THE IDOL
Visualmente magnética pero fácil de olvidar
Siempre es interesante ver el resultado final de un producto tan publicitado, pero el caso particular de The Idol (Sam Levinson, 2023-) carga especial atención. Lleva más de un año generando ruido y a unos meses de su premier en el Festival de Cannes 2023, se desataron muchas polémicas que, tras la conclusión de sus episodios, siguen generando conversación. La serie nos muestra a Jocelyn (Lily-Rose Depp), una superestrella pop que, un año después de la muerte de su madre y tras tener un colapso nervioso, intenta regresar a la escena pública. En el proceso, su camino se cruza con el de Tedros (Abel “The Weeknd” Tesfaye), el dueño de una discoteca y líder de un culto.
Al arrancar el primer episodio, nos encontramos con una disección interesante de la industria y lo que conviene ser parte de ella, ubicándose en el centro del estrellato como el resto de sus ramas. El cómo se ha manejado a Jocelyn como un producto hasta el punto explotador y cómo todo su equipo alrededor de ella parece más preocupado por mantenerla en pie para seguir vendiendo que por tener un regreso en forma. Este es el caso especialmente de Nikki (una feroz Jane Adams), la ejecutiva de la disquera que parece estar al final de su paciencia. Aun cuando hay un cariño genuino por parte de sus co-managers, interpretados por Hank Azaria y Da’Vine Joy Randolph, la expectativa del resurgimiento de Jocelyn es gigante.
En medio de todo ese caos, la joven estrella decide salir de discoteca una noche con su mejor amiga y asistente personal Leia (Rachel Sennott), su director creativo Xander (Troye Sivan) y su backup dancer Dyanne (Jennie Ruby Kim, quien a lo largo de la serie no logra transmitir todo lo que su personaje necesita). Ahí conoce a Tedros y, seducida por un encuentro bastante simple, Jocelyn queda intrigada por él, al punto de invitarlo la noche siguiente a su mansión para continuar dicha interacción.
Lo que sigue después realmente importa a medias, porque constantemente la serie se encierra en todo lo visto en su publicidad: escenas soft porn que intentan ser provocadoras. Y resalto el soft porn, porque prácticamente ninguna de esas escenas son lo suficientemente poderosas para sorprender y, mucho menos, tienen razón de existir en la serie. Estas incitan al espectador a preguntarse qué sigue o si su presencia será comprensible en el futuro, pero no.
Todo fuera de ese círculo parece desenvolverse hacia diferentes lugares. La ya mencionada disección interna de la industria, su metodología o los mecanismos de seducción de un culto moderno son sólo chispas en medio de un incendio que no se dirige a algún lugar en concreto, pese a que irónicamente son los combustibles más fuertes que tiene. Al final de la miniserie documental Seduced: Inside the NXIVM Cult (Cecilia Peck, 2022) hay un par de declaraciones muy interesantes por parte de una especialista experta en cultos, quien afirma que “una de las creencias más comunes es que la gente que se una a sectas son estúpidos, locos, raros. Esa idea es completamente opuesta a la realidad. Las sectas reclutan a los mejores y a los más inteligentes de esa sociedad… Pero usualmente ignoramos el contexto que los llevó ahí”. Mirar The Idol, implica poner hincapié en ese axioma, pues el detonante que nos quiere presentar se desenvuelve con una simpleza incomprensible cuando debería ser el principal motor de la serie.
Brady Corbet ilustró en Vox Lux: El precio de la fama (2018), aun con sus propias fallas, una radiografía de los alcances psicológicos de estar en el epicentro de la fama y cómo estos se entrelazan con el trauma, cómo la cultura de la fama y la percepción del éxito mediático puede rayar en la radicalización y el extremo, cómo una superviviente es transformada en un símbolo. La diferencia entre ser una persona y un ídolo. En The Idol, cuesta trabajo entender por qué Jocelyn es una superestrella tan magnética o por lo menos a qué público se supone que va dirigida. La presentan todo el tiempo como una cantante pop con la explosividad de las filas de Britney Spears o Christina Aguilera en los 2000, o incluso a la Miley Cyrus en los 2010, a pesar de que su fanbase parece ir más en la línea adolescente de Taylor Swift.
