CINEMAJOVE 2017: CORTOS NACIONALES
Acaba de concluir la 32ª edición del Cinema Jove de València y el gran ganador ha sido el drama sudafricano The Wound, de John Trengove, que ha sido galardonado con la Luna de València al mejor largometraje. La ópera prima explora el tabú de la homosexualidad en la comunidad negra del país. Su actor principal, el músico, novelista y activista pro derechos LGTBI Nakhane Touré ha sido reconocido con la mención al mejor actor.
En la Sección Oficial de Cortometrajes ha sido premiada con La Luna de València Submarine, de la directora libanesa Mounia Akl. El jurado, compuesto por la actriz valenciana Iris Lezcano, la crítica, comisaria y periodista alemana Barbara Lorey y el guionista y director valenciano Óscar Bernàcer, también ha destacado con menciones especiales Rosinha, del brasileño Gui Campos, Flynn?, de la holandesa Muck Van Empel, y Noiembrie, del rumano Ioachim Stroe.
Dentro de esa misma sección, Revista Mutaciones ha tenido acceso a una selección de cortos nacionales que optaban al Premio Feroz. Finalmente el ganador ha sido Down to the wire, la obra de animación digital del castellanoleonés Juan Carlos Mostaza. A continuación reseñamos los 15 cortos seleccionados por orden alfabético, incluido el triunfador:
AMO, de Álex Gargot
Cortometraje de ciencia ficción sobre los experimentos de un científico con su nuevo androide de aspecto femenino Domo. La relación que comienza a entablar el doctor con su nueva creación recibe los recelos de Mia, su asistente, que también es un androide. La apariencia infantil de Mia y su obesión por recibir la atención de su amo se vuelve todavía más perturbadora cuando aparece el deseo sexual como un elemento más. La incomodidad de las relaciones incestuosas y el despertar sexual son los pilares de esta obra, que utiliza el género como un simple vehículo para exponer sus cartas. Inteligencia Artificial, composición simétrica de planos, música clásica, travelings de acercamiento… Stanley Kubrick está presente en pequeños guiños técnicos durante el metraje, pero en cuanto a fondo el insulso desenlace echa por tierra los interesantes planteamientos que desarrolla anteriormente.
Fran Chico
Bienvenido a casa, de Miguel León Marcos
Una historia en la que radio y televisión han adquirido la figura del narrador, trasladándonos a diferentes épocas de nuestro tiempo, haciéndonos conocedores de las etapas por las que navegó nuestro país desde los años 70. Una propuesta muy original que cuenta con actores aunque en ningún momento conzcamos sus caras (y lo mejor es que no lo echamos en falta). El cortometraje está cargado de simbolismos; el uso de planos detalle, las fotografías y los objetos cuentan mucho más que cualquier diálogo y cualquier rostro. Transmitir toda una vida en quince minutos es una auténtica maravilla; el desasosiego, la familia, la inquietud y la soledad se ven reflejadas en el lugar donde habitamos con nuestras vivencias.
Sherezade Atiénzar
Cal fer el cor fort, de Marc Caballero
Eli (Raquel Salvador) se encuentra recogiendo sus cosas en un piso de Barcelona cuando llega su hermano pequeño, Martí, que parece tener una crisis de pareja. Los consejos de hermana mayor de Eli solucionan la discusión de adolescentes, pero cuando Martí se marcha y aparece el novio de Eli, el argumento da un giro de 180º. Marc Caballero pretende mostrar la diferencia que existe cuando opinamos sobre una relación externa y cuando somos nosotros los que vivimos un conflicto con nuestra pareja. Dos situaciones que dividen el cortometraje en dos actos casi opuestos, aunque la acción sea prácticamente en tiempo real y la transición se realice con total naturalidad. Director y actriz hacen que el corto funcione con su capacidad para expresar, en poco espacio de tiempo y con pocas palabras, los dos extremos.
