A24: 33 PELÍCULAS CLAVE (PARTE II)
Premios y prestigio
Continuamos con el especial tras una primera parte en la que repasamos las 11 películas que pusieron a A24 en el mapa y confirmaron su importancia como compañía. En este artículo, en el que hablaremos de las 11 siguientes, veremos cómo A24 mantuvo el prestigio y comenzó a recibir la atención de la Academia, llegando a conseguir su primer Oscar a la Mejor Película.
Langosta (Yorgos Lanthimos)
Estreno EEUU: 13 de mayo de 2016
Reflejo de nuestro mundo, dejando aparte las excentricidades del autor de la propuesta, Yorgos Lanthimos. La sociedad en todas sus formas es una prisión para el ser humano. Elijas el bando que elijas. Una visión de nuestro futuro cargada con mucho humor negro (tanto visual como verbal), donde a veces los secundarios como John C. Reilly y Ben Whishaw le roban el protagonismo a Colin Farrell, (que también lo borda). Eso sí, antes que la inquietante Léa Seydoux me quedo con Rachel Weisz, que nos obsequia con una interpretación impresionante (como siempre).
La puesta en escena no resulta tediosa a pesar su estatismo (que puede espantar a los no iniciados en Lanthimos) ya que la profundidad de campo logra que el espectador este a la expectativa de lo que va a pasar. The Lobster llega a recordar a la versión literaria de Blade Runner, «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?» (Philip K. Dick, 1968), tratándose temas como la muerte, la tristeza o la soledad desde un futuro distópico. Pero lo peor de este futuro… es que se parece mucho a nuestro presente.
Angelo Khemlani
Swiss Army Man (Dan Kwan y Daniel Scheinert)
Estreno EEUU: 24 de junio de 2016
Paul Dano es un náufrago que comparte su tiempo en una isla desierta con el cadáver de Harry Potter, al que estar muerto no le impide tener poderes sobrenaturales a base de flatulencias. ¿Recordáis que los dueños de A24 decían que lo primero que se preguntaban ante un nuevo proyecto era “Is this cool”? Pues eso. Quizá estemos ante el filme más cool de la compañía, con el permiso de Spring Breakers, aunando la aventura, el humor, la fantasía y la imaginación junto a una banda sonora mágica (obra de Andy Hull y Robert McDowell) y un reparto en estado de gracia.
Los Daniels (Dan Kwan y Daniel Scheinert) debutaron en el largometraje tras una exitosa carrera en el videoclip musical consiguiendo el Premio a Mejor Película en el Festival de Sitges. A pesar de ello, se estrenó en España en 5 salas y sin previo aviso, convirtiéndola en una película semidesconocida para el público patrio.
Fran Chico
American Honey (Andrea Arnold)
Estreno EEUU: 30 de setiembre de 2016
«Extraña de inicio que una película tan profundamente americana, una road movie ambientada en el sur de Norteamérica donde unos jóvenes buscan el manido sueño americano a ritmo de rap, pop o country, fuera rodada por la directora británica Andrea Arnold (alabada por la crítica por su obra Fish Tank (2009). Con no más de tres largometrajes en su haber, se palpa una autora con personalidad, estilo propio y un enorme talento para trasladar conflictos comunes al cine con asombroso realismo, ya que tanto los diálogos como los silencios rezuman verdad. También hay que aplaudir al reparto, donde Sasha Lane debuta y convence con su interpretación de una chica de clase baja atada a una vida que ni desea ni le puede proporcionar ningún porvenir, y donde vemos a un sorprendente y muy creíble Shia Labeouf en un papel que le hace dar lo mejor de sí. La química que desprenden ambos, más el buen hacer de Riley Keough, son una de las bazas ganadoras de American Honey.»
