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ANTIDISTURBIOS

Los “intocables” de Rodrigo Sorogoyen

Sea o no cierta la reciente y ya habitual muletilla de que “el mejor cine actual está en televisión”, resulta evidente que en los últimos años ha habido un trasvase de autores cinematográficos a la pequeña pantalla. Desde los pioneros Bergman (Secretos de un matrimonio, Fanny y Alexander) y Fassbinder (Berlin Alexanderplatz) a ejemplos más recientes como David Lynch (Twin Peaks y Twin Peaks: The Return), David Fincher (Mindhunter), Paolo Sorrentino (The New Pope)… Una práctica que también se ha extendido en España con los trabajos de Alberto Rodríguez (La Peste), Mariano Barroso (El día de mañana, La línea invisible) o Enrique Urbizu (Gigantes). Un fenómeno de autoría asentado cada vez más sobre la disposición de mayores medios y, por qué no decirlo, con la oportunidad de contar con un público casi mayor que en las salas de cine debido al auge del streaming. Pero dejando a un lado el debate de qué modelo es mejor o de si se trata de “una película de 6 horas en vez de seis capítulos de una”, lo cierto es que Rodrigo Sorogoyen ha encontrado en este formato una buena ocasión para pulir su cine y desarrollar con mayor profundidad algunos de los temas enunciados en sus últimos trabajos. No es que el director madrileño sea un novato en la televisión ?precisamente empezó en ella con series como Impares (2008) o La pecera de Eva (2010)?, pero con Antidisturbios ha logrado reunir lo mejor de su cine desde que comenzara a patear las calles de Madrid junto a Isabel Peña, coautora de todos sus guiones desde Stockholm (2013) hasta la serie que ocupa.

Antidisturbios. Revista Mutaciones

Tras un breve pero intenso paso por Valencia (El reino, 2018) y las costas francesas (Madre, 2019), Sorogoyen y Peña regresan a las calles de la capital española. Antidisturbios arranca con el desalojo de una vivienda de Lavapiés a cargo de los seis miembros del equipo Puma 93: El joven Rubén (Patrick Criado), el jefe Osorio (Hovik Keuchkerian), el novato Bermejo (Raúl Prieto), el “sobrinísimo” Álex (Álex García), el retraído Úbeda (Roberto Álamo) y el líder de facto, Diego (Raúl Arévalo). Todos ellos se ven envueltos en medio de un escándalo del que parecen ser los únicos culpables pero conforme se va tirando el hilo se descubren como las piezas más grandes en un puzzle mucho más complejo. Como si solo fueran unos meros cabeza de turco de una trama mucho más intrincada. Pero, como la serie demuestra más adelante, esto tampoco es del todo así.

Había un peligroso mensaje final en la celebrada El reino en cuanto a la no inocencia, pero sí pérdida de culpabilidad por parte del político interpretado por Antonio de la Torre. Una especie de intento por demostrar que siempre existe alguien más corrupto y que derivaba en un vago y ambiguo mensaje de que al final lo que está corrupto es el sistema. Antidisturbios afortunadamente se encarga de desmontar esta falla desde el principio, haciendo especial hincapié en el desarrollo de todos sus personajes en los dos primeros episodios. Y lo hace sirviéndose del nuevo formato serial, sí, pero sobre todo de lo que ya es una marca de la casa del dúo Peña-Sorogoyen: el diálogo costumbrista. Ya sea con un imponente prólogo de una partida de Trivial o con unas cañas entre colegas, cada línea de guion aporta un matiz nuevo a los personajes haciéndolos no más cercanos al espectador, pero sí más creíbles. Y aunque resulte manido decirlo, a ello contribuye el elenco que encabeza Vicky Luengo como esa ambiciosa e impertérrita inspectora y a la que siguen los mencionados antidisturbios. 

Antidisturbios. Revista Mutaciones
La combinación interpretación-guion resulta fundamental a la hora de elaborar el retrato de estos miembros, que de alguna manera imitan comportamientos humanos pero que, llevados al límite, pueden ser plasmados como auténticos animales. Lejos de una cierta mirada equidistante, Antidisturbios no tiene miedo a la hora de explorar los límites de la violencia en todo su horror y, a la vez, mostrar a sus protagonistas aplicándola en el ambiente doméstico. La serie brilla más cuando la cámara se acerca a estas relaciones interpersonales, a la violencia implícita en cada encuentro más que a la desatada cuando llevan el uniforme. En este sentido también está un Sorogoyen más contenido, uno que dentro de sus escenas más efectistas y de plano secuencia ?que las tiene? deja respirar a la serie a través de ahogar a sus personajes poco a poco.

No obstante, todo lo que le permite el formato serial a Sorogoyen para bien también sirve de la misma manera para ilustrar ciertas carencias, especialmente a la hora de aunar personajes ?Antidisturbios es con diferencia la obra más coral en una filmografía siempre centrada en uno o dos personajes? y tramas. Por un lado, el desarrollo de los policías se acaba difuminando pasado el ecuador y muchas de las subtramas ?la depresión de Úbeda, el sueño frustrado de Osorio…? devienen inconclusas o directamente desaparecen. Lo mismo sucede a la hora de acoplar las distintas subtramas políticas que van apareciendo, que sin ser un entramado a la altura de El reino vuelven a resultar algo vagas, especialmente en su acercamiento a la manipulación de la opinión pública por parte de los medios o el organigrama policial y judicial que vertebra el caso. Es como si la serie se fuera olvidando de lo que realmente la sustenta, esas relaciones domésticas de los policías, en favor de seguir indagando en esas “cloacas del sistema” y abarcar mucho más de lo que puede en sus seis episodios. 

En conclusión, Antidisturbios pasa por ser hasta ahora el trabajo más maduro de Rodrigo Sorogoyen y una visión muy crítica tanto a las actitudes que conviven en el cuerpo policial como al entramado jurídico-político que se esconde detrás. Afortunadamente, su mirada cuasi documental aporta una gran objetividad en tanto que ningún personaje se juzga con mayor dureza ni es exculpado de sus actos, sino que todos son retratados de la manera más fiel posible. En Antidisturbios no hay lugar para redenciones ni intocables, pues la podredumbre del sistema está en la hipocresía y corrupción de los que dan las órdenes tanto como en la violencia y arrogancia de los que la ejecutan.


Antiditurbios (Miniserie. España, 2020)

Creador: Rodrigo Sorogoyen, Isabel Peña / Dirección: Rodrigo Sorogoyen, Borja Soler (caps. 3-4) / Guion: Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen / Producción: Domingo Corral, Fran Araújo, Sofía Fábregas, Rodrigo Sorogoyen, Isabel Peña. Eduardo Villanueva, Caballo Films, The Lab Cinema  / Fotografía: Álex de Pablo / Música: Olivier Arson / Montaje: Alberto del Campo / Diseño de producción: Miguel Ángel Rebollo / Diseño de vestuario: Alberto Valcárcel / Reparto: Vicky Luengo, Raúl Arévalo, Roberto Álamo, Raúl Prieto, Álex García, Patrick Criado, Hovik Keuchkerian.

3 comentarios en «ANTIDISTURBIOS»

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