CHARULATA, LA ESPOSA SOLITARIA
El viento en la mirada
Charulata, la esposa solitaria (Charulata, 1964) abre con una serie de planos que establecen la inmensidad de la mansión donde la protagonista que da nombre al título (Charu en lo sucesivo) vive recluida física y emocionalmente. No en un sentido de confinamiento inevitable, oprimida por terceros o presa de su propia voluntad, sino en términos formales que apelan a la cualidad soterrada de una época y también de un género íntimo como es el drama romántico.
Cual pájaro enjaulado, con el que se establece una metáfora visual en una ocasión, Charu se dedica a bordar, a imaginar y sobre todo a cantar. Su canto se une a los sonidos de la casa y el jardín e incluso funciona como motivo transitorio entre escenas, planos y estados dentro del propio film. Desde la distancia, ella mira a través de sus anteojos prismáticos las cosas que están demasiado lejos como para ser nítidas y también las que, estando cerca, parecen estar muy alejadas de su cuerpo y de su alma. Su marido, Bhupati Dutta, un hombre de posición social elevada que dedica su vida a cierto tipo de activismo editorial será la figura más importante que se verá por esos anteojos aludiendo a una distancia emocional. Charu, desde su posición de observadora que se troncará eje central del film (irónicamente), está atrapada en algún lugar entre la «Praachina» (mujer tradicional en la India) y la «Nabina» (mujer moderna), más inclinada a la emancipación asociada a la segunda, pero «obstaculizada» por las nociones de la primera. Epítome de la expresión y el enigma, de la discreción y del drama, la mujer verá trastocada toda su vida interior y exterior en cuanto aparezca Amal, su cuñado.
Para Charulata Satyajit Ray opta por establecer un paralelismo entre una tormenta que causa estragos en la casa y la llegada de Amal al mundo de Charu. El imperialismo británico llevó a la India la obra de Shakespeare y de Shelley, dos escritores que moldearon el espíritu de la nueva generación de escritores en Bengala. Dentro del auge de las novelas, romances, ensayos y demás géneros introducidos por los ingleses, surgió Nastanirh o The Broken Nest de Rabindranath Tagore. Esta obra, en la cual se basa Charulata, intentaba dar un equilibrio a la mezcla de culturas sin demasiado éxito, al contrario que la película de Ray. Es en las dos escenas en las que el viento azota la casa en las que puede notarse con más rigor la puesta en escena poético-política de Ray. En la primera de ellas vemos llegar el viento que precede a Amal en esencial. Al agitar las cortinas y los muebles y revolucionar totalmente la escena de la mansión, nos es mostrado un preludio de la agitación que conllevará su presencia física. El joven, con su jovial y alegre humor, traerá literalmente nuevos vientos de cambio a la casa que es el hábitat de Charu. La segunda escena sucede tras la marcha del joven, con todo lo que conlleva (la pérdida definitiva de la relación de amistad que había compartido con Charu, la que se podría llamar su «alma gemela»). Un nuevo vendaval (que no es sino un eco del primero) aparece justo cuando Charu está a punto de leer la carta que ha mandado Amal desde la lejanía. En ese preciso momento él vuelve a hacer acto de presencia (a modo de recuerdo, poética imagen de la añoranza) y vuelve a dar un vuelco a la vida de la mujer, quien llorará, ignorando la compostura y los sentimientos reprimidos durante todo el film y reconociendo así su amor por él mientras asume su imposible existencia.
Un ejemplo de la atracción que sienten estos personajes y lo impensable de su relación real se da en una secuencia de diez minutos en el jardín que se desarrolla durante varios días pareciendo una larga y apacible tarde de verano. Charu se balancea en un columpio mientras canta, mirando el mundo a través de sus anteojos, mientras Amal se relaja en la hierba y escribe en el cuaderno que le ha confeccionado ella. En un momento dado, Charu mira a través de los prismáticos y ve a una mujer con su hijo que se asoman a un balcón para después dirigir su mirada a Amal. Ray hace un zoom rapidísimo en comparación con los demás movimientos de cámara para denotar una cercanía que se traduce en pasión. Pasión por la mirada, por la observación del ser amado que resulta en descubrimiento y sentencia tanto para Charu como para el espectador que antes tan solo podían especular al respecto.
Algunas sobreexposiciones impresionantes, más zooms que revelan aspectos tan solo imaginados hasta esos momentos, planos de seguimiento y la icónica congelación final que encapsula tanto en un par de imágenes hiladas, ya no como un bordado, sino con la fuerza divisoria de una cámara fotográfica, son otros aspectos a tener en cuenta en esta obra capital del cine de Ray y, fácilmente, del cine mundial.
Charulata, la esposa solitaria (Charulata, India, 1964)
Dirección: Satyahit Ray / Guion: Satyajit Ray, Rabindranath Tagore (novela)/ Producción: RD Bansal / Fotografía: Subrata Mitra / Montaje: Dulal Dutta / Música: Satyajit Ray / Reparto: Soumitra Chattarjee, Madhabi Mukherjee, Shailen Mukherjee