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BLACKWOOD

Lo que no se ve

Posiblemente, el intento para conseguir éxito y reconocimiento a través de cualquier expresión artística sea uno de los caminos más tortuosos y desagradecidos que existen. Es un camino difícil de aceptar, lleno de frustraciones y miedos, cuyo resultado no es inmediato y la espera a cualquier feedback parece infinita. Algo similar ocurre con la adolescencia, esa etapa rebelde y confusa donde el mundo parece ir en tu contra y estar lleno de hostilidades, donde parece haber más preguntas que respuestas. El arte y la adolescencia, dos transiciones que Lois Duncan enlazó en Down a Dark Hall (1974), el libro que ha conseguido que Rodrigo Cortés vuelva a los cines con su cuarto largometraje: Blackwood.

Blackwood-Revista Mutaciones (4)

La película cuenta la historia de Kit, una chica enviada a un internado para adolescentes problemáticas dirigido por Madame Duret. En total, son cinco las estudiantes que se ven obligadas a formar parte de un extraño método de enseñanza que les hace avanzar a pasos agigantados por diferentes disciplinas: música, literatura, matemáticas, pintura… A priori, el guion con temática adolescente y la atmósfera provista de sustos son elementos que no encajan con el estilo de Cortés y, sin embargo, el director gallego se ha llevado todo eso a su terreno para dotar a la película de la crueldad más pura y despiadada.

No es fortuito que todos los papeles protagonistas sean mujeres. La figura femenina, bajo la etiqueta de ‘musa’, ha sido siempre fuente de inspiración de artistas. Pero la historia de las musas en Blackwood va más allá de la inspiración. Las cinco estudiantes del internado -que han decidido meterse en problemas y no hacer nada provechoso (y por eso están allí)- son utilizadas como un canal donde sus cuerpos sirven de instrumento a los muertos para poder terminar aquello que dejaron a medias: teoremas, cuadros, poesías… Es entonces cuando el director se plantea las siguientes preguntas: ¿sería lícito aprovecharse de alguien que ha elegido la mediocridad? ¿Sería moral utilizar el cuerpo de una persona como un instrumento? Todo depende de cuánto se valore el arte. En el caso de Madame Duret, la ignorancia sale cara y el fin termina justificando los medios. Pero lo interesante  de todo esto es que Rodrigo Cortés no solo plantea el estado de la adolescencia y el desperdicio del arte como temas aislados, sino que los unifica para resaltar la explotación de la figura femenina en todas las disciplinas artísticas a la vez que él aprende y trabaja junto a un reparto donde ellas son mayoría.

Blackwood-Revista Mutaciones

La mirada fantástica de Cortés es una de las más naturalistas y terrenales que podrían darse dada la contradicción. La naturalidad con la que graba escenas consigue que la tensión sea latente y constante, siempre sin recurrir al susto fácil o a las triquiñuelas de cine americano de terror adolescente del que en ocasiones se le acusa. El tratamiento de los personajes y la disposición de la luz consiguen crear una atmósfera incierta que cuadra con la inseguridad y las preguntas que plantea la película, el miedo a aquello que no se ve, ya un tema recurrente y característico del director. Posiblemente no sea la obra cumbre, pero Blackwood ha servido para afianzar la mirada fantástica y despiadada de Cortés, un hombre dispuesto a estudiar la mente del ser humano sin dejar de plantearse preguntas a sí mismo.

Cuidadoso con los detalles y dispuesto a aprender de cada batalla, Rodrigo Cortés se convierte en todo un ‘victimista, según su verbolario, un “arquitecto entregado al diseño y mejora de su propia cárcel”. Para muchos algo que puede llevarle a la tumba, para otros, un derroche de talento en mayúsculas.


Blackwood (Down a Dark Hall, Estados Unidos, 2018)

Dirección:  Rodrigo Cortés / Guion:  Mike Goldbach, Chris Sparling (Novela: Lois Duncan) Producción:  Marty Bowen, Wyck Godfrey, Adrián Guerra, Meghan Hibbett, Stephenie Meyer… para Fickle Fish Films, Nostromo Pictures, y Temple Hill Entertainment/ Fotografía:  Jarin Blaschke/ Montaje:  Rodrigo Cortés / Música:  Víctor Reyes/ Dirección artística: Gemma Fauria, Gabriel Liste / Diseño de producción:  Víctor Molero/ Reparto: AnnaSophia Robb,Uma Thurman, Isabelle Fuhrman, Noah Silver, Rosie Day, Kirsty Mitchell, Taylor Russell, Victoria Moroles, Jim Sturgeon, Rebecca Front, David Elliot

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