CAZAFANTASMAS: IMPERIO HELADO
El problema actual de Hollywood
Las franquicias se han convertido en una apuesta segura para los estudios de Hollywood. Con el uso de las nuevas tecnologías, que permiten recrear con mayor fidelidad épocas pasadas, hacen que las producciones nostálgicas sean aún más atractivas. En particular, la década de 1980 ha experimentado un resurgimiento en el cine comercial de los últimos años, con una oleada de remakes, secuelas y reboots que inundan las pantallas. La nostalgia se ha convertido en un fenómeno cultural que Hollywood ha capitalizado con películas como Star Wars: El despertar de la fuerza (J. J. Abrams, 2015), Dumbo (Tim Burton, 2019), El Rey León (Jon Favreau, 2019), entre otros live-action de Disney y, por supuesto, Los Cazafantasmas (Ivan Reitman, 1984). Las franquicias se han convertido en un parque de atracciones que solo impulsan al espectador a comprar el mismo producto una y otra vez, sin ofrecer nada memorable. Cazafantasmas: Imperio Helado es un ejemplo más de este problema.
Continuando la historia de Cazafantasmas: Más allá (Jason Reitman, 2021), la familia Spengler regresa a la ciudad de Nueva York, donde se reúnen con los Cazafantasmas originales para enfrentarse a una nueva amenaza que promete congelar a la humanidad. Reemplazando a Jason Reitman el director en esta ocasión es Gil Kenan, responsable de dirigir cintas como Monster House (2006) y Poltergeist (2015), y quien también co-escribió junto con Jason Reitman el guión de de las dos recientes películas de Cazafantasmas, retomando algunos elementos de las cintas originales.
De cierta forma Imperio Helado busca ofrecer una mitología fresca dentro del universo de Cazafantasmas, como con el personaje de Phoebe (interpretado genuinamente por la actriz Mckenna Grace); su arco narrativo trata temas como la muerte, la pérdida y un drama emocional sobre dejar ir el pasado relacionado a la amistad que tiene con un fantasma. También en su tercer acto es donde la película nos ofrece un ambiente terrorífico con villanos más originales que en su antecesora, y donde su propia mitología se expande con figuras monstruosas que no se habían visto anteriormente dentro de la franquicia. El set de Nueva York está utilizado de una manera más ambiciosa, aprovechando los nuevos recursos que ofrecen los efectos visuales.
Desafortunadamente, en la cinta abundan las referencias hacia el pasado, como si la película tuviera miedo de abrirse hacia el futuro que nos presenta. Al igual que en la anterior entrega, el factor de la nostalgia es muy descarado y cínico cada momento que aparece un personaje, locación y/o objeto. Si no teníamos suficiente con el regreso de los Cazafantasmas originales (Bill Murray, Ernie Hudson, Dan Aykroyd e incluso Annie Potts) en esta cinta aparecen Slimer, Walter Peck (interpretado por William Atherton) el antagonista secundario de Ghostbusters en 1989, el Ecto-1, el traje de los Cazafantasmas y, también por si no captas esas referencias, literalmente un personaje que dirá en forma de diálogo las letras de la clasica cancion: If there’s something strange in your neighborhood. Who you gonna call?
Toda esta nostalgia tan vacía y sin emoción viene tapando los agujeros argumentales de un guion que tiene 12 personajes protagonistas y secundarios (todo el reparto) con 12 distintos arcos narrativos que van chocando uno contra el otro, haciendo que sus 115 minutos se tornen tan lentos, inconsistentes y fríos como el título de esta secuela. Se siente una urgencia del guion para volver con la pandilla original. Lamentablemente no existe ninguna evolución emocional con el paso de los años como se hizo en Top Gun: Maverick, una secuela que recurre a la nostalgia para ofrecer un capítulo más al espectador sin imitar los pasos de su predecesora. En Imperio Helado es todo lo contrario, son exactamente los mismos personajes que eran en aquel 1989. En esta ocasión los actores se han convertido en fantasmas de la nostalgia, escupiendo líneas clásicas y algunas bromas ejecutadas con la misma flojera que trae Bill Murray. Todos parecen cansados. O peor aún, como si no quisieran estar allí en absoluto. Dan Aykroyd parece encantado con el regreso a este universo, pero su personaje cae en un mar de referencias que simplemente opacan esa emoción que tiene el actor.
En cierto punto, en Imperio Helado parecería que la franquicia se ha vuelto un especial de Saturday Night Live (SNL) donde tus personajes favoritos parecen una imitación de algo que fue bueno en alguna época. No estamos ante una revolución en el panorama de remakes y secuelas de Hollywood: es más bien el estancamiento de una fórmula desgastada que solo va agregando nuevas tumbas (o fantasmas) en el cementerio de los recuerdos cinéfilos.
Cazafantasmas: Imperio Helado (Ghostbusters: Frozen Empire, EE.UU., 2024)
Dirección: Gil Kenan / Guion: Gil Kenan, Jason Reitman / Producción: Jason Reitman, Jason Blumenfeld / Música: Dario Marianelli / Fotografía: Eric Steelberg / Montaje: Nathan Orloff, Shane Reid/ Interpretación: Paul Rudd, Carrie Coon, Finn Wolfhard, Mckenna Grace, Kumail Nanjiani, Patton Oswalt, Celeste O’Connor, Logan Kim, Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson, Annie Potts.