THE EMPTY MAN
Un mal vírico
The Empty Man es la adaptación del cómic homónimo del autor estadounidense Cullen Bunn. Fue una de las películas “perdidas” en el limbo cinematográfico creado por la compra de 20th Century Fox por parte de The Walt Disney Company. La película de David Prior llegaría por la puerta de atrás casi tres años después de concluir su producción en medio de (irónicamente) una pandemia mundial. Un destino reservado para películas de terror “medianías”, que ni son parte de las taquilleras franquicias de la Warner Bros. (Insidious, Expediente Warren) y mucho menos del modernista terror autodenominado “ascendido” de A24 (Midsommar, La bruja).
James Lasombra (el hilarante nombre del personaje al que da vida James Badge Dale) es un ex-policía que va tras las huellas de “The Empty Man”, la presencia que atormenta una pacífica población de Missouri. Conforme avanza en el caso comienza un descenso hasta el corazón de un culto espiritista de discurso apocalíptico. David Prior, confeso admirador de David Fincher, hace uso de la suburbia como escenario siniestro, los rostros cansados y fruncidos y el seguimiento tardío de la cámara con respecto al movimiento de sus personajes en espacios reducidos. The Empty Man juega a dos bandas entre el thriller policíaco y el terror sobrenatural, introduciendo como elemento clave (y de unión) el trasfondo creepypasta en su narrativa.
El creepypasta es un relato de terror anónimo propio de foros de Internet, una actualización del cuento de miedo folclórico tradicional del que han nacido iconos de la cultura popular como The Slenderman. Este personaje es clave para entender toda una nueva corriente de cine de terror, utilizando la imaginería de “siluetas” ocultas parcialmente por niebla y árboles. Estos seres sobrenaturales a menudo aparecen sin rostro y su encuentro lleva a la desaparición de sus víctimas. Por supuesto, este tipo de historias quedan desdibujadas por lo virtual, con sus protagonistas convertidos en personajes cómicos o memes. The Empty Man es un personaje que hace aparición en varias ocasiones a lo largo de la película, invocado por el ritual de soplar una botella. “El primer día lo escuchas. El segundo día lo ves. El tercer día te encuentra”. Candyman en Estados Unidos, Bloody Mary en Inglaterra o Verónica en España. Es el relato de terror popular -la leyenda urbana-, que sobrevive por el boca-oreja (literalmente, en el caso de The Empty Man) y se auto-adapta al contexto humano con el que convive. De ahí, quizás, que se antoje como algo familiar.
En este caso, hablando de la Norteamérica capitalista, The Empty Man ofrece una visión neoliberal del culto noosférico liderado por el personaje interpretado por Stephen Root. Esta escena, una conversación de plano y contraplano entre el protagonista y el CEO de la empresa Instituto Pontifex (tapadera del culto a la figura de The Empty Man), hace alusión a la cita de Nietzsche “Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti.”, que con el tiempo, con la repetición y la rutina ha quedado desvirtuada, convertida casi en un cliché. Stephen Root llama a la reflexión profunda de las palabras del filósofo alemán “¿Qué es un abismo?”, “¿Qué pasa si miras y contestas a su llamada?”. ¿Qué tiene más importancia entonces, la mera cita o el significado detrás de estas palabras? Aplicable a la propia criatura de la película y a la raza de personaje a la que pertenece. Este tipo de terror, comúnmente reconocido como «lovecraftiano» (concepto también desvirtuado en la actualidad), pretende describir lo indescriptible. Apropiado para lo literario, pero que en lo cinematográfico quizás termine cayendo en la paradoja.
Como hacía Kiyoshi Kurosawa en Cure (1997) y Pulse (2001), The Empty Man habla sobre un mal endémico y virulento, que pasa de persona a persona (de nuevo, boca-oreja) hasta convertirse en una entidad incorpórea, impulsada y asistida por las nuevas tecnologías y el discurso de la Tulpa misticista dirigida a las masas (o la masa). Esta es también la forma de la que nacen los creepypasta que, al fin y al cabo, eran “copia-pegas”, que saltaban de un sitio de Internet a otro hasta convertirse en elementos de culto, irónicos o no. The Empty Man sabe darle valor a su naturaleza creepypasta sin dejarse llevar por el ya casi inevitable cinismo que trae consigo la posmodernidad.
Dirección: David Prior / Producción: Ross Richie Stephen Christy (para Boom! Studios) / Guion: David Prior Música: Christopher Young / Fotografía: Anastas N. Michos / Montaje: David Prior y Andrew Buckland / Reparto: James Badge Dale, Marin Ireland, Sasha Frolova, Samantha Logan, Evan Jonigkeit, Virginia Kull y Stephen Root