A24: 33 PELÍCULAS CLAVE (PARTE I)
Llegó para quedarse
Una vez hechas las presentaciones y puesto en contexto a A24, vamos a desgranar sus 33 películas clave, tanto producciones propias como distribuciones que la han hecho llegar a lo que es hoy. Desde su primer gran éxito, Spring Breakers, hasta su último estrenos hasta la fecha, Midsommar. En esta primera entrega (de tres), comenzaremos la lista en orden cronológico hablando de 11 películas que pusieron a A24 en el mapa y que demostraron que la compañía había llegado para quedarse.
Spring Breakers (Harmony Korine)
Estreno EEUU: 15 de marzo de 2013
Hay películas que creen en mantener una distancia justa, y películas que no creen en la distancia de seguridad, que comparten una experiencia sin protección. Spring Breakers, la tercera película y primer gran éxito de A24 es de las segundas. Ambos enfoques producen sus propias imposturas, se llamen Roma (Alfonso Cuarón, 2018) o To the Wonder (Terrence Malick, 2012), pero Spring Breakers está muy lejos de falsificar las experiencias que transmite por más que estas sean frívolas e irresponsables o estén marcadas por la cultura de la imagen, por la MTV y por la sexualización del videoclip, desde Britney Spears a las estrellas Disney Selena Gómez y Vanessa Hudgens. Ellas, junto a otras dos protagonistas, forman un grupo de cuatro jóvenes universitarias con ganas de pasárselo bien. Reúnen dinero por todos los medios legales e ilegales a su alcance para huir en bikini y ciclomotor de su triste vida de clase media y vivir las fantasías de desenfreno que nos acompañaron a todos los que crecimos en los 90 viendo la televisión.
Ya que he mencionado a Malick, Spring Breakers es algo así como El árbol de la vida (2011) en versión gangsta. Posee la misma estructura episódica y el montaje impresionista, más fiel a la vivencia subjetiva que a una narración lineal; cercano al flujo de conciencia. Spring Breakers es lo más parecido a un monólogo coral como Los cachorros, de Vargas Llosa, en el siglo XXI. Hay que cambiar, no obstante, el ansia de trascendencia de Malick por la fascinación por el sexo, el dinero y la violencia de los personajes de Spring Breakers. Y, por tanto, por un tono más complejo donde la alegría del libertinaje convive junto a la mala leche y la ironía. Y en esta ausencia de distancia es donde Spring Breakers encuentra su sitio: como acceso directo, en vena, a todas las contradicciones, placeres, estupideces y peligros que la cultura de la MTV y los mass media introdujeron en nuestras fantasías.
Alberto Hernando
Enemy (Denis Villeneuve)
Estreno EEUU: 14 de marzo de 2014
Un hombre (Jake Gyllenhaal) cree saber quién es porque ha seguido el curso del orden artificial de una rutina que parece impuesta por el ambiente frío y rígido de una ciudad desalmada. Ese hombre desata el caos sobre su propio mundo cuando se ve en una película interpretando el papel de un botones de hotel. Pero no es él. Ahora se cuestiona su identidad e inicia una búsqueda que lo llevará al desdoblamiento, al encuentro de reflejos sin nitidez, a la fragmentación y la desintegración de un yo totalmente confundido. La adaptación de la novela de José Saramago, El hombre duplicado (2002), realizada por Denis Villeneuve, se conforma con la representación de un universo ajeno a lo real, que transita la pesadilla. La forma empleada recuerda a las obras de Lynch y Cronenberg, como si Villeneuve dejara también de reconocerse, del mismo modo que ese aburrido profesor de historia interpretado por Gyllenhaal.
Villeneuve se vale de una cámara en movimiento para hacer converger tiempos, solapar espacios y acciones similares que se niegan por pertenecer al otro. ¿Quién es copia, quién es original? Una luz dorada, tenue y nebulosa, lo impregna todo, advirtiendo que la atmósfera es la misma. Y el cariño a la esposa embarazada, el deseo a la novia independiente y la tolerancia a la madre asfixiante también son actitudes iguales, acaso aprendidas o imitadas. Un breve momento de descanso es lo que libera el horror del caos, una ligera tregua de la ansiedad urbana contemporánea que abre el interrogante: ¿y tú quién eres?