Fran Chico
Contact, de Alessandro Novelli
“Por cada sí hay muchos noes”. Para el director Alessandro Novelli, todo es cuestión de perspectiva. En este cortometraje de animación, se le plantea al espectador que recapacite sobre su existencia como individuo, que hay muchas cosas más pequeñas que nosotros, pero que también las hay más grandes. En su discurso, Contact destaca la importancia de cada decisión y los distintos senderos que se abren a lo largo de nuestras vidas. Así, de una forma delicada y sorprendentemente inquietante, la existencia se hace palpable con un baile entre el propio individuo y universo donde al final, cada uno dibuja su propio camino.
Patricia Marín
Cucli, de Xavier Marrades
Cucli es un bello retrato de la relación entre un camionero, viudo recientemente, y una paloma herida que se acabó como la mejor valorado por el público en su Sección en el reciente Documenta Madrid. La convivencia inseparable entre ambos parece hacer convivir la fantasía de ver a la difunta esposa encarnada en el animal con el oscuro pragmatismo de ver un simple producto del azar. Al final, cínicos o soñadores, obtienen lo mismo, el retrato de un hombre que ha encontrado como alejar de sí la soledad.
Rafael S. Casademont
Down to the wire, de Juan Carlos Mostaza
Multipremiado corto de animación digital en el que Juan Carlos Mostaza hace de hombre orquesta como director, guionista, montador, productor, director artístico y fotógrafo. Thriller trepidante protagonizado por unos seres de alambre metálico sobre un asesino a sueldo y una familia que intenta escapar de su atacante. Aunque el guion sea un batiburrillo de los cánones del género, con «sorpresa» final incluida, el conjunto destaca por una animación cuidada al detalle. Los brillos metálicos y los exteriores fotorrealistas están conseguidos al milímetro, permitiendo que podamos entrar en el suspense de una historia sobre, literalmente, unos hierros con forma de monigote.
Fran Chico
El vestido, de Javier Marco
Una adolescente le compra un vestido de lujo a su madre, recién fallecida. Con esta premisa, Javier Marco construye un relato sobre la pérdida, la aceptación y el duelo en el que El vestido del título no es más que un macguffin que simboliza la relación entre una madre y su hija. La actriz Olivia Delcán (Sara) lleva con una solvencia admirable todo el peso dramático en una interpretación repleta de emoción contenida. Un claro ejemplo de cómo transmitir más con menos, con una historia aparentemente simple y cerrada.
Fran Chico
La disco resplandece, de Chema García Ibarra
Fragmento de un conjunto de cortometrajes realizados con el motivo de las relaciones entre turcos y armenios, La disco resplandece trata la convivencia y la multiculturalidad desde una pandilla de jóvenes de botellón. Desde la primera secuencia, en la que los adolescentes se reúnen delante de «los maricones» (una estatua de dos soldados abrazándose, símbolo del hermanamiento tras la Guerra Civil), García Ibarra nos muestra la naturalidad con la que los chavales de barrio de hoy en día tratan temas como la inmigración o la desigualdad. Lo mismo perrean en una discoteca abandonada que acuden a un evento familiar de canto armenio. Salvando las distancias, la versión millenial, rural y española en clave de cine social de E.T. El extraterrestre. Tal cual.
Fran Chico
Las vísceras, de Elena López Riera
Un largo plano con el reflejo de la ventana de un tren de Cercanías. Una hoguera. Una familia en el patio de su casa, con niños pequeños jugando. Un poema macabro recitado con solemnidad. Un conejo despellejado. Una procesión… Todos estos son los elementos de Las vísceras, un corto sobre la muerte y sus rituales en el que Elena López Riera deja que las imágenes transcurran libres dando significado al poema que se va narrando con cuentagotas. Un acercamiento casi documental, compuesto de retazos de realidad, sobre las costumbres y el folclore en torno a la La Parca.