Extracto de la crítica de Ricardo Barbé
Moonlight (Barry Jenkins)
Estreno EEUU: 21 de octubre de 2016
En su segundo largometraje, tras la poco conocida Medicina para la melancolía (2008), Barry Jenkins relata la vida de un joven afroamericano y las complejidades por las que atraviesa en tres diferentes etapas de su vida, prisionero de las expectativas que la sociedad tiene sobre él durante el desarrollo de su identidad sexual. El director se aleja de una representación naturalista típica de películas sobre problemáticas sociales, donde se exhibe la severidad de los barrios marginales, ofreciendo aquí una propuesta intimista, estilizada y sensorial de un individuo atrapado dentro de un entorno opresivo.
El cineasta juega constantemente con el punto de vista a lo largo del metraje, colocando la cámara en constante seguimiento del protagonista, ofreciendo al espectador una visión en primera persona del estado emocional por el que este atraviesa, o colocando la cámara frontalmente entre él y otros personajes para confrontarlo con ellos. El director representa la disconformidad de ‘Little’ a través de inquietantes movimientos que transmiten el grado de inestabilidad emocional por el que se encuentra, de forma contraria a los instantes donde se siente en mayor complicidad con quienes le rodean, en los cuales la cámara se mueve con suavidad entre los personajes, generando cierta sensación de estabilidad emocional.
Todas las herramientas en manos de Jenkins están puestas en práctica para una experiencia sensorial tan absorbente como dolorosa, potenciada por el desarrollo de un exquisito diseño sonoro. El sonido del agua y la brisa del mar son el late motiv que acompañan a Chiron durante aquellos momentos en los que logra sentirse más acogido y logra abrazar sus deseos reprimidos. Una elegante y poética puesta en escena para una película de gran sensibilidad que invita al autorreconocimiento personal de cada individuo.
Damián del Corral
Free Fire (Ben Wheatley)
Estreno EEUU: 21 de abril de 2017
Cine negrísimo enfarlopado ambientado en los 70 con muchas balas paseándose como Pepito por su casa en un almacén que es de todo menos abandonado. Irlandeses con ganas de bronca, mercenarios amanerados, traficantes de armas a los que faltan todos los tornillos, Femme fatale listas para la acción… son la flor y nata de esta producción (de ni más ni menos que Scorsese) que se junta en un hervidero de tiroteos que puede que no sean tan estilísticos como los de John Woo o Keanu Reeves, pero se compensa con un realismo aderezado de un humor negro que es la columna vertebral de los continuos giros de guion que convierten Free Fire en una joyita y una rara avis a reivindicar.
Angelo Khemlani
A Ghost Story (David Lowery)
Estreno EEUU: 7 de julio de 2017
«El último trabajo de David Lowery (después de la descafeinada Pedro y el dragón) es una ruptura importante con el cine de terror más comercial. Donde otras se dedican a coquetear con planteamientos distintos o a plantear desarrollos más o menos metafóricos, A Ghost Story se lanza de cabeza al peligro, planteándose con honestidad como una rareza extravagante y poética. Una película silenciosa y opaca, no tanto de terror como sobre el horror de la no-existencia; desde una perspectiva lenta y dolorosa, de tiempo paralizado e, irónicamente, en continuo movimiento. Hemos visto mil veces el mundo de los muertos, pero pocas desde una vuelta de tuerca tan radical y, a la vez, cercana. Desde la claustrofobia y la apatía, transmite verazmente el estancamiento vital; la sensación de estar muerto y con algo que no te permite progresar. La epifanía como símbolo de metamorfosis. De este modo, el discurso de la muerte acaba girando, irónicamente, sobre la vida. Lowery se permite riesgos, se atreve a buscar con valentía cierta trascendencia.»