Ricardo Galvis
Under the skin (Jonathan Glazer)
Estreno EEUU: 4 de abril de 2014
“Scarlett Johanson desnuda es una trampa mortal”. Esta la premisa de esta película donde una extraterrestre cazadora de hombres se avergüenza de su profesión y, en vez de disfrutar con su trabajo como Natasha Henstridge en Species (Róger Donaldson, 1995), decide engañarse a sí misma protagonizando una película experimental cercana al videoarte. Con un estilo documental, que desaparece cuando se intenta profundizar en el potencial (inesperado) del concepto «extraterrestre» de nuestra sociedad y se vuelve una parodia de sí misma, acaba siendo en un juego de cazador/ cazado con supuesta intención de denuncia social (todo se deja a la libre interpretación) envuelto estilísticamente en un formato digno de un anuncio de perfume de navidad.
Angelo Khemlani
Locke (Steven Knight)
Estreno EEUU: 15 de abril de 2014
El mismo año en que se estrenó como director con Redención (2013) -drama en potencia finalmente reconvertido en action movie al servicio de su protagonista Jason Statham- e iniciaba la teleserie Peaky Blinders (2013-2017), el guionista Steven Knight –Negocios ocultos (2002) y Promesas del este (2013)- encaraba su segundo largometraje Locke, optando esta vez por un presupuesto ajustado a lo intimista del conflicto a tratar, que se tradujo en una única localización, y un elenco interpretativo, aquí unipersonal, capaz de asimilar las necesidades del film sin fagocitarlo. Y esta vez, Knight dio en la diana con esta seca y magnífica pieza de cámara narrada en un tenso tiempo real, que gira de forma exclusiva alrededor de Ivan Locke (Tom Hardy, magnífico): capataz de una constructora que se dirige al volante hacia el hospital en el que una compañera de trabajo con quien tuvo una aventura extramatrimonial está a punto de dar a luz al hijo de ambos. Un itinerario físico que es también moral, y que la coherentemente sobria puesta en escena de Knight convierte en el soliloquio de un hombre, aislado en la oscuridad nocturna que le rodea en la única compañía de las voces telefónicas de su esposa (Ruth Wilson), hijos (Tom Holand y Bill Milner) y subordinado (Andrew Scott), trasuntos de su conciencia que intentan convencerle de dar media vuelta y regresar a su anterior vida, sacrificando el grado de honestidad personal que supondría asumir su responsabilidad, aún a riesgo de perderlo todo por el camino.
Eduardo Martínez
Tusk (Kevin Smith)
Estreno EEUU: 19 de septiembre de 2014
Dentro de la ya abultada y variopinta filmografía del director de Clerks (1994), Tusk ocupa un lugar de excepción tanto por su peculiaridad como por el ingente anecdotario que la rodea. Inspirada en The Walrus and the Carpenter, episodio del podcast de Smith y su productor habitual, Scott Mosier, que giraba alrededor de un anuncio clasificado en el que un propietario ofrecía alojamiento gratuito a todo aquel que quisiera vivir con él ¡disfrazado de morsa!, y con una accidentada producción con la presencia de un desaprovechado Johnny Depp que pactó de palabra (y sin firmar ningún contrato) su participación en la película, Tusk supuso un salto al vacío de Smith después de su trabajo más logrado a día de hoy: Red State (2011). Película de la que recuperó a Michael Parks para interpretar a un solitario excéntrico que acoge en su caserón a Wallace (Justin Long), co-huésped de un podcast que acude hasta allí creyendo ir a entrevistar a una leyenda de los videos virales de Internet. A partir de ahí, y con lo grotesco como orgullosa bandera, Smith sumerge a su público en un mejunje tonal sorprendente sobre el papel pero poco satisfactorio en pantalla, debido una pobre puesta en escena insuficiente para aglutinar la abigarrada mezcla genérica que contiene, y menos aún para articularla a través del tímido nihilismo que se perfila, peor que mejor, en algunas de sus escenas. Un filme fallido que, en cualquier caso, puede resultar admirable en su casi suicida falta de prejuicios.