Fran Chico
Life in boxes, de Alexander Lemus
Alexander Lemus apuesta por un corto documental de lo más curioso. En los cuatro minutos que aborda el cortometraje, el director retrata el testimonio de un hombre que guarda cajas con la esperanza de que le sirvan en un futuro, pero no de forma material. Guardar cajas se convierte en una metáfora de los recuerdos, de aquello que te evoca a algo y a lo que te aferras para evitar que sea olvidado. De manera correcta y contundente, el director hace que el espectador reflexione sobre la importancia de la memoria y de lo difícil que es dejar que un recuerdo caiga en el olvido.
Patricia Marín
No jungle, de Carmen Menéndez
La jungla es el nombre que recibe un campamento de refugiados situado en Calais, Francia. En ella, muchos refugiados sirios se establecen al no tener ningún sitio a donde ir, huyendo de su país con la esperanza de encontrar condiciones mejores que les garantice seguridad y tranquilidad en sus tormentosas vidas. Cámara en mano, la directora documenta con naturalidad la crudeza que conlleva el drama que sufren los refugiados día a día en La jungla. Ese sitio que deben abandonar según la ley pero que ya es algo seguro para ellos (aun viviendo en pésimas condiciones). Con la ayuda de distintos voluntarios y ONGs y al grito de “no jungle”, los refugiados intentarán que sus derechos como personas no sean anulados.
Patricia Marín
Nothing stranger, de Pedro Collantes
Tras la muerte de una tercera, dos hermanas vuelven a encontrarse después de haber vivido separadas. Haciendo uso de paisajes poco contrastados, el director español dibuja un velo frente a la cámara que atenúa ese espacio natural que constantemente les rodea. De ese modo queda constancia lo difusa que es la relación entre ambas, como las dos, con sus diferencias, intentan buscar consuelo ante la pérdida de aquello que les unía, su hermana. Pero también necesitan encontrarse a sí mismas, un proceso largo y delicado que se justifica con planos muy abiertos, largos y vacíos, pero llenos de naturaleza con la que poder dialogar. Así, Collantes nos muestra cómo las relaciones, difíciles y en ocasiones insostenibles, cambian con el paso del tiempo. Sólo hay que ser pacientes.
Patricia Marín
Nuestra amiga la luna, de Velasco Broca
El prólogo de este cortometraje recuerda sutilmente al inicio de El séptimo sello (Ingmar Bergman, 1961). Un plano en blanco y negro en una playa, en el cual solo percibimos un hombre junto a la orilla, mientras oímos una narración de una voz masculina, sin música. En una fluida recopilación de planos, reconocemos una cámara Bolex, una mujer que se sienta mezclándose con varios estampados y un hombre tocando el piano. De pronto, aparece un personaje que vive en una camioneta, atándose las sandalias con dificultad por sus limitaciones físicas. El dinero, la sociedad del consumo y la religión aparecen reflejadas como el hilo conductor en esta dinámica historia.
Sherezade Atiénzar
Nuestro viejo (y el mar), de Lander Camarero
El cortometraje de Lander Camarero cuenta la historia de dos hermanos que cruzan medio planeta para tirar las cenizas de su padre en el lugar opuesto del globo al que este había pedido. Partiendo de esa premisa, Camarero construye una pieza a medio camino entre el drama familiar y la comedia negra, espectacular por sus abundantes medios, pero que nunca termina de asentarse en ninguna de sus propuestas. El uso machacón de la música, una planificación más concentrada en epatar que en explorar y una notable falta de síntesis hacen que lo que podría ser el interesante retrato de una obsesión se quede en algo más cercano al chiste alargado.
Pablo López
The Neverending Wall, de Silvia Carpizo
The Neverending Wall rinde homenaje al trabajo de los artistas que cubrieron el tramo del muro de Berlín hoy conocido como la «East Side Gallery». A través de un impecable ejercicio de animación, la directora Silvia Carpizo nos alerta sobre el deterioro de ese trabajo al tiempo que se pregunta sobre la fragilidad de la memoria histórica y la irritante obsesión humana de levantar muros en lugar de derribarlos. El resultado es un viaje por el arte pop que, pese a su sencillez, resulta fascinante.
Pablo López