POSSESSOR UNCUT
La invasión de los ladrones de cuerpos
Possessor (Brandon Cronenberg, 2020) se plantea como una pieza homenaje al thriller corporativo con giro fantástico que el propio David Cronenberg perfeccionaría con Scanners (1981). Esta vez bastante más comedida en su ejecución, con una puesta en escena y planteamiento mucho más alejada de la -por otra parte perfectamente respetuosa- recreación de un proyecto de Cronenberg padre que fue Antiviral (Brandon Cronenberg, 2012). Una película que supo adaptar la quirúrgica austeridad de Inseparables (David Cronenberg, 1988), o el desagradable desparpajo del “body horror” sin pretensiones de Rabia (David Cronenberg, 1977), pero demasiado anclada en una visión evidentemente ajena.
La principal fortaleza de esta nueva entrega frente a su anterior propuesta es un sano desvío de la influencia directa con cualquier otra película. La comparación con Scanners es más anecdótica de lo que pudiera sugerir la premisa, porque éste es un animal completamente diferente. El homenaje pasa a un segundo término para dar protagonismo a una ejecución totalmente surrealista de una pesadilla esquizoide, terrorífica y con un planteamiento meticulosamente ideado.
Possessor sigue a una asesina que, para acabar con sus objetivos, posee el cuerpo de conocidos suyos para acercarse y así realizar el trabajo sin levantar sospechas. Es un trabajo del que se verá cada parte de su proceso: cómo plantean los asesinatos, cómo preparan a los poseídos, las máquinas, el tiempo que pasa estudiando a las víctimas. Presenta también un retrato de una protagonista siniestramente contenida, interpretada por una estoica Andrea Risenborough. Un papel psicótico en el que apenas se genera simpatía: es un personaje frío, casi el propio antagonista de una trama, pero en el que a través de una serie entrevistas y maquinaciones, deja ver una fachada de apatía y crueldad en su trabajo.
Se construye entonces una invasión de la psique fascinante en su intrusión. Se recrea en lo incómodo, en lo íntimo de su víctima. Secuencias de la más pura banalidad sirven para presentar este futuro y contextualizarlo junto a sus personajes. Se viven momentos de pesquisa espía e invasión de la privacidad con una normalidad que asusta. Todo ello salpicado por ataques psicodélicos, ensoñaciones oníricas que se bastan de sencillos juegos de montaje y composición para elevar la tensión hasta un momento explosivo de furia gore que desahoga prácticamente una hora de metraje llena de anticipación. Momento cumbre que, a pesar de ser levemente mutilado en una versión censurada, no deja de ser la secuencia clave de una película que se regocija en una estructura pausada.
Las imágenes que somete Cronenberg al espectador son rotundas y desagradables, pero el auténtico sadismo radica de una naturaleza antipática de todos los demás aspectos de la película, todo invita a una desidia de la que no se puede escapar. Las habitaciones, modernas y enormes, son sin embargo oscuras y reflectantes, devolviendo imágenes de personas que están siendo asediadas sin siquiera darse cuenta, reflejos de fantasmas que están ahí sin estarlo del todo. Los aparatos que utilizan, las herramientas futuristas, son punteras y fascinantes, pero los medios que utilizan en estos asesinatos son chocantes, salvajes. Las propias secuencias de asesinatos son de una falta de humanidad demencial.
Possessor es el nuevo afluente de un río que ya ha sido más que transitado. Brandon Cronenberg consigue con este relato de perversión del cuerpo ajeno para satisfacción de grandes corporaciones algo que su padre ya había explorado con otros trabajos, pero desde un acercamiento más personal. Crea un léxico y un tempo que domina con mano de hierro, en un montaje férreo, fragmentado, que divide la acción y solo se ve alterado por los apropiadamente intrusivos ataques de violencia psíquica que se irán sucediendo a lo largo de la película. Es heredera de un tipo de cine que no necesita fusilar para hacerlo suyo.
Possessor Uncut (Coproducción Canadá-Reino Unido. 2020)
Dirección: Brandon Cronenberg / Guion: Brandon Cronenberg / Producción: Niv Fichman, Andrew Starke, Gary Hamilton, Noah Segal, Rob Cotterill, Adrian Love, Steven Squillante, David U. Lee, Ying Ye, Kevin Krikst, Fraser Ash, Daniel Negret, Tony Roman, Ryan Hamilton, Dave Bishop y Vaishali Mistry / Música: Jim Williams / Fotografía: Karim Hussain / Reparto: Andrea Riseborough, Christopher Abbott, Jennifer Jason Leigh y Sean Bean