BLACK BOX
Hacerse oír
En Black Box (Yann Gozlan, 2021) todo está subordinado a su protagonista, Mathieu (Pierre Niney), un dedicado pero obsesivo analista de cajas negras que parece verse envuelto en una trama conspirativa acerca de un avión siniestrado. A través de sus ojos -y sus oídos- el director muestra la acción de la película, con una cámara que lo sigue en todo momento y que, al estar pegada a él, hace que el espectador comparta su punto de vista. Pero también, mediante los planos subjetivos: una cámara en mano generalmente nerviosa, alterada e impaciente, como el personaje.
Este estado ansioso viene dado por la dificultad de su trabajo y su capacidad, fuera de lo común, de escuchar más allá de lo evidente. Por eso Yann Gozlan apuesta por un diseño de sonido hiperrealista pero subjetivo, prestándole al espectador los oídos del protagonista. Es tanto así que le permite entrar en la cabeza de Mathieu cuando, producto de sus conjeturas, este se sumerge en el espacio que está escuchando y que construye visualmente a partir de su potente imaginación.
La estructura narrativa de Black Box es la de un thriller al uso que sigue los códigos tradicionales del género. Sin embargo, esa marcada dependencia de su protagonista hace que el ambiente de la película se modifique según su estado. Gozlan no tiene reparo en dotar al thriller de elementos formales heredados del terror hacia el final del largometraje -cuando la investigación de Mathieu llega a su momento climático-. El personaje se encuentra solo en ambientes angustiosos y oscuros, y su agudo sentido del oído hace que resalten sonidos inquietantes a su alrededor, dando lugar a una tensión in crescendo que dialoga con el ritmo de la película.
Para terminar de imbuir a Black Box de esta subjetividad, el director emplea múltiples planos de perfil de Mathieu en el acto de escuchar –remarcados, de nuevo, por la banda sonora-, colocando la oreja en un primer plano, desnuda o con auriculares. Esta simbología puede parecer simple hasta que se desliga del personaje principal en un momento breve pero de gran intensidad dramática: cuando Noemí (Lou de Laâge), su mujer, quien durante toda la película pone en cuestión lo que Mathieu le cuenta, se plantea finalmente la posibilidad de que esté diciendo la verdad. El director lo logra mediante un plano sutil en el que una Noemí de perfil se mira en el espejo y se recoge el pelo descubriendo su oreja. Es ahí donde Mathieu, un personaje que todo lo escucha pero que no es escuchado, deja de estar solo. Y con él, el espectador deja de estarlo también.
Pablo Fernández y Daniela Urzola
Black Box (Yann Gozlan, Francia, 2021)
Dirección: Yann Gozlan / Guion: Nicolas Bouvet, Yann Gozlan, Jérémie Guez, Simon Moutairou / Música: Philippe Rombi / Reparto: Pierre Niney, André Dussollier, Lou de Laâge, Sébastien Pouderoux, Olivier Rabourdin
Pingback: Entrevista a Yann Gozlan. Revista Mutaciones