, “Joanna Hogg. Estudio de la directora de The Souvenir”. Pero como yo he visto The Souvenir. Parte II, y él no, pues aquí estamos.
Entre los muchos momentos de emoción y embelesamiento que se pueden encontrar en The Souvenir. Parte II, hay uno en particular que se graba a fuego en la memoria. El instante en el que, durante la première de su ópera prima, Julie, el personaje interpretado por Honor Swinton Byrne, aguarda en silencio junto a su audiencia a que el proyeccionista inicie el “run run” de la bobina, y con él, la película. La pantalla de la sala torna a blanco y Julie aparta su mirada hacia el halo de luz creado por el proyector. De un primer plano de su rostro, Joanna Hogg corta a un contraplano del conducto de partículas de luz, que como un Bïfrost de cine, nos abisma a través de un zoom-in en la obra de la primeriza directora.
Viendo el último plano de The Souvenir (2019) era difícil hacerse a la idea de que la historia de Julie y Anthony pudiera tener una continuación. Esta relación de amor y pasividad, de terror y dependencia que irremediablemente concluía en tragedia, en pérdida y en un portón de acero a medio abrir. Joanna Hogg, como se suele decir, retoma The Souvenir. Parte II justo donde lo dejó. Con Julie haciendo lo que puede para compaginar el luto con sus estudios en la escuela de cine.
Hasta que uno no ve la película no puede comprender cómo de lógica es la concepción de esta secuela. De cómo el cambio y la adaptación son ahora los ejes sobre los que giran las formas y la narrativa de Joanna Hogg. Algo que ya se intuía con algunas de las últimas imágenes de su predecesora: Julie volcando todo lo que le queda en el proceso creativo y cinematográfico. Pero ella ya no es la misma persona que antes. Ese proyecto que inició, en el que trataba de forma documental la infancia de un niño en los barrios menos favorecidos de Sunderland, ya no tiene cabida ni sentido en su visión como cineasta. Para decepción de sus profesores, decide escribir el guion de un drama fabulístico sobre su relación con Anthony.
La estética misma de la película se contrapone en buena medida a la de la Souvenir original, casi como de un florecimiento o un cambio estacional. De los cielos de nubes grises, cristalería londinense y espacios inánimes, pasamos a bucólicas estampas de flores y trigales, a sets sobrecargados de atrezzo y a múltiples secuencias de diálogo donde Julie se enfrenta a su equipo de rodaje, intentando dejar su personalidad de inerte pusilánime e indecisa creadora de cine atrás. No es que hiciera falta, pero con The Souvenir. Parte II, Joanna Hogg se confirma como una de las cineastas más relevantes -y tristemente omitidas- del panorama actual europeo. Única en su forma de crear personajes cuyo resorte y apoyo no tiende a ser otro que el mismo espectador. La segunda parte de la historia de Julie (y de la historia de Anthony) no solo es superior a la primera (desde un punto de vista dramático y conceptual), además se ve engrandecida por ahondar, literal y metacinematograficamente, en la mente de la protagonista con la que empatizar en ocasiones era y es algo más que un desafío, y que cuyo ser, de forma definitiva, queda plasmado en el celuloide a modo de réquiem final para aquel que fue amado y perdido.
The Souvenir. Parte II (Reino Unido, 2021)
Dirección: Joanna Hogg / Guion: Joanna Hogg / Producción: Martin Scorsese, Andrew Lowe, Ed Guiney, Emma Tillinger Koskoff, Lizzie Francke, Joanna Hogg, Rose Garnett, Luke Schiller y Emma Norton / Fotografía: David Raedeker / Reparto: Honor Swinton Byrne, Tilda Swinton, Harris Dickinson, Joe Alwyn, Charlie Heaton y Richard Ayoade