Extracto de la crítica de Antonio Serón
Good Time (Hermanos Safdie)
Estrenos EEUU: 11 de agosto de 2017
«En Good Time, Constantine Nikas (Robert Pattinson) siente que su hermano Nick (Ben Safdie), quien padece un trastorno psicológico, necesita toda su dedicación y ayuda para salir adelante y llevar una vida “normal”. Sin embargo, lo que Constantine cataloga como “normal” es cuestionable desde todos los puntos de vista. Intentando alcanzar tiempos mejores acaba arrastrando a su hermano Nick al robo de un banco para poder comprar una granja y vivir juntos lejos de la ciudad de Nueva York. Pero la exasperación de Constantine por alejar a su hermano de las instituciones lo lleva a cometer actos irresponsables que ponen en peligro la vida y salud mental de Nick, que acaba en la cárcel y desemboca en la búsqueda constante y desesperada de Constantine por sacarlo de allí, aferrándose a su única motivación: su hermano. Esta premisa es clásica y posiblemente tenga como referente uno de los libros estadounidenses más valorados del siglo pasado: De ratones y hombres (John Steinbeck, 1937). En la novela, el personaje que padece un trastorno similar al de Nick, es incapaz de entender los actos violentos que lleva acabo y que dificultan su integración. Sin embargo, lejos del pesimismo de Steinbeck, la película de los Safdie logra armarse de buenas intenciones, equivocadas en su mayoría pero cargadas de sensibilidad y ternura en un ambiente deprimente y lúgubre pese a las luces de neón.»
Extracto de la crítica de Patricia Marín
The Florida Project (Sean Baker)
Estreno EEUU: 6 de octubre de 2017
«En la Florida real no todo es juego: hay que ganarse la vida. Baker es consciente de los riesgos reales, las consecuencias y la fragilidad de la irresponsabilidad de Halley y Moonee, y cuando introduce un primer plano de los personajes sentimos que ellos también lo son. Aunque The Florida Project es una película sobre niños que transmite la magia de ser niño, no asume un mismo y único punto de vista infantil. En su lugar transita por distintos niveles de conciencia entre el juego y la realidad, incluso cuando se trata de Moonee. En una escena ella y su mejor amigo Scooty simulan estar ayudando a unos turistas, que han llegado al Magic Castle por error en mitad de la noche, para pedirles una propina (a los últimos que se la negaron les tiraron globos de agua). Después de que Bobby, el encargado del motel, les eche de la recepción, miran a los turistas por la ventana. En medio de la travesura, y sin que nada haga cambiar el tono, Scooty y Moonee cuchichean sobre la pareja: “She looks pretty”, dice él. “Yeah, but I feel bad for her, cause she’s about to cry… I can always tell when adults are about to cry”, contesta Moonee y todo sigue como si nada. Por supuesto, no vemos a nadie llorar.»
Extracto de la crítica de Alberto Hernando
El sacrificio de un ciervo sagrado (Yorgos Lanthimos)
Estreno EEUU: 20 de octubre de 2017
«Hay algo extraño en el cine del griego Yorgos Lanthimos. Sus historias, sus personajes y sus giros se acercan a los límites, es cierto, pero hablamos de otra cosa. A su capacidad para contar historias surcadas de extrañeza le acompaña una rara cualidad, siempre apreciable aunque a menudo denostada; la de crear otras realidades, la suya.
Aunque la crueldad y el pesimismo de sus retratos sociales llevan al simplificador lugar común de etiquetarlo como alumno/influenciado/imitador de Michael Haneke, el cine del austriaco se diferencia del de Lanthimos en algo fundamental. El malestar que crea el cine de Haneke nace de la identificación e inmersión en la historia. Su mundo es horrible, y lo peor es que nunca deja de ser el nuestro. Vemos lo que no queremos ver de nosotros mismos, y salimos de la sala a ver ese mismo mundo más horrorizados de lo que entramos, pero también, si hay suerte, más iluminados. El cine de Lanthimos, como le pasaba en gran medida al de Stanley Kubrick (cineasta con el que El sacrificio de un ciervo sagrado guarda no pocas resonancias estéticas además de la presencia de Nicole Kidman) es aséptico, alejado de la vida, envasado al vacío, distante e inamovible. Su vitalidad acaba como las flores secadas en las páginas de un libro y más tarde enmarcadas. Una sublimación de la realidad (casi siempre de sus horrores) que, en consecuencia, crea una separación. Algunos lo achacarán a falta de talento, otros críticos menos pesimistas diremos que sus creatividades avanzan por caminos diferentes.»
