AWAY
Lejos de la superficie
Tras cuatro años de trabajo y con tal solo veintiséis de edad, Gints Zilbalodis nos presenta la historia de Away, en la que no solo se pone al frente de la dirección y el guion del proyecto, sino que, además, se encarga de la producción, animación, edición y música del mismo, en un ejercicio de virtuosismo admirable que logra cautivar la mirada del espectador sin necesidad de incorporar una sola línea de diálogo en todo su metraje. El debut del director letón nos introduce en un mundo mudo y minimalista: características constantes dentro de sus múltiples cortometrajes anteriores, como Aqua (2012) o Priorities (2014), en los que se hacen evidentes ciertas temáticas y estilos que Away recogerá y explorará con mayor detenimiento, especialmente la soledad y la supervivencia dentro de una animación muy próxima al videojuego.
La historia que narra la película, sencilla en apariencia, presenta en cuatro episodios a un piloto anónimo que trata de volver a la civilización tras un accidente que le sitúa en una isla habitada únicamente por diferentes animales y una oscura figura gigante que le acompaña y observa a lo largo de su recorrido. Las similitudes con La tortuga roja (Michael Dudok De Wit, 2016) son más que evidentes, en sus aspectos formales (la ausencia de diálogos, el minimalismo de su estilo y sus envolventes piezas musicales) pero también; en sus narrativos (a partir de una búsqueda y un autodescubrimiento interior en un entorno desconocido y deshabitado). La importancia que conceden ambos filmes a la naturaleza y, más en concreto, al elemento del agua es otro gran nexo de unión, que comparten, a su vez, con la misteriosa y menos conocida El huevo del ángel (Mamoru Oshii, 1985). El agua como fuente de vida que lleva desde el nacimiento hasta la muerte y que llega incluso, en el caso de Away, a estructurar los cuatro capítulos que conforman el largometraje.
Sin llegar al nivel de animación o emotividad que se puede encontrar en la obra del director holandés, la película de Zilbalodis se defiende y distancia con soltura a través de una enorme variedad de paisajes e imágenes sobrecogedoras (la explanada bañada en agua sobre la que caminan los elefantes merece una mención especial), e interesándose por un retrato más abstracto y limitado en el tiempo. En ese sentido, la presencia del misterioso coloso o espíritu gigante que sigue al protagonista puede interpretarse como una representación de los miedos e inseguridades que acechan al joven. El momento del cambio y renacimiento del personaje viene marcado por ese enfrentamiento final al ser absorbido por la oscura figura, en el que su posición y el espacio que lo rodea recuerdan claramente al de un feto en el útero materno. Su cambio se realiza al liberarse y dejar atrás el mundo natural para volver a la civilización.
Desde su minimalismo y sutileza, Zilbalodis construye una historia en la que, de nuevo, demuestra que menos es más y que muchas veces, no es necesario un alto presupuesto o un gran equipo, ni siquiera hacen falta palabras para desarrollar una obra verdaderamente sólida y profunda.
Away (Letonia, 2019)
Dirección: Gints Zilbalodis / Guion: Gints Zilbalodis / Producción: Bilibaba / Fotografía: Gints Zilbalodis / Música: Gints Zilbalodis / Montaje: Gints Zilbalodis