DIGIMON ADVENTURE: LAST EVOLUTION KIZUNA

30/03/2021 Carolina Alonso

Un adiós a la infancia

Veintiún años han pasado desde que las aventuras de Tai, Agumon y compañía llegaran a los hogares españoles. Digimon Adventure (1999-2000), la exitosa primera entrega de la franquicia que mantuvo a muchos jóvenes espectadores pegados al televisor siguiendo las aventuras de los niños elegidos en el mundo digital, vuelve este año a la gran pantalla bajo la dirección de Tomohisa Taguchi —quien ya había ido preparando el camino con Digimon: To Sora (2020), un corto que sirve como precuela— con Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna.

En esta nueva entrega la historia tiene lugar en el año 2010, situándose cinco años después de la sucesión de películas Digimon Adventure tri (Keitaro Motonaga, 2015-2018). Ahora, los niños elegidos originales ya no son tan niños. Todos ellos se encuentran a un paso de entrar en la vida adulta y, aunque algunos tienen muy claro su futuro, otros están totalmente perdidos en un mar de dudas. Este es el caso de Tai y Matt, quienes aún no han decidido cuál es su meta en la vida. Ambos amigos temen que el hecho de hacerse mayores acabe por descomponer su grupo de amigos, ya que cada uno está labrando su propio camino y, de alguna forma, eso les obligará a tomar diferentes rumbos en sus vidas. Y, por si fuera poco, a esto se suma la aparición de Eosmon, un poderoso Digimon que está robando la conciencia de los niños elegidos alrededor del mundo, lo que acabará destapando una verdad para la que ninguno de ellos estaba preparado: cuando un niño elegido se convierte en adulto, su Digimon deja de existir al romperse el vínculo que los unía.

Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna aborda una historia más madura y realista que habla de afrontar el temor a dejar atrás el pasado y ser consciente de las decisiones que uno toma. “Hay que avanzar”, dicen Tai y Matt en un momento de la película. Aunque para ellos no será fácil dejar atrás aquellas cosas que les hacen felices, ambos tendrán que tomar una difícil decisión para salvar a sus amigos. Juntos se enfrentarán a esa nueva amenaza al lado de sus respectivos Digimon, aunque eso suponga una última batalla junto a Agumon y Gabumon, pues al usar sus poderes de digievolución su vínculo disminuirá y su tiempo se agotará. Su unión, al fin y al cabo, es como esas pequeñas gotas de lluvia que corren por la superficie de la ventana; pese a que en un principio corren juntas, unidas, al avanzar acaban separándose en dos. Y así, con esta bella metáfora, es como la película viene a decir que, a veces, es necesario dejar atrás para poder avanzar.

Evidentemente, Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna tiene el propósito de reconectar al espectador con su infancia a través de la añoranza. Es por esto por lo que la película está repleta de reminiscencias a momentos míticos de la franquicia. Ya en el inicio se muestra el enfrentamiento entre Parrotmon y Greymon, batalla que ya tenía lugar en el OVA de 1999 dirigido por Mamoru Hosoda. Asimismo, escenas como la lucha contra Eosmon en el mundo digital son una clara referencia a Digimon Adventure: ¡Nuestro juego de guerra! (Mamoru Hosoda, 2000). Incluso la música cumple una función notoriamente nostálgica en la película, pues dentro de la banda sonora se reconocen de inmediato temas inolvidables de la serie como el opening Butter-Fly. También, a modo de fanservice, la película ofrece cameos de algunas caras conocidas para los fans más devotos de la serie como el misterioso Gennai o algunos de los integrantes de Digimon Adventure 02. Si bien es cierto que Toei Animation ha optado por realizar una animación más adulta, sobre todo en el diseño de sus personajes, la esencia de la animación predecesora sigue ahí.

En definitiva, Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna es un adiós que acaba dejando una sensación agridulce, pero reconfortante. Y, al igual que esos niños que ya no son tan niños, los espectadores y fans de la franquicia se despiden por todo lo alto de su infancia para seguir adelante.