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BIG MOUTH (T1)

Pubertad monstruosa

La pubertad en el cine es un tema que ha sido muy explotado por la industria norteamericana. Míticas películas como Project X (Nourizadeh Nima, 2012), Supersalidos (Greg Mottola, 2007) o la saga de American Pie (Paul Weitz y Chris Weitz, 1999) plasman el primer contacto de chicos adolescentes con el mundo del sexo. Sin embargo, es más difícil encontrar películas que hablen sobre el “despertar sexual” de chicas adolescentes. Pero las hay. Por ejemplo, The Diary of a teenage girl (Marielle Heller, 2015) desmorona todos los tabús existentes sobre la percepción femenina del placer carnal usando una dialéctica fresca y cargada de realidad. Así, Heller nos sumerge en la vida de una adolescente en plenos años 70 que explora su sexualidad sin tapujos. Tras realizar esta distinción, nos topamos con Rumores y mentiras (Will Gluck, 2010) que habla precisamente de esta diferenciación de género. En la película, Gluck trabaja la normalización y el estigma de la sexualidad aplicado a la diferencia de género donde, en una misma situación, a los chicos se les trata de manera positiva mientras que a las chicas se les juzga. Y con este panorama llega Big Mouth.

La serie de Netflix creada por Nick Kroll y Andrew Goldberg explica cómo afecta a un grupo de amigos la llegada de la pubertad. Los creadores se implican en el proyecto relatando experiencias propias de su preadolescencia, hasta el punto de ceder sus nombres de pila a los personajes principales (Nick Birch y Andrew Glouberman). La trama de los dos protagonistas detona cuando a Andrew se le aparece el monstruo de las hormonas (llamado Maurice), lo que supone una manera muy gráfica de presentar la pubertad. En ese instante, Andrew comienza a explorar su cuerpo y siente deseos de masturbarse a todas horas. En cambio, Nick, a pesar de tener la misma edad que su amigo, aún no está lo suficiente desarrollado como para conocer a Maurice por lo que, al no encontrarse en la misma fase vital, se generará tensión entre los dos. Así es como dejan claro que la pubertad, pese a ser universal, es diferente en cada individuo.

Siguiendo esta línea, Kroll y Goldberg presentan a Connie, el monstruo femenino de las hormonas. Un gran acierto para hacer hincapié en las diferencias hormonales de cada género. Maurice podría definirse llanamente como el impulso de la masturbación; mientras que Connie es mucho más compleja. La conocemos a través de Jessi, una integrante del grupo de amigos de los protagonistas. Tras sufrir su primera menstruación, Connie aterriza en la vida de Jessi como un torbellino de emociones (indicando que los cambios de humor en las chicas se deben a las hormonas, definiendo así a la mujer como ser hormonal y no emocional). Las numerosas aristas de Connie hacen que el comportamiento de Jessi con su familia o amigos sea digno de una montaña rusa.

En Big Mouth hay espacio para hablar de la menstruación y de la masturbación femenina (regalando un capítulo entero a cada idea) En el episodio de la menstruación ocurre algo insólito: Nick y Andrew conversan sobre la menstruación, sobre lo que supondría para ellos sangrar una vez al mes. Ahí encontramos a dos niños hablando de “cosas de chicas” lo que hace que el androcentrismo (visión del mundo que coloca al hombre como centro de todas las cosas) se debilite. El capítulo sobre la masturbación femenina lo dice todo con su título “las chicas también están cachondas”, donde se deja claro las necesidades sexuales de las mujeres recalcando que se da de la misma manera y que, con diferencias, son igual de válidas que las de los hombres.

La serie hace gala de un humor muy propio de Padre de Familia (Seth MacFarlane, 1998-) a la hora de representar pensamientos de los personajes y, sin embargo, la crudeza de sus chistes logra desbancar a la serie de MacFarlane incluyendo explícitamente penes y escenas sexuales sin censura, algo que solo puede ocurrir en proyectos que no dependan de los anunciantes (la televisión analógica). Y para culminar, los creadores de la serie se confiesan en la última escena de la serie a través de Nick, Andrew y Maurice. Ahí, los tres personajes explican la idea de hacer una serie con sus locas aventuras preadolescentes. Pero una serie de animación, y así evitar que los clasifiquen como pornografía infantil, buscando alguna manera de poder contar con exactitud (y con una pluralidad de voces) lo que supone la pubertad sin ser malinterpretados.

La esencia de Big Mouth reside en la verdad, en las situaciones cotidianas que enseña y que muestra sin filtro alguno. Es así como nos damos de bruces con una serie donde lo que menos incomoda son los monstruos.


Big Mouth (2017, Estados Unidos)

Dirección: Nick Kroll (Creador),  Andrew Goldberg (Creador),  Joel Moser,  Bryan Francis, Mike L. Mayfield,  Mark Levin / Guion: Emily Altman, Jennifer Flackett, Kelly Galuska, Mark Levin, Duffy Boudreau, Jess Dweck, Andrew Goldberg, Peter Knight, Nick Kroll, Gil Ozeri, Victor Quinaz, Joe Wengert / Producción:  Netflix, Titmouse / Música: Mark Rivers / Reparto: Nick Kroll, Jhon Mulaney, Maya Rudolph, Fred Armisen, Jessi Klein, Jason Mantzoukas, Jenny Slate, Paula Pell, Jordan Peele.

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