THE MANDALORIAN (T2)
El mandaloriano contraataca
A estas alturas, todo el mundo sabe que Star Wars es mucho más que una saga de películas. El universo creado por George Lucas ha trascendido sus límites originales, hasta convertirse en una red de ficciones interconectadas cuya influencia (incluso si no has visto, leído o jugado nada que esté relacionado con esa galaxia muy muy lejana) es ineludible. Inicialmente, con la llegada de internet, se produjo un enorme influjo de fan fiction que, de la mano de distintos libros y novelas gráficas “oficiales”, comenzaron a expandir un universo propio con mucho que decir. El componente transficcional y transmedial de Star Wars fue entonces reconocido y revitalizado por la productora de su creador, Lucasfilm, la cual consideró canónico todo ese incipiente Universo Expandido, además de aportar nuevas y numerosas creaciones que complementaban y extendían las inquietudes de una fanbase ávida de historias.
Novelizaciones, cómics, videojuegos, blogs online, desplazados y considerados un obstáculo para la libre explotación económica del universo Star Wars una vez Disney compra sus derechos en 2012. El reseteo producido por la multinacional causó malestar, aunque se intentó soliviantar con la promesa de nuevas películas e innumerables productos. El resultado: una nueva trilogía de películas y varios spin-offs que han dividido enormemente a la audiencia, tanto que Disney, tras una acogida tímida de Han Solo: una historia de Star Wars (Ron Howard, 2018) y la fallida Star Wars: el ascenso de Skywalker (J.J. Abrams, 2019), tuvo que plantearse sus proyectos futuros. En dicho clima de incertidumbre para la maquinaria multimillonaria, aparece una pequeña serie de acción real que, a priori, no parecía tener un gran potencial, The Mandalorian (Jon Favreau, 2019- ).
Con un acercamiento mucho menos grandilocuente, la serie de Favreau nos presenta a un mandaloriano cazarrecompensas y sus aventuras, después de los acontecimientos ocurridos en El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1985). The Mandalorian opta por ofrecer pequeñas píldoras de entretenimiento que, por lo general, funcionan gracias a una confluencia acertada de géneros populares, principalmente del western, del cual nunca termina de despegarse. Un claro ejemplo de ello es su protagonista, esencialmente ligado a la figura del pistolero silencioso, como podría ser el Clint Eastwood de la Trilogía del Dólar: alguien que se mueve por intereses personales, pero con un particularísimo sentido del honor, el cual le llevará a proteger y convertirse, en el caso de The Mandalorian, en el padre adoptivo del afamado Baby Yoda (ahora conocido como Grogu).
La cuestión de la frontera, vital en el western, es integrada en el universo Star Wars a partir de unas coordenadas temporales idóneas, tras la desintegración del Imperio Galáctico y los inicios de una Nueva República incapaz de alzar el vuelo e imponer su ley en numerosos lugares. Dentro de ese clima de ingobernabilidad se nos presenta al personaje de Mando, figura fronteriza por excelencia, en constante movimiento y búsqueda de recompensas por toda la galaxia. A través de sus ojos (o, más bien, de su casco) podemos observar un desencanto que rompe con la alegría imperante al finalizar El retorno del Jedi, donde parecía ponerse punto y final a la tiranía, en pos de un futuro de cuento de hadas. En ese desordenado limbo entre gobiernos se producen los hechos de la serie, un caldo de cultivo para toda gama de criminales y misiones, además de ser territorio propicio para ese resto imperial que acabará por dar forma a la Nueva Orden, protagonista en la última trilogía de películas.
Posiblemente, una de las razones por las que The Mandalorian ha funcionado tan bien desde el principio haya sido un correcto equilibrio entre el fan service y un revisionismo atenuado que permite ofrecer al ansioso espectador de la franquicia un lugar simultáneamente común e innovador. Rompería, de este modo, con la complacencia de Star Wars: El despertar de la fuerza (J.J. Abrams, 2015), con el arriesgado salto al vacío de Star Wars: los últimos Jedi (Rian Johnson, 2017) y con el caos generalizado de Star Wars: el ascenso de Skywalker, encontrando un beneplácito de los fans muy poco recordado en la época reciente. El enorme éxito de su primera temporada ha hecho que la expectación respecto a su segunda parte fuese altísima, pero, lejos de decepcionar, ha sabido dar un paso adelante.
La segunda temporada sigue esta misma estela, pero se percibe una clara intención, por parte de Disney, a la hora de que la serie se consolide como un producto verdaderamente representativo del universo Star Wars. Ello se ha traducido en una potente inversión económica que es evidenciada en cada episodio, mucho más espectacular en cuanto a pirotecnia se refiere. También se repite el mismo equilibrio entre homenaje y revisión; por un lado, con algunos personajes icónicos que desfilan por la pequeña pantalla y, por otro, dando voz e incluso humanizando a los bandidos tusken de Tatooine (con claras resonancias a los westerns revisionistas respecto a la figura del indio).
No obstante, aunque la serie desarrolle su trama principal, no se libera (ni pretende hacerlo) de su condición de serial folletinesco, cuya pretensión de longevidad es evidente. Más allá de que The Mandalorian haya sabido dar en el clavo dentro del universo Star Wars, no podemos olvidar que se trata de un artefacto comercial cuidadosamente diseñado para relanzar la imparable maquinaria Disney y, para ello, se viralizarán cuantos más gifs de Baby Yoda (Grogu) mejor. De hecho, gracias a su éxito, la multinacional se ha permitido el lujo de anunciar una enorme cantidad de nuevos proyectos futuros que no ceden en el intento de explotar hasta la saciedad lo que George Lucas inició. Una avalancha de series animadas y de acción real, además de otras películas en gestación, cuya efectividad tratará de asemejarse al entretenimiento de calidad urdido por Favreau y compañía.
The Mandalorian (EEUU, 2019- )
Dirección: Dave Filoni, Rick Famuyiwa, Jon Favreau, Robert Rodríguez, Bryce Dallas Howard / Guion: Jon Favreau (creador), George Lucas, Dave Filoni / Producción: Jon Favreau, Dave Filoni, Kathleen Kennedy, Colin Wilson / Música: Ludwig Göransson/ Fotografía: Barry Baz Idoine, Greig Fraser, Matthew Jensen / Diseño de producción: Andrew L. Jones, Doug Chiang / Montaje: Andrew S. Eisen, Jeff Seibenick / Reparto: Pedro Pascal, Gina Carano, Giancarlo Esposito, Carl Weathers, Temuera Morrison, Ming-Na Wen, Bill Burr.
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