CONSTELACIÓN
Aquí hay gato encerrado
Quizás el revuelo generado por la campaña de reclutamiento de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA) haya propiciado que Constelación (Peter Harness, 2024), nueva serie de Apple TV+, tenga como protagonista a una astronauta de la Estación Espacial Internacional (ISS). Sea como fuere, el reciente proyecto de la plataforma recupera el interés por la ciencia ficción espacial de producción serial, que había sido relegada a una posición secundaria en un género que exploraba con mayor vehemencia la distopía presente y futura. La propuesta de Peter Harness narra en ocho capítulos el misterio que recorre a Jo (Noomi Rapace), una astronauta de la ESA que, tras un accidente en la ISS, regresa a la Tierra y experimenta junto a su hija Alice una fuerte sensación de extrañamiento respecto a todo lo que le rodea.
La serie, que muestra sus cartas muy poco a poco, toma como punto de partida un experimento basado en el principio de superposición de Schrödinger, una de las teorías fundamentales de la física cuántica que demostró que una partícula puede experimentar dos estados distintos al mismo tiempo. A partir de ello, se desarrolla un drama sobre la identidad y la disociación espaciotemporal. Este se construye a partir de cuidadas escenas de montaje en paralelo y constantes transiciones entre personajes, mientras se acompaña del uso repetido de ciertos recursos que pueden resultar obvios para el tratamiento de dichos temas: reflejos en espejos, glitches sonoros o gatos vivos y muertos. A pesar de esto último, la planificación narrativa y el guion permiten un efectivo desvelamiento progresivo de la información que concluye en un destacable y climático capítulo final.
A la hora de buscar líneas de conexión estilística y temática, Constelación parece apartarse de la era dorada de los seriales televisivos de principios del siglo XXI. Entonces, la ciencia ficción espacial se alejaba con mucha distancia de la Tierra y recorría el universo con narrativas más cercanas a la novela de aventuras y al drama político, con grandes bastiones como Firefly (Josh Whedon, 2002), Battlestar Galactica (Ronald D. Moore, 2004) o Stargate Atlantis (Brad Wright, Robert C. Cooper, 2004). No obstante, en la década de 2010, y como consecuencia de los avances en el CGI, el cine del gran público recogió el testigo del género y mostró un notable interés en la confrontación del ser humano y la soledad del espacio vacío. El resultado fue un conjunto de películas protagonizadas por astronautas, en forma de relato existencial de corte más realista: Gravity (Alfonso Cuarón, 2013), Interstellar (Christopher Nolan, 2014), Marte (The Martian) (Ridley Scott, 2015), First Man (Damien Chazelle, 2018) o Ad Astra (James Gray, 2019). Esta línea temática coincide en tiempo con la progresiva asimilación, por parte de las series, de un tipo de lenguaje y unos modos de producción muy cercanos al cine de gran presupuesto en la consolidación de la era de las plataformas. Así, Constelación toma de estas películas su imaginario, estilo de fotografía y diseño visual para conformar una obra para la pequeña pantalla que parte de la ciencia ficción en su premisa y abandona poco a poco la soledad del cosmos para adentrarse en el thriller y el drama familiar.
Por tanto, la gran virtud de la serie se encuentra no tanto en el misterio que oculta, sino en el retrato de la experiencia traumática colectiva y el reconocimiento mutuo de los astronautas de distintas generaciones. Las conversaciones entre Jo, Irena (Barbara Sukowa) y Henry (Jonathan Banks) componen los verdaderos núcleos de significado de Constelación, que ralentiza por momentos su ritmo narrativo para detenerse en la intimidad de los personajes. Esto se contrapone al acercamiento de muchas obras de los últimos años que han representado el espacio como constructo de la hazaña épica, desde el punto de vista individual, en narraciones de corte epopéyico.
La ficción creada por se adentra en el componente humano y psicológico de unos personajes atrapados en sí mismos, a la vez que expone los mecanismos de manipulación burocrática de las agencias espaciales sin caer en la conspiración. Por otro lado, los fantasmas del pasado irrumpen en secuencias de terror que remiten a obras como Coherence (James Ward Byrkit, 2013), donde se recupera el interés de este género por aplicar la física cuántica al universo macroscópico y extraer de ello las consecuencias humanas. Constelación combina un potente apartado visual en las escenas del espacio con una narrativa críptica que propone relecturas constantes, sostenidas por un correcto guion. Todo ello acaba construyendo una obra singular que se toma en serio a su público y se añade a la lista de títulos interesantes del catálogo de series de Apple TV+.
Constelación (Constellation, EE.UU.–Reino Unido–Francia, 2024)
Dirección: Peter Harness, Michelle MacLaren, Oliver Hirschbiegel, Joseph Cedar / Creador: Peter Harness / Guion: Peter Harness / Producción: David Tanner, Tracey Scoffield, Caroline Benjo, Simon Arnal, Carole Scotta, Justin Thomson / Fotografía: Markus Förderer, Frank Lamm, Yaron Scharf / País: Reino Unido, Francia, Alemania / Música: Ben Salisbury, Suvi-Eeva Äikäs / Reparto: Noomi Rapace, Jonathan Banks, Davina Coleman, Rosie Coleman, Barbara Sukova, James D’Arcy, Julian Looman, William Catlett / Plataforma: Apple TV+