BLONDE
La unidimensionalidad de una estrella
Un año más, Netflix ha apostado por una producción que le permita sacar pecho y demostrar su creciente poder en la distribución del entretenimiento audiovisual. Esta vez, el cineasta Andrew Domink ha sido respaldado por la plataforma para adaptar la novela de Joyce Carol Oates, cuya obra ofrece un híbrido entre ficción y biografía de Marilyn Monroe, la icónica actriz quien, tras décadas desde su fallecimiento, continúa viva entre la cultura popular y el reconocimiento de la industria cinematográfica. El resultado de esta apuesta es Blonde (2022), título homónimo a la obra literaria.
La actriz Ana de Armas, quien continúa su meteórico ascenso entre las afiladas y sinuosas montañas de Hollywood, encarna aquella figura legendaria (tras la que se esconde una frágil Norma Jean, su verdadero nombre) a través de una notable interpretación. Mención aparte al laborioso trabajo de caracterización desde el diseño de vestuario, peluquería y maquillaje. No obstante, una dirección tambaleante y una elíptica estructura de guion, que genera más dudas que certezas, afecta irremediablemente al rumbo de una representación actoral que es incapaz de soportar, sobre sus propios hombros, una propuesta perdida por su desconcertante estilo. La novela ya ficcionaba distintos capítulos biográficos de Marilyn Monroe, aunque la película se permite adaptar una versión especialmente delirante por su contenido, argumentación y formas narrativas ¿Es lícito acercarse a su protagonista mediante hechos ficcionados hasta límites difusos?
El primer bloque del film presenta la infancia de la pequeña Norma, sujeta bajo la custodia (o más bien, bajo el yugo) de una madre enferma que la maltrata, tanto física como psicológicamente. El vínculo que las une es la presencia irreal del hipotético padre de la niña, a quien su madre espera entre delirios. Dicho vínculo supone el principal punto de partida para el posterior retrato de la actriz, cuyo trauma es omnipresente a lo largo de todo el metraje (por otro lado, excesivo en su discurso). En otras palabras, la película ofrece el retrato unidimensional de una mujer traumada por el pasado, lo cual la empuja constantemente a desear una figura paterna con la que sentirse segura y completa. Cómo no, se refiere a sus parejas como “daddy”. Mientras tanto, a través del camino recorrido por el extenso metraje, no se presenta una evolución u arco del personaje que lo libere de su dolor, o bien otros aspectos que completen el sentido mismo de la persona que fue. El personaje vive anclado a su confrontada dualidad entre ser la inocente Norma Jean o abandonarse al estrellato de la deseada Marilyn Monroe. Por tanto, la unidimensionalidad del personaje lastra el retrato de su protagonista. Del mismo modo, este mismo problema surge en el resto del reparto, quienes encarnan la dominación, el machismo, la arrogancia e incluso la psicopatía, remarcando los incesantes pesares de su vida.
Si bien el discurso podría percibirse uniforme, tal y como se ha comentado, los recursos estilísticos que dan forma a la película son demasiados. Predomina la alternancia entre el uso del color o el blanco y negro, el cambio de formatos, las lentes empleadas (desde el ojo de pez hasta un marcado teleobjetivo) y efectos visuales que fusionan formas y conceptos visuales, dotando a la película de una estética ambivalente. Los cambios podrían pertenecer a distintas cuestiones narrativas, pero aquí no obedecen a un criterio claro, lo cual contribuye a desunificar al conjunto del proyecto. De forma casi paralela, la estructura de montaje está cimentada sobre marcados efectos elípticos que dividen los espacios biográficos, guiados por el extenuante trauma y la melancolía de su protagonista.
La última película de Andrew Dominik no es la promesa esperada, señalando así a Netflix por la oportunidad perdida para construir el relato de una persona que, como mínimo, merecía una mirada amplia a su vida y trabajo. La realización aporta resultados interesantes en sus depuradas formas, aunque se antoja caprichosa al jugar hasta límites incomprensibles. El mayor hallazgo es la interpretación, aunque ensombrecida por el conjunto, de Ana de Armas.
Blonde (Estados Unidos, 2022)
Dirección: Andrew Dominik / Guion: Andrew Dominik. Novela: Joyce Carol Oates / Producción: Plan B Entertainment. Distribuidora: Netflix / Fotografía: Chayse Irvin / Música: Nick Cave & Warren Ellis / Montaje: Adam Robinson / Diseño de producción: Florencia Martin / Reparto:Ana de Armas, Adrien Brody, Bobby Cannavale, Julianne Nicholson, Xavier Samuel, Evan Williams, Caspar Phillipson & Toby Huss.