MISIÓN: IMPOSIBLE – SENTENCIA MORTAL, PT.1
Miradas: imposibles
En una de las secuencias previas al clímax de Misión: imposible-Sentencia mortal, parte 1 (Christopher McQuarrie, 2023), Luther (Ving Rhames) discute con Ethan Hunt (Tom Cruise) sobre los posibles resultados de su misión, llegando en primera instancia a una conclusión más bien funesta. Es un momento verdaderamente clave en la película, puesto que la fría lógica que aplica el guión permea la propia puesta en escena. A medida que Luther va citando las posibles eventualidades de la misión, la cámara va cerrándose en cuadres cada vez más y más extraños, cercanos, que desdibujan a sus personajes, que les oprimen y les empujan hacia el hemisferio izquierdo e la pantalla, ignorando cualquier raccord visual o continuidad con el decorado. Cuando finalmente decide abandonar este acierto de realización y montaje, es para poner cierto equilibrio la imagen y centrar a Luther en un plano más bien frontal que mantiene la mirada hacia la mitad izquierda del encuadre. Un plano que devuelve una cierta sensación de naturalidad. Es un cambio tan radical que uno puede ver este nuevo cuadro como una vista subjetiva del propio Ethan. Una que mira al peligro de frente, pero que a su vez sirve como terrible augurio de que ésta será la primera película de la franquicia que haga verdadero honor a su título. Luther ha escapado de esa esquina del plano porque entiende que no hay manera posible de vencer (por ahora), pero Ethan Hunt sigue inevitablemente contra las cuerdas.
Christopher McQuarrie ha compuesto en esta Misión imposible una película que mira de frente la primera entrega de Bryan De Palma, una que fantasea con adentrarse en un juego de espejos y trucos de magia, de máscaras y engaños que destacan por encima de las espectaculares secuencias de acción. La inercia que impulsa esta serie la empuja hacia un tipo de película que se construye alrededor de sus set pieces, cada vez más atrevidas, rompedoras y excitantes. Modelo del que además ha sentado cátedra. Cuesta separar las susodichas secuencias centrales del propio imaginario popular que termina brotando de estas películas.
En Misión: imposible – Sentencia mortal , la acción se masifica, se sublima y se subraya hasta alcanzar una épica de proporciones terroríficamente tangibles. Uno no puede evitar sentir cierta congoja al ver la pleitesía que Cruise le rinde al realismo en sus acrobacias. Es entonces cuando se desploma toda la tramoya que esconde este espectáculo de precariedad, y se descubre el pastel. La acción funciona porque hay una visión muy humana (la más humana desde la primera) en sus momentos menos ostentosos.
Porque la conclusión sigue siendo la misma que la que plantea De palma en su película. Que ninguna vida vale más que ninguna misión, ni ningún momento de acción trepidante vale nada sin instantes de vulnerabilidad, humanidad y sinceridad que puedan materializarse tanto en el acting, como en la puesta en escena. McQuarrie apela a aquellos momentos de la primera Misión imposible que se valían de un cara a cara (la confrontación final entre Cruise y Jon Voight en el vagón de equipaje), de miradas enfrentadas, para reducir los momentos de mayor tensión y paranoia a una dimensión más básica y, por lo tanto, más poderosa que cualquier explosión.
Misión: Imposible – Sentencia mortal, parte 1 (Mission: Impossible – Dead reckoning, part 1. EEUU, 2023)
Dirección: Christopher McQuarrie / Producción: Tom Cruise, Paramount, Skydance / Guion: Erik Jendresen, Christopher McQuarrie / Dirección de fotografía: Fraser Taggart / Montaje: Eddie Hamilton / Música: Lorne Balfe / Reparto: Tom Cruise, Hayley Atwell, Ving Rhames, Simon Pegg, Rebecca Ferguson, Vanessa Kirby, Essai Morales, Pom Klementieff, Cary Elwes, Shea Whigham, Henry Czerny.
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