Eduardo Martínez
A most violent year (JC Chandor)
Estreno EEUU: 31 de diciembre de 2014
En una de las escenas de la película, la hija más pequeña del matrimonio formado por Abel Morales (Oscar Isaac), un inmigrante hispano hecho a sí mismo, y Anna (Jessica Chastain), una mujer dispuesta a todo para seguir creciendo, encuentra un arma en el porche de la casa en la que viven y juega con ella. No pasa nada, pero el miedo late ahí, en cualquier lugar y en cualquier gesto. J.C. Chandor ya había mostrado el rostro del crimen en un crudo y efectivo robo a un camión de gasóleo como carta de presentación, pero sin duda, lo que mas le interesa al cineasta es mostrar esa otra cara de la violencia. Chandor enseña de qué manera el mal endémico de la violencia llega a cualquier rincón de la sociedad como una bruma insensata en el Nueva York de 1981. Aquel año, según las estadísticas se produjeron 120.000 robos y 2.166 asesinatos en las calles neoyorkinas; el más violento de todos.
Chandor, embebido por el espíritu de Sidney Lumet, compone una obra tan elegante como turbia gracias a la espléndida fotografía de Bradford Young y a una fe inquebrantable en construir sus historias a través de la solidez y la integridad de sus personajes. Ya lo hizo en su ópera prima, Margin Call (2011), también lo consiguió en su segundo trabajo, su particular El Viejo y el Mar en Cuando todo está perdido (2013) y lo volvió a hacer en su última obra, Triple Frontera (2019). La acción pasa, rugosa, a través de las decisiones morales de unos personajes que intentan sobrevivir en territorios siempre hostiles. En El año más violento (2014), J.C. Chandor logra entretener y asombrar mientras cuenta cómo un inmigrante saca a flote su negocio, a pesar de la corrupción política e incluso familiar, en el Nueva York más tempestuoso.
Enrique Pérez
Ex Machina (Alex Garland)
Estreno EEUU: 10 de abril de 2015
Si para la creación de la novela ‘Frankenstein’ Mary Shelley había rescatado el mito clásico de Prometeo para hablarnos de las consecuencias de desafiar lo establecido, y situar al ser humano como un individuo capaz de crear vida a través de los avances tecnológicos, la premisa con la que Alex Garland presentaba en su día Ex Machina (2014) no dista demasiado de aquellos precedentes. Ambientada en un futuro quizá más cercano de lo que imaginamos, la cinta se sirve de la inteligencia artificial, los androides y un renovado test de Turing como piezas con las que articular un discurso que simplemente fluye a través de cámara, en un único escenario y con apenas un par de personajes para habitarlo. La simplicidad y el minimalismo que empapan la historia resultan precisamente en un rasgo de estilo para la fábula de Garland y su puesta en escena, dando lugar a una atmósfera tan sobria y fría como las quimeras que habitan en su interior; con una singularidad que, pese a beber de referentes clásicos como el 2001 de Kubrick, hace del filme un soplo de aire fresco dentro del género de la ciencia ficción.
Juan Gras
Slow West (John MacLean)
Estreno EEUU: 20 de mayo de 2015
Un curioso western (o neowéstern) con elementos de buddie movie entre un joven inexperto de alta alcurnia (Kodi Smit-McPhee) y un curtido vaquero interpretado por Michael Fassbender. El contraste entre las fantasías del chico (una especie de Don Quijote buscando su Dulcinea) con el realismo que impera en el tono general de la película es uno de los atractivos de esta producción, ya que el Oeste siempre ha sido utilizado por el cine americano para justificar su violencia y el uso de las armas. El protagonista de un western puede matar a una persona en una venganza personal si es moralmente culpable del delito (que suele ser el asesinato de un ser querido) y el estado no ha podido resolver el crimen.
Aunque en Slow West el fan del género disfrutará con su tiroteo final, no se justifican las matanzas que presenciamos, reflexionando sobre la necesidad de que sea solo el estado el que tenga el monopolio de la violencia.
