LIBERTAD
La búsqueda de un mito imposible
“This is the West, sir. When the legend becomes fact, print the legend.”
El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962)
Con esta famosísima frase, John Ford verbalizaba algo que llevaba haciendo durante décadas: configurar y refinar una iconografía cargada de resonancias míticas a través del western, que serviría casi a modo de repositorio para el imaginario colectivo de una nación entera. El Oeste, fundado por pioneros obstinados y legendarios pistoleros, sería revisionado posteriormente desde distintos presupuestos. Dentro de las muchas maneras en las que así opera la archiconocida Sin perdón (Clint Eastwood, 1992), recordemos a aquel biógrafo que acompaña a English Bob, el afamado pistolero inglés, quien le cuenta todas sus supuestas hazañas. Las historias escritas por ese biógrafo eran la prueba fehaciente de “la leyenda impresa” que se mencionaba en la película de Ford y que, por supuesto, sería cuestionada por el sheriff interpretado por Gene Hackman, desmontando y ridiculizando las mentiras de English Bob. ¿Cómo encaja esto con una producción española de 2021 como Libertad (Enrique Urbizu)?
En cierto modo, Urbizu va a recoger la misma problemática en su nueva obra para Movistar+, explicitando el carácter construido y de aspiraciones míticas en la historia de Lucía “La Llanera” (Bebe). Por un lado, enmarca este relato en un nivel metadiegético, al mostrar cómo un biógrafo inglés (de ascendencia castellana) enseña a sus compatriotas los escritos de su puño y letra, tras volver de España y haber vivido los acontecimientos que el espectador presenciará a continuación. Por otro, traslada el universo western a la España de 1807, otorgando el peso principal a la figura del bandolero, lo que le permite cuestionar si acaso fuera posible construir unos cimientos míticos mediante su polvorienta épica.
Libertad cuenta la historia de Lucía “La Llanera”, antigua bandolera que lleva encerrada 17 años en la cárcel, donde ha criado a su hijo. Tras su puesta en libertad, se verá perseguida por varias bandas, entre ellas la del “El Lagartijo” (padre de su hijo), y por el gobernador local, en un juego de intereses y traiciones constante. Por su metraje desfilarán pueblos decadentes, una naturaleza indómita, bandoleros harapientos, mugrientos y asesinos, además de caciques rocambolescos y mediocres, todo hábilmente orquestado por la dirección de Urbizu.
Una vez La Llanera y su hijo son libres para respirar aire puro mientras cabalgan sus caballos, los espacios se abren y Urbizu compone grandes planos generales que, sin duda, destilan puro western clásico, lo cual chocará con el fuerte carácter macarra, mucho más cercano al spaguetti, de sus incesantes estallidos de violencia. Libertad, ante todo, recoge la estela de su predecesora Gigantes (Enrique Urbizu, 2018-2019), cuyas poderosísimas imágenes se quitan importancia a sí mismas, sin renunciar al carácter serial y divertido de su ficción. Orejas cortadas, decapitaciones, cabezas reventando, personajes inmorales que niegan cualquier atisbo de grandiosidad a la España del S.XIX.
Es inevitable reflexionar sobre la naturaleza de esta película, que surge de la síntesis de la miniserie con el mismo nombre (la cual se estrena directamente en la plataforma digital el 26 de marzo), y, como cabría esperar, con bastantes más minutos de metraje. De este modo, la vocación serial que se percibe en Libertad da la sensación de haber sido lastrada por la eliminación de contenido. Será interesante contrastar en qué manera la narrativa se ve afectada en sus diferentes formatos, pero, a falta de analizar la miniserie, bastantes escenas transmiten desequilibrio en sus inicios y desenlaces. Su montaje está plagado de transiciones y fundidos a negro que se antojan precipitados por momentos, dejando entrever, posiblemente, un metraje más extenso. Tal vez, el interesantísimo desfile de personajes que hay en Libertad también se vería muy favorecido con más minutos para brillar y desarrollarse de una forma más eficaz.
Independientemente de esto, la obra de Urbizu plantea la posibilidad, o más bien imposibilidad, de la creación de una iconografía mítica al estilo del western estadounidense en el territorio español, con la figura de La Llanera como epicentro individual. A este respecto, la conversación entre el biógrafo y el gobernador sobre la mitificación del almirante Nelson tras Trafalgar es iluminadora. El gobernador habla de la necesidad de “desterrar las mitologías absurdas con las que nos observan desde el extranjero”. No obstante, el propio Urbizu parece contestar la cuestión mediante una explicitud autoconsciente en el modo de presentar los acontecimientos como fantasiosos.
Ello nos lleva a un plano final que, por un lado, homenajea claramente al de Centauros del desierto (John Ford, 1956), y, por otro, resignifica el mensaje de esa legendaria escena. En un doble encuadre similar, situado en el interior de una casa, podemos ver cómo La Llanera nos observa desde fuera. En el caso de la película de Ford, la audiencia contemplaba cómo el personaje de un redimido John Wayne declinaba entrar en la casa y se marchaba, labrando en mármol su leyenda. Sin embargo, al final de Libertad, se nos niega esa contemplación y ese labrado, ya que una puerta maltrecha se cierra con violencia por el viento e interrumpe nuestra mirada sobre La Llanera. ¿Es este mito imposible de forjar?
Libertad (España, 2021)
Dirección: Enrique Urbizu / Guion: Miguel Barros, Michel Gaztambide / Producción: Fran Araújo, Domingo Corral, Rafa Taboada / Fotografía: Unax Mendia / Música: Mario de Benito / Dirección de arte: Manuel Ludeña / Diseño de vestuario: Patricia Monné / Reparto: Bebe, Isak Férriz, Xabier Deive, Jorge Suquet, Sofía Oria, Jason Fernández, Pedro Casablanc, Luis Callejo.
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