CAMINANTES
Instapesadilla
Cuando hablamos de found footage, es imposible obviar el archiconocido y paradigmático ejemplo que supuso El proyecto de la bruja de Blair (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999), película que desencadenó infinitas emulaciones a distintos niveles en lo que a producciones de metraje encontrado se refiere. La pretensión de veracidad de ese popularísimo caso suscitó gran revuelo, pero el componente de duda en torno a su origen real desaparece tras la afluencia de este tipo de cintas. Aún así, la sensación de inmediatez emanada de lo grabado en primera persona y sus, a priori, errantes planos secuencia, entrama un curioso pacto con el espectador en el que realidad y ficción pueden llegar a desdibujarse. Si añadimos a esto una nueva generación (ya sea millennial o z) obsesionada con su estatus virtual, el cual deriva en la necesidad de grabar prácticamente todo, ahora enmarcada en el contexto nacional de manera serializada, sabremos cómo enfrentarnos a Caminantes (Jose A. Pérez Ledo, 2020).
La premisa de Caminantes es suficientemente fresca: un grupo de chavales deciden hacer el Camino de Santiago y lo que, en un principio, sería un viaje divertido, se convierte en una pesadilla cuando empiezan a ser perseguidos por una amenaza incierta. Elegir como eje conductor una actividad que suele estar ligada a lo idílico de la naturaleza, el auto-descubrimiento y la vida sana resulta muy acertado, ya que su rápida incursión en el horror re-codifica el paisaje de forma radical. Lo que antes era un ambiente benévolo, soleado y cargado de aire puro, se torna hostil, nebuloso y asfixiante, mostrando la cara más indómita e inhóspita de esos parajes.
Sin embargo, la originalidad o innovación de Caminantes no sólo puede residir aquí, ya que más allá de su localización, las convenciones genéricas son plenamente reconocibles, tanto en su manera de crear tensión como en sus personajes, quienes, aun teniendo relativa personalidad, no dejan de ser los típicos adolescentes aterrados de este tipo de producciones. Por lo tanto, lo verdaderamente interesante se encontraría en su formato casi viral, vinculado a la era de las redes sociales y a las insta stories, que parte del concepto de hiperconectividad actual. Al fusionar los códigos de ese tipo de aplicaciones (modo selfie, filtros de todo tipo…) con el terror del metraje encontrado, se consiguen los mejores momentos de la serie, en los que la banalidad de un filtro o un loop del móvil se vuelve espeluznante cuando tratan de adulterar acciones horrendas.
Claro está, grabar la serie usando solo teléfonos móviles supone un arma de doble filo. Por un lado, da coherencia al relato en base al grupo de jóvenes protagonistas y la hipotética manera en la que capturarían sus propias experiencias. Por otro, esa misma coherencia limita bastante las posibilidades de la serie, lo que en algunos momentos hace flaquear su verosimilitud. Mientras que grabar con móvil permite usar ángulos casi imposibles que, de erráticos, destilan un estilo extrañamente perturbador en un sentido positivo, muchas situaciones son poco susceptibles de ser grabadas desde un punto de vista realista.
Cabe destacar y reflexionar sobre la efectividad de este tipo de narrativa, con unos episodios cuya duración nunca excede los veinte minutos, algo rarísimo dentro del panorama televisivo español. Además de la duración, su rápido ensamblaje y su efectista uso del cliffhanger convierten a Caminantes en una producción de consumo muy fugaz, pero muy eficaz. Si bien esta manera de conformar una ficción no parece conveniente ni efectiva en términos generales, parece resultar a la hora de contar una historia tan específica como esta.
Caminantes (España, 2020)
Dirección: Koldo Serra / Guion: Jose A. Pérez Ledo (creador) / Producción: Orange TV, 100 Balas, Mediapro / Sonido: Iñigo Tena / Departamento artístico: Edu Glez, Joseba Gracenea / Editor: José Manuel Jiménez / Efectos especiales: Carlos Rivero / Reparto: Daniel Ibáñez, Lucas Miramón, Songa Park, Alexandra Pino, Carlos Suárez, Eguzki Zubia.