ANIMALES FANTÁSTICOS: LOS CRÍMENES DE GRINDELWALD
Lo visual de Yates sujeta lo textual de Rowling
Podemos empezar con una imagen que ha permanecido en la retina del cinéfilo general. En Harry Potter y la piedra filosofal (Chris Columbus, 2001) era, entre otras cosas, un anciano ataviado de ropajes largos y llamativos por su color, que caminaba a lo largo de Privet Drive con su roba-luces particular. Pasaron los años y uno asocia el nombre de ese anciano, un tal Dumbledore, a un estilo de vestir místico digno más de una deidad que de un profesor, con más historia que presente. Se torna atípico ver por primera vez un nuevo y joven Dumbledore (un muy convincente Jude Law) trajeado de forma impecable en los nuevos Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald. Este cambio de vestuario, además de pertenecer a otra época diferente a la del mago de la cicatriz, es la coyuntura idónea que exprime David Yates (gran artesano y brazo ejecutor de J.K. Rowling) para dirigir una segunda oleada de historias interrelacionadas, pero divergentes en cuanto a temática y estilo. Durante la saga de Harry Potter, el batiburrillo de directores y, sobre todo, la presencia ya escrita de una saga literaria, enjaulaba las dimensiones fílmicas de cada director, (excepto Alfonso Cuarón) con una J.K. Rowling todavía como asesora. En este caso, y teniendo en el recuerdo lo sucedido con El hobbit de Tolkien, el principal objetivo era trasladar a la pantalla un libro de miscelánea, con una historia de apenas un puñado de páginas como base, liberando así de todo proceso creativo a las personas ajenas a los dictámenes de Rowling, ya como guionista de tecla fácil y confusa, y el propio Yates.
Con Los crímenes de Grindelwald esto último se refleja en una historia nueva, fresca, pero absurdamente enredada con el mero fin de abrir puertas de cara a futuras entregas. Newt Scamander (Eddie Redmayne) y compañía son los encargados de dar caza y captura a sus dos conocidos enemigos, el renacido Credence Barebone (Ezra Miller) y el nuevo gran villano de esta saga, el ya desatado Grindelwald (el mejor Johnny Depp en años). Todo esto supone un soplo de aire fresco con respecto a la oscuridad casi esotérica de el-que-no-debe-ser-nombrado y trasciende, en este caso, en un líder político, justificando sus medios y luchando por una causa. El flashforward post mitin constituye uno de los pocos aciertos que aúnan delicia visual y guión. Otra decisión acertada de la dupla Yates/Rowling es conferir de un tono más oscuro a ciertas escenas en las cuales marcan en cierta manera un estilo maduro y distinto. Su dispositivo obedece a sencilleces causales, se cierra para dramatizar y se abre para “espectacularizar”, pero durante el primer cuarto de película y con la coincidencia de introducir el hermetismo enigmático del personaje de Leta Lestragne (Zöe Kravitz) la puesta en escena de Yates varía, difiere del resto de escenas. Sus planos son raramente peculiares y están aislados del resto de personajes (mira a cámara incluso), y quizás, únicos en todo este macro universo, concediendo al filme pequeñas perlas auténticas y originales. La receta se usa poco y Yates resuelve lo demás con el dispositivo típico del género aventurero: lo grande vuelve con plano grande y lo personal retoma al plano más cerrado. Clásico y sencillo.
El poder de esta cinta brota del empaque visual y de sus espectaculares escenas de acción. La escena final, despegada completamente de un guión escrito con euforia, resume perfectamente el discurrir de todo el metraje resultando una película sobresaliente en lo visual, y un tanto desequilibrada en lo argumental. Pesa mucho la fórmula de estirar el chicle y quizás es presa de la paradoja que supone -la buena noticia de- saber que habrá tres títulos más y se incrementa de esta manera la debilidad de su guión. La apertura de frentes para alimentar próximas entregas provoca la visión prioritaria del futuro antes que de sostener la solidez del presente, necesaria para consolidar un título que empieza fulgurante y se va desinflando a medida que anhela lo novedoso en cantidad.
Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald (Reino Unido, 2018)
Dirección: David Yates / Guion: J.K. Rowling / Producción: Warner Bros, Heyday Films / Fotografía: Philippe Rousselot / Montaje: Mark Day / Diseño de producción: Stuart Craig / Dirección de arte: Martin Foley / Música: James Newton Howard / Reparto: Eddie Redmayne, Jude Law, Katherine Waterston, Johnny Depp, Zöe Kravitz,Ezra Miller, Alison Sudol, Callum Turner, Dan Fogler, Claudia Kim,Ólafur Darri Ólafsson, Kevin Guthrie, Derek Riddell, Ingvar Eggert Sigurdsson,William Nadylam, David Sakurai, Brontis Jodorowsky
Gracias por la crítica, hace que apetezca ver lo que parece ser una gran obra.
estoy deseando ir a verla; esta crítica de Manuel Rodriguez es fantástica, como todas las suyas, Muchas gracias