Lily-Rose Depp se entrega ante todo por el rol, mostrando desde el minuto uno en cámara un rango actoral que cambia de emoción con un solo parpadeo. Desafortunadamente, la serie también falla al presentar una de sus aristas más importantes para su construcción de personaje: su habilidad vocal. Nunca la vemos cantar en solitario más allá de un par de frases y quizás esto no sería tan relevante si, a diferencia de casi todo el cast, la cinta no fuera aderezada con interpretaciones musicales en casi cada capítulo -la mayoría por cantantes que hacen su debut actoral en el serial-. Abel “The Weeknd” Tesfaye, por su parte, intenta darle matices a su personaje, pero la mayor parte del tiempo se percibe rígido en pantalla: no permite transmitir ese magnetismo por el que Jocelyn y compañía entrelazan sus caminos.
Fuera de la pareja protagonista, la serie está sobrepoblada de personajes que poco importan, pues se mantienen muy descuidados sus arcos narrativos -prueba de eso es el personaje de Leia- y, en algunos casos, su ausencia ni siquiera está justificada. De igual forma, carecen de importancia para seguir en caso de una siguiente ronda de episodios -al cierre de esta edición, sigue pendiente la confirmación de si la serie será renovada para otra temporada o cancelada y (para efectos mercadológicos) quedará definida como una miniserie-.
Dicho esto, la serie aún cuenta con algunos elementos positivos. Quitando la actuación de Abel Tesfaye, el cast de ensueño con el que cuenta está en su punto, destacando con Hank Azaria, Da’Vine Joy Randolph y Eli Roth, quien aparece como el neurótico productor de una disquera. Detrás de la lente, la fotografía de Marcell Rév es innegablemente atractiva, pues danza y logra hipnotizar con sus movimientos de cámara, inyectando cierta realidad y contraste a la historia, sobre todo con el uso de la cámara lenta. Y quizás su episodio mejor logrado, el último, Jocelyn Forever, las dinámicas de poder que se desdoblan dan otro pequeño vistazo a la ferocidad de la industria que se critica, pero en el proceso, nuevamente se ahoga en un especie de cóctel seductor que no produce efecto alguno más allá de incomodar sin razón.
Finalmente, las virtudes mencionadas se diluyen en algo vacío y cuando se analiza el conjunto, nos topamos con el problema principal de The Idol: ni siquiera es entretenida. La abundancia de cosas que suceden en pantalla es demasiada y no necesariamente cuajan en su puesta en escena, pues las motivaciones de Sam Levinson están tan encerradas en un mismo escenario, que es fácil perder la atención.
Se ha comentado mucho sobre las similitudes que este serial tiene con Euphoria (2019-), la otra serie de Sam Levinson para HBO, y cómo la audiencia de aquella serie puede quizás conectar con esta. Pero la diferencia aquí radica que, la protagonizada por Zendaya, tiene un arco narrativo y unos personajes mucho mejor delineados por encima de su riqueza visual.
Al final, The Idol tiene chispas de genialidad, pero estas constantemente terminan en incendios narrativos que no le permiten avivarse como debería, ya que prefiere quemarse con su visceralidad gráfica. Quiere ser épica y revolucionaria, pero se contradice al ser retrógrada en su puesta en escena, pues es evidente que le interesaba más provocar que decir algo. Tiene un elenco de ensueño que es constantemente desperdiciado con subtramas que no despuntan hacia ningún lado o cuyos conflictos son tan fugaces como para tomar importancia. En su conclusión nos intenta presentar a dos ídolos, pero ninguno consigue visualizarse como un icono.
The Idol (EE.UU., 2023)
Creador: Abel Tesfaye, Reza Fahim, Sam Levinson / Dirección: Sam Levinson / Guion: Sam Levinson, Abel Tesfaye, Reza Fahim / Producción: A24 Television, Bron Studios, HBO, Little Lamb, A24 / Fotografía: Marcell Rév, Arseni Khachaturan, Drew Daniels/ Montaje: Nikola Boyanov, Aaron I. Butler, Aleshka Ferrero, Julio C. Perez, Julie Cohen / Reparto: Lily-Rose Depp, Abel “The Weeknd” Tesfaye, Suzanna Son, Troye Sivan, Jane Adams, Rachel Sennott, Hank Azaria, Hari Nef