Angelo Khemlani
Amy (Asif Kapadia)
Estreno EEUU: 3 de julio de 2015
«Ella fue una de las voces de jazz más auténticas que escuché» dice al final de la película Tony Bennet. «Si siguiera viva le diría que bajara el ritmo, que es demasiado importante y que la vida te enseña cómo vivirla, si vives lo suficiente», termina. Él fue uno de sus grandes ídolos y acabó rendido ante su talento. Asif Kapadia se acerca a la figura de Amy Winehouse mediante un exhaustivo proceso de investigación en el que recoge testimonios de múltiples personas que la acompañaron a lo largo de sus 27 años. El recorrido en imágenes se articula de manera cronológica con material de archivo personal, fragmentos de entrevistas, piezas de reportajes televisivos y programas de humor y musicales. Desde el sueño infantil de alcanzar el éxito hasta el deseo de ofrecer en sacrificio su don para volver a ser invisible, el camino de Kapadia hacia la construcción de una memoria y una personalidad únicas, deja villanos y héroes sobre los que despedir odio y piedad. La dramaturgia establecida es eficaz en la catarsis producida por un ordenamiento del relato de acuerdo con los códigos del género del melodrama. La disposición realista del film que aglutina tantos puntos de vista se beneficia de la selección musical y las determinadas letras escogidas para añadir significación íntima a las miradas de esos testigos narradores. Las propias canciones y las recreativas grabaciones autoconscientes de Amy Winehouse son los elementos de la película que mejor expresan la complejidad de la artista, su sensibilidad, sus miedos, alegrías y contradicciones; que materializan ese fructífero desastre que dejan las personas cuando se lanzan al ardor del juego perdido que es el amor.
Ricardo Galvis
La bruja (Robert Eggers)
Estreno EEUU: 19 de febrero de 2016
El debut de Robert Eggers como director tenía lugar en 2015 con La bruja (The VVitch), que más allá de una historia de terror, habla de los procesos de cambio y transformación que nosotros mismos provocamos en quienes nos rodean. La historia parte del enfrentamiento de William contra el resto de miembros de su comunidad, y que por disputas de fe, le acaba conduciendo al exilio junto al resto de su familia. Una vez ubicados en su nuevo hogar, la película desarrolla de forma perturbadora pero deslumbrante, una serie de acontecimientos que cuestionarán tanto la fe (presente como telón de fondo durante todo el filme), como la confianza entre sus personajes y en concreto sobre Thomasin, la hija mayor. En este punto, y bebiendo de las historias del folclore sobre brujería, Eggers plantea la creación poco convencional del rol de la bruja no como una apología a la magia negra, sino como una liberación frente a las reglas establecidas y a la opresión.
Juan Gras
Green Room (Jeremy Saulnier)
Estreno EEUU: 15 de abril de 2016
“La música es efecto, es tiempo y agresión”, dice uno de los protagonistas de la banda musical punk que protagoniza el tenso y sangriento tercer film de Jeremy Saulnier, después de Murder Party (2007) y Blue Ruin (2013). Y más adelante, después de descubrir el asesinato que cambia la suerte y el destino del grupo, dice el asesino en relación a una canción: “La maté a su compás”. Saulnier, con esta declaración de intenciones, diseña un aparato rítmico autoconsciente para poner en tensión a cualquiera que se acerque a olfatear una de las películas mas sangrientas de la productora A24.
Como si de un escape room macabro se tratara, los integrantes de The Aint´s Ritghts tocan en un local lleno de nazis en el que se trafica con heroína del que tratan de salir malheridos. Allí, descubren un asesinato y comienza el delirio salvaje de sangre a machetes, dentelladas de perros y armas de fuego. Saulnier, a la contra que en su anterior película, Blue Ruin, mucho mas templada y pausada, propone un lenguaje lleno de tiros de cámara para rentabilizar el reducido y opresor escenario en el que se desarrolla la acción, y también, para alcanzar una atmósfera evocadora de serie B al más puro estilo Carpenter si pensamos en Asalto a la comisaría del distrito 13 (1976); Saulnier sabe que los movimientos de cámara y la manera en que dispone la puesta en escena generan sensaciones mucho más efectivas que un simple susto.
Enrique Pérez
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