Extracto de la crítica de Rafael S. Casademont
Lady Bird (Greta Gerwig)
Estreno EEUU: 3 de noviembre de 2017
«No se me ocurre mejor metáfora de qué es la adolescencia en la película de Greta Gerwig que la afición que comparten madre e hija los domingos: visitar lujosas casas en venta por antojo. Un curioso pasatiempo puntual como el hojear de una revista en tiempo muerto. Ocurre de manera anecdótica y sencilla, las vemos a las dos en el nómada ejercicio de pasear vidas soñadas, de soñar con nuevos espacios que superen su realidad, con nuevas ventanas, ver la vida desde otro lugar y experimentar lo universal desde lo específico. Y es que Lady Bird es una huida y una búsqueda, porque escapar del yo presente es jugar a reencontrarse en algún momento en fuga. En pleno año de transición entre el instituto y la universidad, Christine “Lady Bird” McPherson disfruta el menú completo de una persona de 17 años que quiere probarlo todo, o, por lo menos, todo lo que tiene a su alcance: los entresijos de la amistad, el amor, el desengaño amoroso, el sexo, los conflictos familiares y la responsabilidad de cruzar al otro lado del espejo. Más allá de “Lady Bird”, entre comillas (su auto-bautismo) está ganarse el nombre que le dieron sus padres: Christine. Ser adulto es mirarse sin comillas, sin disfraz; reconocerse.«
Extracto de la crítica de Enrique Pérez Acosta
The Disaster Artist (James Franco)
Estreno EEUU: 1 diciembre, 2017
«The Room es un yo-me-lo-guiso-yo-me-lo-como engendrado en los márgenes de Hollywood por Tommy Wiseau, excéntrico y frustrado aspirante a actor. Se rodó con intención de epatar y triunfó en su cometido, pero no por el camino esperado; ha llegado a etiquetársela como “El Ciudadado Kane de las malas películas”. Y todo el mérito se debe a una sola persona. Wiseau resulta incompetente en todo lo que hace: dirección, guion, interpretación, producción… absolutamente todo. Pero eso no le impidió soñar a lo grande. Gastó seis millones de dólares en rodar un drama romántico escrito desde la más completa ineptitud; un Tranvía llamado deseo acartonado y delirante. El resultado evidencia una personalidad megalómana, misógina, infantil y en las antípodas de cualquier canon de objetividad y autocrítica. Pero también revela a un soñador con una ingenuidad tan cándida que desarma. Alguien que carece de cualquier atisbo de timidez y se entrega a su pasión cargado de ilusión y confianza. The Room es Tommy Wiseau y representa un descarrilamiento tan excesivo y grotesco como conmovedor.
No es extraño que James Franco, director irregular pero prolífico e inquieto, se haya visto atraído hacia este despropósito tan puro. La película adapta el libro The Disaster Artist, de Greg Sestero y Tom Bissell, que relata con hilaridad el espantoso rodaje y sus circunstancias. El resultado es una sátira que, a pesar de su falta de ambiciones (o, precisamente, gracias a ello), resulta inspirada y efectiva. La película repasa la fascinación que el joven aspirante a actor Greg Sestero siente hacia Tommy Wiseau, compañero de profesión, misterioso millonario e inepto desvergonzado. Se intuye un pasado trágico tras la vida de Tommy, inmigrante necesitado de cariño y aprobación, amante del viejo Hollywood y de los Estados Unidos más icónicos. El compromiso de Franco con la realidad es total: la personalidad de Wiseau es tan estrafalaria que no necesita inventar nada. En una de sus mejores interpretaciones, Franco clava al modelo real en todo su absurdo, pero no comete el error de convertirle en bufón. Wiseau resulta grotesco y trágico al mismo tiempo y la película consigue bascular con agilidad entre la comedia más comercial y el drama honesto y sencillo.»
Extracto de la crítica de Antonio Serón
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